Hay que tocar m¨¢s hierba
Twitter pasa un fin de semana en la UCI y Musk nos aconseja que salgamos m¨¢s
Twitter muri¨® este fin de semana. Otra vez. Desde que Elon Musk compr¨® la red social en octubre del a?o pasado, ¡°DEP Twitter¡± se ha ido colando peri¨®dicamente entre las expresiones m¨¢s tuiteadas, pero lo del s¨¢bado parec¨ªa que iba en serio. Tal y como recog¨ªa EL PA?S, la plataforma limit¨® durante un tiempo los mensajes que los usuarios pod¨ªan leer cada d¨ªa ¡ªleer, no escribir¡ª: prim...
Twitter muri¨® este fin de semana. Otra vez. Desde que Elon Musk compr¨® la red social en octubre del a?o pasado, ¡°DEP Twitter¡± se ha ido colando peri¨®dicamente entre las expresiones m¨¢s tuiteadas, pero lo del s¨¢bado parec¨ªa que iba en serio. Tal y como recog¨ªa EL PA?S, la plataforma limit¨® durante un tiempo los mensajes que los usuarios pod¨ªan leer cada d¨ªa ¡ªleer, no escribir¡ª: primero a 600 para los no verificados (los que no pagamos) y horas m¨¢s tarde, a 1.000.
La causa que dio Musk en un tuit fue la necesidad de frenar ¡°la extracci¨®n de datos¡±, como el uso de millones de mensajes para entrenar a inteligencias artificiales. La consecuencia fue que era imposible usar la red durante el fin de semana sin encontrarse con errores como el casi sovi¨¦tico ¡°cuota l¨ªmite excedida¡± o el m¨¢s coqueto ¡°ups, algo sali¨® mal¡±, al que se le pod¨ªa responder con un ¡°claro que algo sali¨® mal, Elon; en concreto, la compra de Twitter por 44.000 millones de d¨®lares¡±.
Hubo varias eleg¨ªas a la plataforma durante esas horas en las que parec¨ªa que se resquebrajaba la quilla del Titanic. Algunas en serio, que lamentaban (no sin raz¨®n) la posible desaparici¨®n de un sitio en el que podemos discutir de pol¨ªtica, seguir el pronunciamiento del grupo Wagner y comentar Eurovisi¨®n con miles de desconocidos. Otras sarc¨¢sticas, claro, como la de Oyente de Cope (@vvvhannah): ¡°Como nos quiten esto, que es donde nos hemos acostumbrado a desfogarnos, en dos semanas est¨¢ Espa?a que lo de Francia parece una partida de trivial con tu t¨ªa Asunci¨®n¡±.
Incluso parec¨ªa que Elon Musk se un¨ªa a la broma. El due?o de la empresa propon¨ªa a los usuarios que pasaran m¨¢s tiempo con la familia y que ¡°tocar¨¢n hierba¡±, expresi¨®n con la que se le sugiere a alguien que salga a la calle a que le d¨¦ el aire y deje de mirar internet un ratito.
El consejo no es malo: las redes sociales quieren que pasemos todo el tiempo posible mirando el m¨®vil para vender publicidad. Y por eso dan visibilidad al contenido que provoca m¨¢s emociones, como la indignaci¨®n. No se trata de que Twitter o Facebook quieran que pasemos el d¨ªa enfadados por culpa de la ¨²ltima ocurrencia de un pol¨ªtico de cuarta fila: nuestra ira es el efecto secundario de unos algoritmos que promueven los contenidos con los que interactuamos m¨¢s, aunque sea para mal. Como ironiza el periodista Johann Hari en El valor de la atenci¨®n, las petroleras tampoco quieren derretir los casquetes polares, pero es una consecuencia inevitable de su modelo de negocio.
Por eso las lonas de Vox y de Desokupa, que parecen una autoparodia, se han visto mucho en redes, pero solo en redes: est¨¢n hechas para Twitter y no para la calle. Y por eso todos nos indignamos cuando Jorge Buxad¨¦, la mano ultraderecha de Abascal (como titulaba Miguel Gonz¨¢lez), suelta que ¡°la condici¨®n de miembro de una Naci¨®n no es un documento de identidad¡±. Se trata de un tuit que firmar¨ªa cualquier indepe a los que se dice aquello de ¡°?qu¨¦ pone en tu DNI?¡±, y su ¨²nico objetivo es que hablemos de ¨¦l para que creamos que es algo digno de debatirse y no un pseudomeme para contentar a los seguidores.
Al final tenemos que estar de acuerdo con los tuiteros que daban las m¨¢s ir¨®nicas gracias a Musk por los l¨ªmites. As¨ª nos podremos desenganchar de estas dosis de indignaci¨®n y tocaremos m¨¢s hierba, o m¨¢s asfalto, o m¨¢s arena. Eso nos servir¨¢ para darnos cuenta de que, como dice un estudio de la Universidad de Nueva York que citaba EL PA?S hace unos d¨ªas, ¡°la mayor¨ªa de las personas son m¨¢s moderadas de lo que la gente piensa¡±. Los de las lonas y los que creen que la naci¨®n es una cuesti¨®n gen¨¦tica son cuatro. Cuanto menos tiempo les dediquemos, mejor.