Buenas razones

Somos felices. Somos un pueblo feliz. As¨ª nos sentimos. Y as¨ª nos expresamos. Y en medio de este sentirnos echamos mano de ansiol¨ªticos, tranquilizantes y dem¨¢s. Pero seguimos siendo un pueblo feliz. Aunque ning¨²n pa¨ªs en el mundo consuma la qu¨ªmica que nosotros consumimos. Somos as¨ª. Somos lo que somos. Despu¨¦s, nuestra cabeza, no para de hablarnos. De decirnos cosas que nos asustan. Que no nos gusta o¨ªr. Las razones...

Somos felices. Somos un pueblo feliz. As¨ª nos sentimos. Y as¨ª nos expresamos. Y en medio de este sentirnos echamos mano de ansiol¨ªticos, tranquilizantes y dem¨¢s. Pero seguimos siendo un pueblo feliz. Aunque ning¨²n pa¨ªs en el mundo consuma la qu¨ªmica que nosotros consumimos. Somos as¨ª. Somos lo que somos. Despu¨¦s, nuestra cabeza, no para de hablarnos. De decirnos cosas que nos asustan. Que no nos gusta o¨ªr. Las razones son muchas. M¨²ltiples. Y variadas. Y aun as¨ª son m¨¢s comunes a todos de lo que se pueda pensar. Por eso nos asustamos tanto cuando nos vemos reflejados en el desencanto y vac¨ªo de los que toman la decisi¨®n m¨¢s dr¨¢stica que cualquiera pueda tomar. Ahora bien. De nada sirve mirar hacia otro lado. Ni decir que somos felices por temor a que nos se?alen de una manera da?ina. El dolor est¨¢ ah¨ª. Forma parte de nosotros. Y saber que podemos salir adelante es la mayor y mejor raz¨®n a la que aspira esta carta.

Manuel I. Nan¨ªn. O Carballi?o (Ourense)

Los incendios se apagan en el invierno

No es una broma, es la realidad de las circunstancias en las que est¨¢n viviendo los bosques y montes. Si en el invierno no se limpian, ni podan y tampoco se recogen restos forestales o no se hacen los desbroces matojos, estamos dejando para el verano gran cantidad de restos forestales que act¨²an como una mecha para que los incendios destruyan cientos de miles de hect¨¢reas de masa forestal. El verano debe ser para prevenir y proteger los montes y bosques y para alcanzar este requisito deben las Comunidades Aut¨®nomas y coordinarse con el Gobierno e invertir en ampliar las plantillas y el tiempo de los contratos, hasta llegar a indefinidos.

Victorio Mart¨ªnez Armero. M¨®stoles (Madrid)

Comportamientos inhumanos

Hace falta tener pelos en el coraz¨®n. M¨¢s que pelos, cerdas. Porque hay que ser de la peor cala?a para liarse a vociferar con las peores maneras en medio de un sentido acto de homenaje y respeto hacia las v¨ªctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils, buscando culpabilidades donde no existen. Los ¨²nicos culpables fueron los terroristas y nadie m¨¢s. Y, para rematar la faena, ah¨ª ten¨ªamos a la se?ora Laura Borr¨¢s haciendo campa?a, buscando con todo el af¨¢n del mundo las babosas migajas de algunos simpatizantes, corriendo hacia el p¨²blico en busca de la lisonja f¨¢cil. Y eso que las v¨ªctimas son sus paisanos, que viv¨ªan cerca de ella y de los que reventaron el acto de homenaje. Algunas veces, uno se pregunta de qu¨¦ estamos hechas las personas para obrar as¨ª. Lo dicho, pelos en el coraz¨®n.

F¨¦lix Moreno Quevedo. Almansa (Albacete)

Una mil¨¦sima

El atleta Asier Mart¨ªnez se ha proclamado campe¨®n de Europa en los 110 metros vallas. Fui testigo de ello por televisi¨®n. Me hizo saltar del sof¨¢, cual gol de Iniesta en el Mundial de Sud¨¢frica. El atletismo es bell¨ªsimo. Bell¨ªsimo y certero. Una mil¨¦sima de diferencia con respecto al franc¨¦s, Martinot Lagarde, nos ha llevado a lo m¨¢s alto del podium. Nunca fue m¨¢s cierto eso de que el tiempo es oro. Oro.

Francisco Garc¨ªa Castro. Estepona