Nunca somos los mismos cuando leemos un libro por segunda vez
Dejar de amar es dejar de contar, dejar de querer que el otro lo sepa todo, dejar de tener el impulso de, cuando te pase algo, incluso tu propio divorcio, llamar inmediatamente a tu marido para cont¨¢rselo
Suave es la noche, la novela de Scott Fitzgerald, es la cr¨®nica del final del encanto, una virtud que le es otorgada a un n¨²mero reducido de personas para seducir al mundo con la condici¨®n de acabar destruy¨¦ndolo. En pol¨ªtica se ven muchos. Y Gatsby, que no deja de ser una novela con trasfondo pol¨ªtico (la violenta desaparici¨®n de un tel¨®n que ocultaba lo que hab¨ªa detr¨¢s de la euforia de la especulaci¨®n y el pelotazo), encuentra correspondencia en la siguiente novela de Fitzgera...
Suave es la noche, la novela de Scott Fitzgerald, es la cr¨®nica del final del encanto, una virtud que le es otorgada a un n¨²mero reducido de personas para seducir al mundo con la condici¨®n de acabar destruy¨¦ndolo. En pol¨ªtica se ven muchos. Y Gatsby, que no deja de ser una novela con trasfondo pol¨ªtico (la violenta desaparici¨®n de un tel¨®n que ocultaba lo que hab¨ªa detr¨¢s de la euforia de la especulaci¨®n y el pelotazo), encuentra correspondencia en la siguiente novela de Fitzgerald.
Los protagonistas de Suave es la noche, Dick y Nicole, esa pareja cuya fuerza de atracci¨®n consigue que a su alrededor orbite el mundo, terminan no s¨®lo destroz¨¢ndose a ellos mismos, como a esas alturas le contaba en su correspondencia Fitzgerald a su esposa Zelda (¡°Nos destrozamos nosotros mismos. Sinceramente, nunca he cre¨ªdo que nos destroz¨¢ramos el uno al otro¡±), sino echando el cierre a una ¨¦poca creada a su imagen y semejanza. Al contrario que El gran Gatsby, radiograf¨ªa de un encanto, Suave es la noche lo es del desencanto; eso quiere decir que Gatsby tiene una lectura universal y que Suave es la noche tiene tantas lecturas como momentos de la vida en los que uno la lee. Nunca es el mismo libro porque nunca somos los mismos cuando leemos un libro por segunda vez.
Hay una escena particularmente dolorosa que ocurre cuando Dick convence a Nicole para nadar hasta la balsa en la que est¨¢ Rosemary, la amante de Dick cinco a?os atr¨¢s; una chica joven por la que Dick pierde la cabeza. Al llegar a la balsa, previendo lo que va a ocurrir, Nicole le pide a Dick que suba solo mientras ella se queda nadando alrededor. Escucha entonces su conversaci¨®n, sabe cu¨¢ndo su marido habla con alguien que le gusta, y nada y nada como un tibur¨®n triste alrededor de esa balsa y bucea cuando escucha algo que le duele. Pero siempre, en alg¨²n momento, falta ox¨ªgeno: y para seguir viviendo tiene que seguir sufriendo.
El patetismo de esa impresionante escena, tan real, tan cruda, tiene un cap¨ªtulo m¨¢s. Dick se propone hacer esqu¨ª acu¨¢tico desde esa balsa, como est¨¢n haciendo los dem¨¢s. Nicole sabe que ya no ser¨¢ capaz porque ha perdido la forma de anta?o, pero que lo intentar¨¢ para impresionar a Rosemary. Y aunque al principio siente un infinito desprecio, cuando lo ve caer una y otra vez, humillado, sufre por ¨¦l y se sorprende deseando que sea capaz de hacerlo. Que se mantenga de pie y, en nombre del amor y la admiraci¨®n que ella le profesa, embelese a Rosemary. Hasta ah¨ª llega su compasi¨®n por ¨¦l.
Quiz¨¢ la mejor definici¨®n de lo que significa una pareja sucede cuando se re¨²nen Tommy (el amante de Nicole), Nicole y su marido Dick para poner las cartas sobre la mesa. Nicole le pide el divorcio a Dick para irse con Tommy. Dick est¨¢ de acuerdo y Nicole se pone tan contenta de que una reuni¨®n tan delicada haya salido bien que su primer impulso al llegar al hotel es, como siempre, contarle lo que ha pasado a Dick. Quiere llamarlo. Quiere contarle todos los detalles de una reuni¨®n en la que Dick ha estado presente. No se da cuenta de que Dick ya lo sabe, tampoco sabe a¨²n que dejar de amar es dejar de contar, dejar de querer que el otro lo sepa todo, dejar de tener el impulso de, cuando te pase algo, incluso tu propio divorcio, llamar inmediatamente a tu marido para cont¨¢rselo. Tampoco es necesario aprenderlo. La vida es m¨¢s emocionante sin querer aprenderlo todo.