Feij¨®o y la ultraderecha, cursillo prematrimonial
Nunca fue tan f¨¢cil pasar por moderado en la derecha espa?ola desde que apareci¨® Vox, basta susurrarles ¡°as¨ª no, as¨ª no¡± mientras los metes por la gatera en los gobiernos
Alberto N¨²?ez Feij¨®o, y todo lo que va a pasar en Espa?a a partir de ahora, incluyendo los fant¨¢sticos pactos del PP con Vox en ayuntamientos y comunidades (?han le¨ªdo el acuerdo de Valencia?: ¡°Estamos a favor del ox¨ªgeno y en contra del c¨¢ncer...
Alberto N¨²?ez Feij¨®o, y todo lo que va a pasar en Espa?a a partir de ahora, incluyendo los fant¨¢sticos pactos del PP con Vox en ayuntamientos y comunidades (?han le¨ªdo el acuerdo de Valencia?: ¡°Estamos a favor del ox¨ªgeno y en contra del c¨¢ncer; tras estos puntos en com¨²n procedemos a repartir cargos¡±), se explica desde dos ejes fundamentales: Galicia y Bert¨ªn Osborne. Al segundo Feij¨®o fue a visitarlo a su casa, que es la tuya, para decirle que rechaz¨® un cargo en el Gobierno de Aznar antes de cumplir 30 a?os. ?Por qu¨¦? ¡°Cuando un chaval tiene 29 tacos, esto de hacerse del PP¡ no lo veo¡±. La frase es impresionante (Nuevas Generaciones la deber¨ªa enmarcar en sus congresos) porque describe un sentido pol¨ªtico sin el que no se entiende Feij¨®o: se mueve por sensaciones, es un pol¨ªtico ambiental, un hombre que cada ma?ana moja el dedo y lo saca por la ventana para ver por d¨®nde viene el aire, y cuando cierra la ventana lo seca y a otra cosa, eso si no se lo mete a alguien en el ojo: su concepto de libertad de prensa y la RTVG lo saben. Sus convicciones son las tuyas hasta que gobierna. En tu casa, que tambi¨¦n es la de Bert¨ªn Osborne, el presentador le pregunt¨® si consideraba a Vox extrema derecha y Feij¨®o dijo que, ¡°usando par¨¢metros europeos¡±, lo era. ¡°Pero si no les gusta que se lo llamemos, no se lo llamar¨¦¡±. Tampoco pactar¨¢ con ellos, pero si les molesta, pactar¨¢. Es de esos pol¨ªticos a los que, cuando hablan de l¨ªneas rojas, no hay que preguntarles d¨®nde est¨¢n las l¨ªneas, sino pedirles, como un oculista, que se?alen el color rojo.
En Galicia, Feij¨®o se labr¨® fama de gestor que extrapol¨® al resto de Espa?a. La gente nunca se dio cuenta de lo que realmente dec¨ªa: Galicia era su gestor¨ªa. La moderaci¨®n fue marketing: donde no gobiernas te juzgan por lo que dices, y Feij¨®o habla en moderad¨¦s, que es el idioma que usa la derecha desde tiempos de Gallard¨®n, que dimiti¨® de un Gobierno del PP porque se le fue la mano con el aborto. Nunca fue tan f¨¢cil pasar por moderado en la derecha espa?ola desde que apareci¨® Vox, basta susurrarles ¡°as¨ª no, as¨ª no¡± mientras los metes por la gatera en los gobiernos. Lo cierto es que la memoria (otra cosa que quiere derogar Feij¨®o, pero en 2006 aprob¨® entre enormes adversativas el reconocimiento de la figura del fusilado Alexandre B¨®veda, nacionalista gallego) nos devuelve a un Feij¨®o en la oposici¨®n a Touri?o, entonces presidente de la Xunta, haciendo una campa?a trumpista antes de Trump, lo suficientemente bruta como para dejar de derrochadores y amantes del lujo a dos se?ores, Touri?o y Quintana, para los que el lujo es H&M. ¡°?Se arrepiente?¡±, pregunt¨¦ en Diario de Pontevedra al hoy presidente de la Xunta, Alfonso Rueda: ¡°Fue una campa?a desde la oposici¨®n. Las elecciones no se ganaron o se perdieron por quince d¨ªas. Intentamos resumir en dos semanas los cuatro a?os de bipartito desunido y desconectado con la realidad. Si tuvimos m¨¢s o menos fortuna en hacerlo¡¡±.
El pacto del PP en Valencia con la extrema derecha, su rid¨ªcula forma de presentarlo, es marca Feij¨®o: lo que sea, de la forma que sea y hasta donde haga falta. El mismo que en 2019 grit¨® en un mitin a Vox: ¡°Mucho decir ¡®viva Espa?a¡¯, pero qu¨¦ sab¨¦is, ?de qu¨¦ co?o sab¨¦is!¡±, nos los saca al encerado a darnos clase.