India, ¡°madre de la democracia¡±
Hay que salir del prisma euroc¨¦ntrico dominante y reconocer la contribuci¨®n de las civilizaciones del subcontinente indio a los fundamentos del pensamiento y la praxis democr¨¢tica
¡°Madre de la democracia¡±, uno de los esl¨®ganes con los que el Gobierno indio ha escogido enmarcar su presidencia del G-20 este a?o y que es, adem¨¢s, el t¨ªtulo de un libro publicado en 2022 por el Consejo Indio de Investigaciones Hist¨®ricas (ICHR); puede sorprender a m¨¢s de un occidental. ?Acaso no es Grecia ¡ªesto es, la Grecia antigua¡ª la madre de la democracia? A quienes hayan seguido de cerca la evoluci¨®n de la ret¨®rica del Gobierno de Narendra Modi, les sorprender¨¢ menos la expresi¨®n. Ya en noviembre de 2020, el primer ministro indio la utiliz¨® en la inauguraci¨®n de las obras para el nuevo edificio del parlamento en Nueva Delhi. Y en septiembre de 2021, en su discurso ante la Asamblea de Naciones Unidas, se refiri¨® ¡°a la gran tradici¨®n democr¨¢tica [india] que se remonta a miles de a?os¡±, declar¨¢ndose orgulloso de representar a un pa¨ªs ¡°que se conoce como la madre de la democracia¡±. La frase no es balad¨ª y merece atenci¨®n. Si bien, es lo suficientemente ambigua, sem¨¢nticamente hablando, como para interpretarse de, al menos, dos maneras: bien como una reivindicaci¨®n del presente pol¨ªtico indio, esto es, de su aportaci¨®n a la democracia en el mundo, maternando a m¨¢s de 1.400 millones de ciudadanos formalmente libres; o bien como una reivindicaci¨®n hist¨®rica, esto es, reclamar la contribuci¨®n de las civilizaciones del subcontinente indio a los fundamentos del pensamiento y la praxis democr¨¢tica.
En The Argumentative Indian (traducido al espa?ol como La India contempor¨¢nea: entre modernidad y tradici¨®n), Amartya Sen expone c¨®mo, durante la etapa colonial, los historiadores europeos, especialmente los brit¨¢nicos, a veces sin propon¨¦rselo y otras deliberadamente, fueron construyendo una visi¨®n de la historia cultural e intelectual india que sistem¨¢ticamente minimiza o ignora sus contribuciones al pensamiento racional y deliberativo. Sen alude a la aportaci¨®n, por ejemplo, de cient¨ªficos como Brahmagupta que ya en el siglo VII constat¨® el movimiento de la Tierra y teoriz¨® sobre la fuerza de la gravedad. Pero tambi¨¦n se refiere a la ¡°liberalidad¡± y la heterodoxia que permite el hinduismo en sus textos como ¡°una de sus contribuciones al mundo del pensamiento¡±. Dicha liberalidad se ver¨ªa, asimismo, reflejada en una tradici¨®n democr¨¢tica propia, de la cual hay cada vez m¨¢s evidencia. De acuerdo al historiador Steve Muhlberger, hay pruebas de gobiernos no mon¨¢rquicos ya en la ¨¦poca de los Vedas, entre 3.000 y 2.000 a?os antes de Cristo. Aunque, se?ala el autor, ¡°las polis republicanas fueron m¨¢s comunes y vigorosas durante el per¨ªodo budista, entre el 600 AC y el 200 DC.¡± Seg¨²n el historiador Anant Sadashiv Altekar, dichas rep¨²blicas se encontraban, sobre todo, en el noroeste de la India. Las m¨¢s fuertes ¡°operaban como gobiernos soberanos¡±, explica Muhlberger, y ten¨ªan fama por poseer una pol¨ªtica exterior, una hacienda, un ej¨¦rcito y unas leyes bien desarrolladas. En la literatura budista y bram¨ªnica pueden hallarse detalles sobre el funcionamiento de sus asambleas.
