Emilio Ontiveros, un emprendedor
El fallecido economista lider¨® hace 35 a?os el proyecto empresarial de Analistas Financieros Internacionales
Algunas veces, en la vida, te cruzas con personas excepcionales. Emilio Ontiveros era una de ellas. Excelente acad¨¦mico, profesor de econom¨ªa y finanzas y comunicador ha dejado su impronta all¨ª donde compareci¨®: aulas, conferencias, libros, infinidad de art¨ªculos divulgativos, programas de radio y televisi¨®n en los que colabor¨® o podcasts¡ hasta hace s¨®lo unos d¨ªas.
Pero por encima de todo fue ¡ªno lo imaginaba entonces en las aulas universitarias en las q...
Algunas veces, en la vida, te cruzas con personas excepcionales. Emilio Ontiveros era una de ellas. Excelente acad¨¦mico, profesor de econom¨ªa y finanzas y comunicador ha dejado su impronta all¨ª donde compareci¨®: aulas, conferencias, libros, infinidad de art¨ªculos divulgativos, programas de radio y televisi¨®n en los que colabor¨® o podcasts¡ hasta hace s¨®lo unos d¨ªas.
Pero por encima de todo fue ¡ªno lo imaginaba entonces en las aulas universitarias en las que ense?aba finanzas¡ª un emprendedor que lider¨® un proyecto empresarial singular. El de Analistas Financieros Internacionales (AFI), su criatura. Su gestaci¨®n cont¨® con el apoyo de algunas de las antiguas cajas de ahorros y, sobre todo, con el de dos inseparables compa?eros de viaje y colegas, tambi¨¦n catedr¨¢ticos de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
Se trataba de acercar la econom¨ªa, los mercados y la gesti¨®n financiera a quienes, a finales de los ochenta, se enfrentaban a un proceso de modernizaci¨®n empresarial e institucional, de apertura al exterior, como nunca hab¨ªa vivido nuestro pa¨ªs. Como sol¨ªa decir, la complicidad del entorno gener¨® un potente viento de cola para ese proyecto. Un proyecto que cumple ahora 35 a?os de existencia, justo cuando ¨¦l nos deja, y en cuya historia han estado embarcadas cerca de mil personas, a las que hay que sumar los muchos miles m¨¢s que han pasado por las aulas de AFI desde su nacimiento en aquel oto?o de 1987.
Todos sabemos, sin embargo, que ha habido mucho m¨¢s que mera fortuna. Por encima de todo, su liderazgo personal; tambi¨¦n una filosof¨ªa, un estilo, una cultura, que ha impregnado los genes de la organizaci¨®n desde el principio: ¡°Adem¨¢s de ofrecer el pescado, a los clientes hay que ense?arles a pescar¡±. Una se?a de identidad. Hab¨ªa que combinar, inteligentemente, el asesoramiento con la formaci¨®n, esta ¨²ltima para mantener viva la curiosidad, para caminar junto con la innovaci¨®n. Y eso exig¨ªa excelencia para tratar de contar con los mejores de cada disciplina: econom¨ªa, finanzas, matem¨¢ticas o tecnolog¨ªa. M¨¢s a¨²n, crear las condiciones de lealtad, honestidad, humildad personal e intelectual y esfuerzo que permitiesen reproducir la especie. Una obsesi¨®n.
Y junto a ello, la inteligencia y la generosidad. Esa que ha permitido, que ha impulsado m¨¢s bien, el relevo generacional de una organizaci¨®n que hoy llega m¨¢s lejos que nunca. De un proyecto que algunos tuvimos la ocasi¨®n de compartir en su inicio y que desde hace m¨¢s de cinco a?os cuenta con el gobierno y la cohesi¨®n de una generaci¨®n de j¨®venes profesionales que garantizan muchos a?os m¨¢s su futuro. Probablemente, el legado del que se sent¨ªa m¨¢s orgullo y del que ha tenido ocasi¨®n de disfrutar antes de irse.
Muchas gracias, Emilio, por haber compartido tanto.
Nuestro cari?o para sus hijos Nacho y Jejo, y para Montse.