Layda y la transfiguraci¨®n de Claudia
Layda tiene jefe y quiere tener jefa. No se manda sola. Y quienes reciben estos favores medi¨¢ticos, realizados con materiales de origen espurio, minimizan la gravedad del asunto
A Claudia Sheinbaum le gusta el espionaje. No le hace ascos a ganar una candidatura incluso si para ello hay que valerse de filtrar conversaciones privadas de compa?eros partidistas o de opositores. Gracias a Layda Sansores por este alumbramiento: la otrora cient¨ªfica brinca a pol¨ªtica sin escr¨²pulos. Es la transfiguraci¨®n de la jefa de Gobierno.
Sansores asume el papel de sacerdotisa de las transfiguraciones. Este mart...
A Claudia Sheinbaum le gusta el espionaje. No le hace ascos a ganar una candidatura incluso si para ello hay que valerse de filtrar conversaciones privadas de compa?eros partidistas o de opositores. Gracias a Layda Sansores por este alumbramiento: la otrora cient¨ªfica brinca a pol¨ªtica sin escr¨²pulos. Es la transfiguraci¨®n de la jefa de Gobierno.
Sansores asume el papel de sacerdotisa de las transfiguraciones. Este martes habl¨® de que el cuerpo del senador Ricardo Monreal estaba entre nosotros, pero su alma no. Con ese nosotros se refiere, por supuesto, a la mayest¨¢tica primera persona en plural de ese singular que es el lopezobradorismo. La campechana decreta que el zacatecano ha pecado de herej¨ªa y se dispone a quemarlo. Y lo hace, al menos medi¨¢ticamente, al dar a conocer supuestos chats de supuestas traiciones en supuestos acuerdos non sanctos con Alito.
Layda utiliza el espionaje, y medios oficiales, para denostar a Ricardo. Sansores ataca a Monreal para beneficiar a Sheinbaum. Al no desacreditar tajantemente a la gobernadora campechana, Claudia acepta el regalo envenenado. La gobernante que prometi¨® derechos e innovaci¨®n le encuentra el gusto a la pol¨ªtica de las ca?er¨ªas.
Qui¨¦n sabe si Monreal en efecto sea ya un zombi, como lo decret¨® Sansores. Tiene muchas vidas, y se encomienda a muchos santos, de esta tierra y de Atocha. Mas lo cierto es que esa beneficiaria de maniobras de espionaje que lleva por nombre Claudia y por apellido Sheinbaum muestra sin dudas esa disposici¨®n propia de quienes han renunciado a todo con tal de eventualmente ganarlo todo: ?Quieren que brinque? Brinco. ?Que abrace la militarizaci¨®n? Traigan ropa verde olivo. ?Qu¨¦ intentar¨¢n destruir las aspiraciones de Monreal con trucos que ni el viejo r¨¦gimen utilizaba con tanto descaro? Por fa, d¨ªganme a qu¨¦ hora es el show para no perd¨¦rmelo.
Si el espionaje es bendecido por la precandidata que se supone lleva ventaja, ?qu¨¦ peligrosa puerta se les est¨¢ abriendo a quienes se sientan desesperados porque no suben o porque no la bajan? Ella fija ese est¨¢ndar, ojal¨¢ no terminemos por lamentarlo todos.
A nosotros nos espiaron, ahora nosotros usamos el espionaje en contra de nosotros, es el nuevo canto en las filas morenistas. Viva la transformaci¨®n.
Layda tiene jefe y quiere tener jefa. No se manda sola. Y quienes reciben estos favores medi¨¢ticos, realizados con materiales de origen espurio, minimizan la gravedad del asunto.
?Nombre! Hasta sus asesores internacionales deben estar conmovidos por la docilidad con que cambia de piel la suspirante. De investigadora universitaria a solapadora de espionaje. Sonr¨ªan, vamos a ganar.