Malvinas 4.0
Cada vez que pienso en aquel tiempo siento que esa vida, tan muerta, es lo m¨¢s aut¨¦ntico que tengo, lo que m¨¢s me pasa
Este martes termin¨® la guerra de Malvinas. Cuarenta a?os atr¨¢s, el 14 de junio de 1982, el comandante brit¨¢nico Jeremy Moore acept¨® la rendici¨®n del general argentino Mario Benjam¨ªn Men¨¦ndez. Yo ten¨ªa 15 y me preocupaba que a mi padre le tocara alistarse y lo mataran. Pensaba en la redacci¨®n que tendr¨ªa que escribir para el colegio titulada Adi¨®s, pap¨¢. Eso me produc¨ªa p¨¢nico y pudor. Exponer as¨ª los sentimientos, llorar en un velorio. El primer d¨ªa de la guerra, la profesora de Historia nos dijo que ¨ªbamos a hab...
Este martes termin¨® la guerra de Malvinas. Cuarenta a?os atr¨¢s, el 14 de junio de 1982, el comandante brit¨¢nico Jeremy Moore acept¨® la rendici¨®n del general argentino Mario Benjam¨ªn Men¨¦ndez. Yo ten¨ªa 15 y me preocupaba que a mi padre le tocara alistarse y lo mataran. Pensaba en la redacci¨®n que tendr¨ªa que escribir para el colegio titulada Adi¨®s, pap¨¢. Eso me produc¨ªa p¨¢nico y pudor. Exponer as¨ª los sentimientos, llorar en un velorio. El primer d¨ªa de la guerra, la profesora de Historia nos dijo que ¨ªbamos a hablar acerca de por qu¨¦ era absurda. La hab¨ªa declarado el teniente general Galtieri, dictador del momento, y la preocupaci¨®n de mi profesora no era la que campeaba en la calle, donde se hab¨ªa despertado un esp¨ªritu patriotero que hizo que una multitud vivara al dictador el d¨ªa del desembarco en las islas. Las im¨¢genes de esos a?os me hunden en una tristeza alborotada. Recuerdo un amasijo indiscernible: el olor pl¨¢stico de las banderitas argentinas que vend¨ªan por todas partes, la textura chirriante de las medias marca Ciudadela que usaba para ir al colegio (se nos prohib¨ªa acudir con jeans), un jingle ¡ª¡±Argentinos a vencer¡±¡ª que pasaban por televisi¨®n, el programa ¨®mnibus para recaudar fondos ¡ª24 horas por Malvinas, 50 puntos de rating¡ª en el que famosos e ignotos donaron abrigos de vis¨®n, una limusina, dinero, y el llanto de mi madre cuando la viej¨ªsima actriz Pierina Dealessi se quit¨® ante las c¨¢maras los aros de su propia madre diciendo: ¡°Es lo ¨²ltimo que tengo de ella y lo voy a donar¡±. El aroma del chocolate Toblerone, las canciones de Charly Garc¨ªa, los titulares de los diarios ¡ª¡±Estamos ganando¡±¡ª, se mezclan con los rostros de los chicos que me gustaban, el Mundial de Espa?a, la lectura de Miguel Hern¨¢ndez. No me pas¨® nada terrible, ni tengo familiares o amigos ca¨ªdos en el conflicto. Pero cada vez que pienso en aquel tiempo siento que esa vida, tan muerta, es lo m¨¢s aut¨¦ntico que tengo, lo que m¨¢s me pasa.