Muertos vivos: el dolor invisible de la covid
Son millones los que quedaron sumidos en un duelo que no termina porque nunca empez¨®: los que no pudieron vivir el fallecimiento de sus seres queridos
Ayer arroj¨¦ a la basura la masa madre que aliment¨¦ desde marzo de 2020, cuando en mi pa¨ªs, la Argentina, se decret¨® el confinamiento por la pandemia de covid-19. Cada s¨¢bado, durante mucho tiempo, le agregu¨¦ harina y agua para que siguiera viva. Ahora estuve fuera del pa¨ªs durante un per¨ªodo largo y se ech¨® a perder. La vi morir en el tacho de basura y sent¨ª una a?oranza extra?a ¡ªdir¨ªa: horrorosa¡ª por aquellos d¨ªas de simpleza autom¨¢tica, en los que tan...
Ayer arroj¨¦ a la basura la masa madre que aliment¨¦ desde marzo de 2020, cuando en mi pa¨ªs, la Argentina, se decret¨® el confinamiento por la pandemia de covid-19. Cada s¨¢bado, durante mucho tiempo, le agregu¨¦ harina y agua para que siguiera viva. Ahora estuve fuera del pa¨ªs durante un per¨ªodo largo y se ech¨® a perder. La vi morir en el tacho de basura y sent¨ª una a?oranza extra?a ¡ªdir¨ªa: horrorosa¡ª por aquellos d¨ªas de simpleza autom¨¢tica, en los que tantas cosas se hac¨ªan s¨®lo porque era la manera de aferrarse a la idea de que algo ten¨ªa sentido: limpiar, alimentar la masa madre. D¨ªas en los que tantas cosas se hac¨ªan sin que, supimos despu¨¦s, tuvieran sentido alguno: desinfectar el carro de las compras, lavar las bananas. No velar a los muertos. Hace poco, en M¨¦xico, un taxista me cont¨® que hab¨ªa perdido a su hermana por covid-19 durante el primer a?o de la pandemia. La dej¨® en un pasillo de hospital y ya no volvi¨® a verla. Ni agonizante ni muerta. No sabe si sufri¨®, no sabe si tuvo miedo, no sabe qu¨¦ dijo antes de ser intubada, no sabe qu¨¦ aspecto ten¨ªa cuando la llevaron a la morgue. Todav¨ªa duda de que sea su cuerpo el que enterraron en una tumba a la que nadie pudo ir a despedirla ¡ªestaba prohibido¡ª y, aunque sabe que es imposible, cree que en alg¨²n momento su hermana puede aparecer. Son millones los que, como ¨¦l, quedaron sumidos en un duelo que no termina porque nunca empez¨®: los que no pudieron vivir la muerte de sus queridos. No se habla ahora de esas cosas. S¨®lo queremos recuperar la vida por sobredosis, la vida man¨ªaca: recitales, bares, la embriaguez del que ha sobrevivido. Yo pienso en ellos. ?Se preguntar¨¢n si haberles arrebatado as¨ª a sus muertos era necesario? ?Recordar¨¢n con ira, estar¨¢n en paz? ?Qui¨¦n se ocupa de su da?o irreparable? Hay un verso de Richard Siken: ¡°En un sue?o, tu cuerpo me cont¨® que nunca le tuvo miedo a nada¡±. Ojal¨¢, al menos, sue?en con eso.