A estas rep¨²blicas se refiere tambi¨¦n el historiador griego Di¨®doro S¨ªculus en el siglo I AC, posiblemente reproduciendo el testimonio del ge¨®grafo Meg¨¢stenes. En el siglo III AC, Meg¨¢stenes fue embajador heleno en Pataliputra, capital del Imperio Maurya, actual Patna, en el noreste de la India, lo que sugiere que la existencia de gobiernos asamblearios se extend¨ªa a todo el norte de la India. Estos ejemplos de referencias griegas a la convivencia entre rep¨²blicas y monarqu¨ªas en la regi¨®n no s¨®lo ilustran la diversidad de formas pol¨ªticas que conoci¨® aquella en la antig¨¹edad. Sirven tambi¨¦n para evocar los intercambios de ideas y pr¨¢cticas que m¨¢s que posiblemente se dieron entre las civilizaciones del Mediterr¨¢neo, Oriente Medio y el subcontinente indio, contrarrestando la idea frecuentemente impl¨ªcita en los imaginarios hist¨®ricos dominantes de que cada una de estas antiguas civilizaciones se desarroll¨® de manera aislada.
Si el reconocimiento de la presencia de una antigua tradici¨®n deliberativa y pr¨¢ctica asamblearia en el subcontinente indio contribuir¨ªa a cuestionar el prejuicio de un Oriente desp¨®tico versus un Occidente democr¨¢tico, el papel de la democracia india en la actualidad tampoco debe menospreciarse. En su ya cl¨¢sico The Idea of India, Sunil Khilnani sostiene que la constituci¨®n de la democracia india tras la independencia del pa¨ªs en 1947 supondr¨ªa ¡°el tercer momento del gran experimento democr¨¢tico iniciado a finales del siglo XVIII con las revoluciones americana y francesa¡±. Considera el polit¨®logo que la instauraci¨®n de la democracia india tuvo algo de fortuito en el sentido de que hubo en las ¨¦lites que se encargaron de sentar sus bases cierto nivel de ¡°inconsciencia¡± y ¡°despreocupaci¨®n¡±. Estas no parecieron anticipar las contradicciones que emerger¨ªan de superponer un sistema pol¨ªtico igualitario sobre una estructura social inmensamente desigual. Sin embargo, una vez en marcha, afirma Khilnani, el resultado del experimento indio ¡°bien puede convertirse en el m¨¢s significativo de todos, en parte debido a su escala humana y en parte a su ubicaci¨®n, una importante cabeza de puente de la agitada libertad en el continente asi¨¢tico¡±. Pese a sus particularidades, los retos que afronta la democracia india son los que enfrentan cada vez m¨¢s democracias en el mundo, se?ala Khilnani, s¨®lo que en una vasta escala: ¡°la reivindicaci¨®n de derechos comunitarios y grupales y el uso de la democracia para la defensa de identidades colectivas; la dificultad para mantener uniones pol¨ªticas multiculturales a gran escala; el apremio por hacer funcionar la democracia pese a la adversidad econ¨®mica, por sostenerla sin prosperidad¡±. La India emerge, as¨ª, como el espejo en el que Occidente podr¨ªa mirarse.
Pese a todo lo anterior, concluye Sen, tanto en el imaginario occidental como en la imagen que de s¨ª misma tiene la sociedad india, pervive el concepto de ser una cultura de escasas aptitudes racionales y deliberativas y, por otra parte, grandes dotes espirituales y m¨ªsticas, como si estas distintas cualidades no fuesen compatibles. Desde una perspectiva global, y en aras de una visi¨®n de la democracia m¨¢s plural y rigurosa, es importante reconocer el legado de las tradiciones deliberativas y asamblearias que pueden hallarse en el subcontinente indio (al igual que en otras regiones del mundo). Sirva, asimismo, este ejercicio para prevenir la instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica del pasado de unos y otros, esto es, idealizar o sobredimensionar determinadas aportaciones con el solo fin de poder decir ¡°nuestra democracia es m¨¢s antigua y aut¨¦ntica que la vuestra¡±. Pues, no se trata de entrar en una l¨®gica de revancha o competici¨®n absurda entre civilizaciones ¡ªde antiguos indios contra antiguos griegos, por ejemplo¡ª. De lo que s¨ª se trata es de salir del prisma euroc¨¦ntrico predominante, de conocer y reconocer todas las contribuciones a la historia y el legado democr¨¢tico de la Humanidad y concebir la democracia como algo que hemos construido entre todos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.