Liturgia con aroma funerario en el Kremlin
La ceremonia de anexi¨®n de nuevas provincias de Ucrania, en vez de realzar el perfil de potencia de Rusia pareci¨® certificar su descomposici¨®n
Las democracias y la URSS doblegaron el eje nazifascista en 1945. Las democracias ganaron la Guerra Fr¨ªa en 1989. Hoy se multiplican los s¨ªntomas de que las democracias van rumbo a la victoria tambi¨¦n en la confrontaci¨®n geopol¨ªtica m¨¢s descarnada desde entonces, la que desat¨® la Rusia de Vlad¨ªmir Putin.
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Las democracias y la URSS doblegaron el eje nazifascista en 1945. Las democracias ganaron la Guerra Fr¨ªa en 1989. Hoy se multiplican los s¨ªntomas de que las democracias van rumbo a la victoria tambi¨¦n en la confrontaci¨®n geopol¨ªtica m¨¢s descarnada desde entonces, la que desat¨® la Rusia de Vlad¨ªmir Putin.
El presidente ruso escenific¨® este viernes la anexi¨®n de cuatro nuevas provincias de Ucrania tras la celebraci¨®n de consultas populares farsa con una ceremonia en el impresionante sal¨®n de San Jorge del Kremlin. Pero la pompa ten¨ªa m¨¢s aroma a descomposici¨®n funeraria que a expansi¨®n imperial.
Nadie deber¨ªa dar por descontado un colapso militar ruso en Ucrania ni del r¨¦gimen pol¨ªtico en Mosc¨². La historia rusa est¨¢ llena de episodios de asombrosa resistencia militar en la adversidad ¡ªaunque en circunstancias muy diferentes, de guerras sufridas, no lanzadas¡ª y la historia global muestra tantos casos de reg¨ªmenes que logran persistir pese a sus fracasos, hundiendo cada vez m¨¢s en la miseria y la falta de libertad a sus pueblos.
Pero a estas alturas, en paralelo a la anexi¨®n, los s¨ªntomas de cat¨¢strofe para Putin son bastante clamorosos.
En clave interna, el pa¨ªs sufre un ¨¦xodo de hombres que quieren evitar las conscripciones, en n¨²meros probablemente superiores al de reclutados a la fuerza. El propio proceso de reclutamiento emite se?ales de chapuza extraordinaria que induce a l¨ªderes locales a quejarse de una manera probablemente anta?o impensable. Se multiplican actos de desaf¨ªo a una autoridad despiadada. La econom¨ªa no ha colapsado, pero la presi¨®n de las sanciones atrofia importantes segmentos y el paso del tiempo va profundizando la corrosi¨®n.
En clave militar, sobre el terreno, las fuerzas de Ucrania avanzan, est¨¢n a punto de rodear a las rusas alrededor de la localidad de Lyman, lo que deja presagiar otra mala derrota.
En clave diplom¨¢tica, el secretario general de la ONU ha rechazado de plano la triste opereta de las consultas. Gigantes potencialmente amigos marcan distancia: Modi le dijo a la cara y en p¨²blico a Putin que no es ¨¦poca para aventuras como la que emprendi¨®; Xi Jinping debi¨® de dec¨ªrselo en privado, a la vista de lo que el propio l¨ªder ruso reconoci¨® en p¨²blico; Erdogan tambi¨¦n fue duro en declaraciones on the record.
Al otro lado de la confrontaci¨®n, los occidentales cierran filas. Se suceden los paquetes de sanciones; dos nuevos pa¨ªses van a entrar en la OTAN; la maquinaria para superar la dependencia de la energ¨ªa rusa se mueve.
Por ¨²ltimo, la propia actuaci¨®n del l¨ªder tiene los mensajes en c¨®digo de la debilidad. La fiera fuerte no necesita cierta clase de gesticulaci¨®n, alardeo, amenazas. Segura de su propia fuerza, se conduce con elegancia y contenci¨®n, y la usa solo cuando resulta preciso.
Es probable que la guerra se prolongue, causando enorme sufrimiento durante tiempo. Es posible que en alg¨²n momento Rusia logre atenuar la tendencia actualmente desastrosa. No se puede descartar que el Kremlin recurra a la m¨¢s terrible de las perspectivas: el arma nuclear. Queda mucho por delante. Lo que queda por detr¨¢s es la imagen mundial de Rusia como potencia. A todo el mundo le ha quedado claro qu¨¦ hay por detr¨¢s de las armas nucleares y los recursos energ¨¦ticos: muy poco y muy podrido. Esa imagen de potencia, cuya restauraci¨®n es el gran objetivo del ventennio de Putin, est¨¢ enterrada. El acto ayer del Kremlin se pareci¨® mucho a su funeral.