Ver a t¨ªas drog¨¢ndose
¡®Autodefensa¡¯ es una producci¨®n audiovisual capaz de relacionar acontecimientos sin centro ¨®ptico ni perspectiva narrativa. Esto hace que sea un producto est¨¦ticamente sofisticado pero vacuo al mismo tiempo
¡°Va en serio, va muy en serio. Vamos a dejar las drogas ya. Es que ni coca, ni keta, ni speed, ni LSD, ni porros, ni marihuana, ni eme, ni opio, ni GHB, ni nada¡±, clama Berta Prieto en el tr¨¢iler de la serie espa?ola Autodefensa mientras se suceden a ritmo card¨ªaco la m¨²sica tecno y las escenas de afters con primeros planos de las dos veintea?eras protagonistas ¡ªla propia Prieto y Bel¨¦n Barenys¡ª meti¨¦ndose de ...
¡°Va en serio, va muy en serio. Vamos a dejar las drogas ya. Es que ni coca, ni keta, ni speed, ni LSD, ni porros, ni marihuana, ni eme, ni opio, ni GHB, ni nada¡±, clama Berta Prieto en el tr¨¢iler de la serie espa?ola Autodefensa mientras se suceden a ritmo card¨ªaco la m¨²sica tecno y las escenas de afters con primeros planos de las dos veintea?eras protagonistas ¡ªla propia Prieto y Bel¨¦n Barenys¡ª meti¨¦ndose de todo. ?Y despu¨¦s? Una ola de cr¨ªticas y miles de tuits que dividen Internet entre amantes y detractores de la serie. De hecho, la segunda parte ha generado tantas cr¨ªticas que la propia Prieto ha contestado a ¡°la gente enfada de Twitter¡± en un v¨ªdeo titulado ¡°?Qu¨¦ dices hater?¡±.
Autodefensa (para quien no lo haya visto) explora el universo ¨ªntimo de sus dos protagonistas recurriendo a sexo crudo, consumo de drogas, cinismo, crueldad, narcisimo y grandes dosis de autocomplacencia. ¡°La juventud real no es as¨ª¡±, denuncia uno de sus haters. Y Prieto responde: ¡°Nunca pretendimos hacer una serie generacional (¡) Es una serie que habla de unas j¨®venes muy concretas. Son j¨®venes que se dedican a algo m¨¢s o menos cultural, que son de ciudad y que tienen un entorno m¨¢s o menos privilegiado¡±. ¡°?Alguna vez har¨¢n una serie de gente que no se drogue?¡±, pregunta otra espectadora. Y Prieto sentencia: ¡°Creo que quiz¨¢ le da rabia a la gente ver a t¨ªas pas¨¢ndoselo bien o haciendo un poco lo que les da la gana. Ver a t¨ªas drog¨¢ndose y que el hecho de drogarse no est¨¦ justificado por un trauma o por una experiencia supernegativa que entonces justifica su dolor y que como mujer pues entiendes que est¨¢s perturbad¨ªsima y que por eso te drogas¡, que simplemente lo haces porque te da la gana¡±.
Y en esta respuesta fr¨ªvola y tramposa, donde insin¨²a sin sonrojo que drogarse es feminista, nos deja ver el problema central de su obra: una falta imperdonable de discurso sobre lo que se est¨¢ contando. Una carencia que ata?e no solo al tema de las drogas, sino a todos los que aborda como el consentimiento sexual, la salud mental o la religi¨®n.
Que vivimos en una sociedad de drogadictos donde la mayor parte de conductas sociales y pol¨ªticas est¨¢n atravesadas por el consumo de ¡°sustancias¡± (sean legales o no) es algo que sabemos todos. Lo que incomoda no es pues el tema, sino la forma de abordarlo. As¨ª, Autodefensa se presenta como una caricatura del consumo de drogas que elude profundizar en un problema repugnante que atraviesa nuestra sociedad. Y como tal es esperable que las creadoras tropiecen con el reproche moral de muchos. ¡°Mi hermano era drogodependiente y hace dos a?os que muri¨® debido a ello as¨ª que el hecho de que os tom¨¦is el tema de las adicciones como si fuera un puto juego no me hace ni pu?etera gracia¡±, tuitea La R¨®. Pero m¨¢s all¨¢ de la cr¨ªtica moral Autodefensa se merece un reproche narrativo. Porque si haces un relato sobre un problema que est¨¢ en la sociedad y te haces menos preguntas que la propia sociedad sobre el mismo, entonces no est¨¢s haciendo un relato, sino un videoclip. Estamos pues ante una producci¨®n audiovisual capaz de relacionar acontecimientos sin centro ¨®ptico ni perspectiva narrativa. Esto hace que sea un producto est¨¦ticamente sofisticado pero vacuo al mismo tiempo. ¡°Esto va sobre cagarla, sobre no demonizar el sexo o las drogas, sobre poder equivocarse¡±, ha defendido Prieto. Y ha acertado. Porque renunciar a la responsabilidad narrativa es una cagada.