Todo eso vi
A lo largo de muchas semanas, durante una ¨¦poca irreal en un sitio indeterminado de la Costa Brava, todo eso fue m¨ªo
Vi piedras cubiertas por el susurro on¨ªrico del musgo y de las algas. Vi las agujas opacas de los pinos volverse doradas con la luz del amanecer. Vi el mar como una placa de metal bru?ido. Vi las rocas mecidas por olas tranquilas o aguantando el embate de remolinos violentos. Vi encinas lastimadas, amapolas sangrientas como ampollas, pastizales dulces. Vi volverse rubios los campos de trigo. Vi llegar las tormentas. Vi la l¨ªnea del horizonte marcando un l¨ªmite o una opini¨®n: ¡°Es hasta ac¨¢¡±. Vi la lluvia golpear los cristales de puertas y ventanas antiguas. Vi la niebla. Vi inflexibles muros an...
Vi piedras cubiertas por el susurro on¨ªrico del musgo y de las algas. Vi las agujas opacas de los pinos volverse doradas con la luz del amanecer. Vi el mar como una placa de metal bru?ido. Vi las rocas mecidas por olas tranquilas o aguantando el embate de remolinos violentos. Vi encinas lastimadas, amapolas sangrientas como ampollas, pastizales dulces. Vi volverse rubios los campos de trigo. Vi llegar las tormentas. Vi la l¨ªnea del horizonte marcando un l¨ªmite o una opini¨®n: ¡°Es hasta ac¨¢¡±. Vi la lluvia golpear los cristales de puertas y ventanas antiguas. Vi la niebla. Vi inflexibles muros antiguos volverse j¨®venes e inocentes al atardecer. Vi el atardecer. Vi el v¨¦rtigo de las piedras cayendo a pico en las fauces de acantilados transparentes. Vi la arena reverberar como polen y deshacerse en calas de cristal. Vi a un p¨¢jaro atrapar un insecto en pleno vuelo. Vi murci¨¦lagos, vi escarabajos, vi el estremecimiento el¨¦ctrico de los abejorros. Vi gaviotas de l¨ªnea fina. Vi perros plateados. Vi nubes de presagio. Vi un hogar a le?a crepitando de noche. Vi casas pintadas de un blanco honesto y generoso. Vi el peso del sol y el peso de la luna. Vi los campos saqueados por vientos vand¨¢licos. Vi caminos de grava internarse entre ¨¢rboles espinosos con ramas como u?as malas. Vi senderos que se sumerg¨ªan en la penumbra y despu¨¦s flotaban en una luminiscencia acu¨¢tica. Vi fardos esparcidos por el campo como bestias pacientes. Vi el amarillo festivo de la colza. Vi barcos surcando el mar y vi la cicatriz de sus estelas. Vi el cielo azul como un lienzo terso. Vi la luz l¨ªquida del aire. Vi min¨²sculas part¨ªculas del polvo en suspensi¨®n. A lo largo de muchas semanas, durante una ¨¦poca irreal en un sitio indeterminado de la Costa Brava, todo eso fue m¨ªo. Despu¨¦s, me fui. ?Qu¨¦ queda ahora? Todo. En principio, cosechar esa siembra.