Puertas al campo
Las protestas en Ir¨¢n son un claro ejemplo de c¨®mo la comunicaci¨®n gana la batalla a la censura cuando se hace un uso inteligente de las redes sociales
Maji Reza Rahnavard ten¨ªa 23 a?os y fue ahorcado p¨²blicamente al amanecer del pasado lunes en la localidad iran¨ª de Moshad. Un tribunal lo declar¨® culpable del delito de ¡°rebeli¨®n contra Dios¡±, por su participaci¨®n en las multitudinarias y testarudas ...
Maji Reza Rahnavard ten¨ªa 23 a?os y fue ahorcado p¨²blicamente al amanecer del pasado lunes en la localidad iran¨ª de Moshad. Un tribunal lo declar¨® culpable del delito de ¡°rebeli¨®n contra Dios¡±, por su participaci¨®n en las multitudinarias y testarudas protestas con las que los j¨®venes iran¨ªes est¨¢n plantando cara a la Rep¨²blica Isl¨¢mica desde el pasado 14 de septiembre. El r¨¦gimen iran¨ª, habitualmente tan al¨¦rgico a la transparencia, se apresur¨® esta vez a difundir el v¨ªdeo de la ejecuci¨®n e im¨¢genes del cad¨¢ver de Maji Reza suspendido de una gr¨²a con las manos y los pies atados y una bolsa negra en la cabeza. Un cruel mensaje de advertencia ante el que los j¨®venes iran¨ªes reaccionaron con la misma estrategia que han seguido desde el inicio del conflicto: abrir las ventanas de Ir¨¢n al mundo a trav¨¦s de las redes sociales en busca de visibilidad y ayuda internacional.
Las protestas en Ir¨¢n son un claro ejemplo de cu¨¢n dif¨ªcil es poner puertas al campo en la era de internet y, sobre todo, de c¨®mo la comunicaci¨®n gana la batalla a la censura cuando se hace un uso inteligente de las redes sociales. Los esfuerzos de la dictadura por ocultar las protestas con un f¨¦rreo control de la informaci¨®n y los continuos cortes en el acceso a internet o a las redes de telefon¨ªa m¨®vil han resultado rid¨ªculamente in¨²tiles. Los iran¨ªes han sabido construir durante estos meses una inmensa red digital de espejos para reflejar hasta el infinito las im¨¢genes, los datos, los nombres y los rostros que componen las peque?as historias de la gran historia de las ansias de libertad de un pueblo.
¡°?Oiga?, por favor, acudan al sector 66, cementerio Behest Reza de Moshad. Su hijo ha sido ejecutado esta ma?ana y se le ha enterrado all¨ª¡±. Apenas hab¨ªan pasado tres horas desde la ejecuci¨®n del joven Madji Reza y el periodista franc¨¦s, Armin Arefi (@arminarefi) estaba narrando al mundo desde su cuenta de Twitter detalles de lo sucedido, como el lac¨®nico mensaje que el r¨¦gimen iran¨ª hizo llegar por tel¨¦fono a la familia de Maji Reza. Arefi vive en Francia, es reportero del semanario Le Point, autor del libro Una primavera en Teher¨¢n, y es uno de los periodistas que mejor est¨¢ utilizando sus redes sociales para ofrecer al Ir¨¢n libre lo que m¨¢s necesita: periodismo. La revuelta iran¨ª est¨¢ documentada en su cuenta de Twitter desde que, a mediados de septiembre, la joven Mahsa Amini fue asesinada en una comisar¨ªa por llevar el velo mal colocado. El periodista Armin Arefi aporta informaci¨®n y an¨¢lisis propios que publica en Le Point, pero, adem¨¢s, realiza una importante labor de verificaci¨®n y puesta en contexto de los v¨ªdeos y las fotograf¨ªas procedentes de Ir¨¢n, antes de publicarlas en Twitter. Su cobertura diaria del Ir¨¢n que la dictadura no quiere ense?ar se complementa con las aportaciones de otras cuentas cuyo contenido comparte desde la suya.
Junto a Armin Arefi, otros periodistas y medios occidentales est¨¢n comprometidos en este ejercicio de periodismo en el que las redes sociales son, a la vez, fuente de informaci¨®n, herramienta de trabajo y plataforma de difusi¨®n. Las cortinas oscuras del escenario iran¨ª se han abierto definitivamente, pese al empe?o de los ayatol¨¢s en echarles el cierre. Una bonita victoria del periodismo moderno. Tambi¨¦n, un camino que no conviene abandonar cuando, como sucede actualmente, las amenazas a la democracia se multiplican en el planeta.