A la espera del invierno
Las amenazas nucleares y la espera del invierno son los recursos de Putin ante el retroceso en desbandada de su ej¨¦rcito en Ucrania
Las masacres de civiles en Zaporiyia, y muy cerca de su central nuclear, como respuesta a la explosi¨®n que destruy¨® el puente que une Rusia con Ucrania, no podr¨¢n eclipsar el retroceso de las tropas rusas ante la contraofensi...
Las masacres de civiles en Zaporiyia, y muy cerca de su central nuclear, como respuesta a la explosi¨®n que destruy¨® el puente que une Rusia con Ucrania, no podr¨¢n eclipsar el retroceso de las tropas rusas ante la contraofensiva ucrania. El desorden ha llegado al extremo de convertir a Rusia en el principal suministrador de tanques y veh¨ªculos blindados tras abandonarlos intactos en la desbandada. El pesimismo se ha abatido sobre los medios oficiales del Kremlin, trasparentando las divisiones en la c¨²pula dirigente ¡ªel nombramiento de un nuevo responsable de las tropas de ocupaci¨®n rusas, Sergu¨¦i Surovikin, es una inequ¨ªvoca se?al¡ª. La movilizaci¨®n militar, con la salida del pa¨ªs de decenas de miles de j¨®venes que no quieren morir como carne de ca?¨®n, ha convertido a Rusia en un pa¨ªs en guerra abierta.
A Vlad¨ªmir Putin le quedan pocas cartas ya, y de ah¨ª el creciente temor a un golpe nuclear, presentado como una acci¨®n preventiva ante el peligro existencial para el r¨¦gimen, formulado expl¨ªcitamente como temor plausible por el propio presidente Joe Biden. Descartado el apocalipsis que significar¨ªa el lanzamiento de misiles de largo alcance, las conjeturas eval¨²an la apuesta desesperada de Putin por un ataque que amedrente a Ucrania y sus aliados o incluso un disparo de tipo t¨¢ctico, hoy de efecto impredecible. La extrema irresponsabilidad de tales amenazas no debieran dar lugar a dudas entre los aliados de Kiev. Las amenazas forman parte de la guerra psicol¨®gica para dividir a la Uni¨®n Europea y sentar a Ucrania a negociar en malas condiciones, con el 20% de su territorio ocupado, la central de Zaporiyia sustra¨ªda por Mosc¨² a su leg¨ªtimo propietario ucranio, y la permanente destrucci¨®n civil de los bombardeos.
Esta es la ¨²nica estrategia que le queda a Putin hoy, combinada con la llegada del invierno como momento propicio para que crezca el descontento entre los europeos por los cortes de energ¨ªa y por la inflaci¨®n. Estados Unidos ha anunciado un nuevo paquete millonario de ayuda militar, la UE ha aprobado su octava tanda de sanciones contra Rusia y Putin ha podido ver la fotograf¨ªa de la cumbre de Praga, en la que 44 pa¨ªses europeos, desde el Reino Unido hasta Turqu¨ªa, pasando por los balc¨¢nicos, han querido mostrar su disposici¨®n constructiva y pac¨ªfica frente a los dos ausentes y aliados, la Federaci¨®n Rusa y Bielorrusia. Esta es la l¨ªnea de respuesta que merecen las amenazas nucleares de Mosc¨², mientras el ej¨¦rcito de Ucrania siga recuperando territorio y el Kremlin demostrando su nula disposici¨®n a cejar en su agresi¨®n y a negociar solo en medio de una invasi¨®n. Entramos en una fase muy peligrosa con Putin perdiendo la guerra convencional. A la vista de todos los fracasos cosechados en estos siete meses, ser¨ªa el momento exacto para que desde el Kremlin surgiera una iniciativa de negociaci¨®n seria.