?Por qu¨¦ no me quieren?
La raz¨®n del desamor al Gobierno es m¨¢s mundana y est¨¢ en la naturaleza de la democracia: los ciudadanos no votamos por la pol¨ªtica econ¨®mica, sino por la situaci¨®n econ¨®mica
Es lo que, cada ma?ana frente al espejo, se pregunta Pedro S¨¢nchez. La gran inc¨®gnita que sobrevuela el ala oeste de la Moncloa. Los asesores y spin doctors no dan con la respuesta al misterio demosc¨®pico: ?c¨®mo es posible que los espa?oles valoren positivamente la pr¨¢ctica totalidad de nuestras medidas (las dulces, como el ingreso m¨ªnimo vital, pero tambi¨¦n las amargas, como ...
Es lo que, cada ma?ana frente al espejo, se pregunta Pedro S¨¢nchez. La gran inc¨®gnita que sobrevuela el ala oeste de la Moncloa. Los asesores y spin doctors no dan con la respuesta al misterio demosc¨®pico: ?c¨®mo es posible que los espa?oles valoren positivamente la pr¨¢ctica totalidad de nuestras medidas (las dulces, como el ingreso m¨ªnimo vital, pero tambi¨¦n las amargas, como las subidas de algunos impuestos) y luego no quieran votarnos? ?Por qu¨¦, usando la famosa expresi¨®n de la soci¨®loga Bel¨¦n Barreiro, haci¨¦ndolo bien, caemos mal?
No es un problema de comunicaci¨®n, que suele ser la excusa para todo fracaso: es que no lo explicamos adecuadamente. La gente sabe lo que han hecho. Y es dif¨ªcil encontrar un Gobierno con una artiller¨ªa pesada de mensajes m¨¢s atronadora: de las redes sociales a las series documentales, pasando por declaraciones a diario de la mayor¨ªa de ministros, repitiendo al un¨ªsono la expresi¨®n del d¨ªa: clase media trabajadora, justicia social...
No es una conspiraci¨®n. Desde el Ejecutivo se ha dejado caer en varias ocasiones la teor¨ªa de que existe un oscuro frente medi¨¢tico-econ¨®mico dispuesto a todo para derrocarlo, pero no recuerdo Gobierno cuyas pol¨ªticas anticrisis hayan recibido tantas muestras de apoyo de unos l¨ªderes de opini¨®n tan diversos, de la extrema izquierda a Von der Leyen. Las medidas de Gonz¨¢lez, Zapatero o Rajoy eran vapuleadas por los medios de forma estruendosa.
No es un fallo de negociaci¨®n. El electorado ¨Dincluso el socialista que, en lo m¨¢s profundo de Castilla, no quiere que el presidente del Gobierno vaya ah¨ª a hacer campa?a¨D entiende que no hay alternativa real a pactar con nacionalistas e independentistas.
La raz¨®n del desamor es m¨¢s mundana y est¨¢ en la naturaleza de la democracia: los ciudadanos no votamos por la pol¨ªtica econ¨®mica, sino por la situaci¨®n econ¨®mica. En primer lugar, la nuestra. Si las cosas nos van mejor con el Gobierno actual que con el anterior, es probable que se lo agradezcamos en las urnas. En segundo lugar, tambi¨¦n valoramos el contexto nacional. Cuando la econom¨ªa crece, recompensamos al partido en el poder.
Las mejores pol¨ªticas del mundo s¨®lo dar¨¢n votos si la econom¨ªa, que depende tanto o m¨¢s de Putin y Bruselas que del propio Gobierno, mejora. En pol¨ªtica, como en la vida, puedes intentar que te quieran, pero no lo puedes controlar.