Operaci¨®n a coraz¨®n abierto
Con el adelanto electoral, el presidente del Gobierno muestra su coherencia con la exigencia democr¨¢tica de rendici¨®n de cuentas
Dar la cara. Cuando uno pierde debe reconocerlo. Cuando lo reconoce, debe actuar. Cuando pierde mucho sobre las propias expectativas, lo propio es actuar con contundencia. Todo eso es lo que en versi¨®n vulgata significa la exigencia democr¨¢tica de ¡°rendici¨®n de cuentas¡±, especialmente en coyunturas cr¨ªticas. Este es el sentido (y el valor) esencial del anuncio de convocatoria electoral general realizado por el presidente del Gobierno. Dar la c...
Dar la cara. Cuando uno pierde debe reconocerlo. Cuando lo reconoce, debe actuar. Cuando pierde mucho sobre las propias expectativas, lo propio es actuar con contundencia. Todo eso es lo que en versi¨®n vulgata significa la exigencia democr¨¢tica de ¡°rendici¨®n de cuentas¡±, especialmente en coyunturas cr¨ªticas. Este es el sentido (y el valor) esencial del anuncio de convocatoria electoral general realizado por el presidente del Gobierno. Dar la cara cuando hace sol es agradable. Cuando llueve, te mojas; y cuando graniza, te golpean los chuzos.
En otras oportunidades hist¨®ricas se ha apelado a una versi¨®n suave de esa rendici¨®n de cuentas, luego traicionada: que el protagonista ha entendido el mensaje. ¡°Je vous ai compris¡±, os he comprendido, dijo el general De Gaulle prometiendo que Argelia nunca dejar¨ªa de ser francesa, y al poco contrari¨® su promesa. En esta ocasi¨®n no hay doble lenguaje. Pedro S¨¢nchez ha encajado el sentido de la votaci¨®n en su alcance m¨¢ximo de ¡°moci¨®n de censura¡± que hab¨ªa formulado previamente el l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o. Y una censura espec¨ªfica focalizada en su persona, pues respondi¨® al reto de ¡°derogar el sanchismo¡± encabezando en primer¨ªsima fila la infortunada campa?a electoral.
La coherencia con el principio de rendir cuentas empieza en su caso como reconocimiento de una derrota incuestionable, de un aldabonazo may¨²sculo. Contin¨²a en el respeto a los votantes indecisos que abandonaron a los partidos del Gobierno (y en un intento de empatizar con ellos). Y concluye en un empe?o de solidarizarse con sus compa?eros, los dirigentes socialistas que han perdido poder e influencia: su pasividad habr¨ªa sido germen de desuni¨®n y fricciones a cargo de quienes en este caso han sido excluidos del escenario. En muy buena medida porque su l¨ªder (incluso aunque solo fuese la caricatura que de ¨¦l se ha trazado) no sum¨® lo que se promet¨ªa en t¨¦rminos electorales, o directamente rest¨®.
Puede discutirse si otras medidas alternativas que hubiesen alargado la legislatura habr¨ªan exhibido mayores beneficios o menores perjuicios para quienes sintonizan con el proyecto progresista. Y directamente para los intereses de las izquierdas. Se desmenuzar¨¢n. Pero es innegable que cuando la enfermedad es dif¨ªcil de tratar solo con analg¨¦sicos o incluso antibi¨®ticos, la propia vida del paciente est¨¢ en peligro, la operaci¨®n, en este caso a coraz¨®n abierto, puede tambi¨¦n constituirse en el ¨²nico sendero realista. En el sentido de mayo de 1968: sed realistas, pedid lo imposible. Y adem¨¢s, es una salida arriesgada. Muy muy S¨¢nchez. Quiz¨¢ propia de la mejor de sus versiones.