Una UE ambiciosa y concreta
El semestre de la presidencia espa?ola afronta algunas pol¨ªticas cruciales del futuro, como la inmigraci¨®n
La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, y el del Ejecutivo espa?ol, Pedro S¨¢nchez, dieron ayer la se?al de salida al semestre de la presidencia espa?ola del Consejo de la Uni¨®n Europea (UE). En sus discursos mezclaron la ambici¨®n solemne y las concreciones pr¨¢cticas para una instituci¨®n que ha reportado a sus socios dos tercios de siglo de paz y de prosperidad. Von der Leyen y S¨¢nchez aseguraron que la Uni¨®n tiene ¡°una v...
La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, y el del Ejecutivo espa?ol, Pedro S¨¢nchez, dieron ayer la se?al de salida al semestre de la presidencia espa?ola del Consejo de la Uni¨®n Europea (UE). En sus discursos mezclaron la ambici¨®n solemne y las concreciones pr¨¢cticas para una instituci¨®n que ha reportado a sus socios dos tercios de siglo de paz y de prosperidad. Von der Leyen y S¨¢nchez aseguraron que la Uni¨®n tiene ¡°una visi¨®n de c¨®mo afrontar el cambio¡± o, en realidad, la pluralidad de cambios (social, verde, digital) que se avecinan o ya est¨¢n aqu¨ª. El futuro que desplegaron supone ¡°avanzar en una visi¨®n federal¡± para compartir ¡°m¨¢s solidaridad y m¨¢s pol¨ªticas¡±, sin incurrir en lirismos evanescentes pero tampoco en el tecnicismo fr¨ªo y alejado de la ciudadan¨ªa: un cierto impulso de misi¨®n civil y colectiva necesaria se desprendi¨® de una ceremonia que en el fondo coronaba intensas sesiones de trabajo de ministros y comisarios.
La presidencia de la UE est¨¢ sujeta al funcionamiento institucional del sistema y por encima de ella figura la jefatura permanente del Consejo Europeo. Pero su margen de maniobra es amplio: de la presidencia depende insuflar aliento propio y una cierta direcci¨®n en la medida que controla la agenda de casi todos los consejos de ministros de los 27 y con ella puede ralentizar, acelerar o pactar prioridades. El impulso pol¨ªtico en buena parte depende de ella y este es un momento excepcional que no debe limitarse a la gesti¨®n cotidiana o rutinaria de los asuntos y seguir abanderando la defensa de la democracia frente a la desp¨®tica invasi¨®n rusa de Ucrania, favorecer la distensi¨®n entre las superpotencias, pelear por la consolidaci¨®n de los significativos avances impulsados a trav¨¦s de los Fondos Next Generation tras la pandemia.
Entre esos ingredientes figura de forma muy destacada el impulso a la integraci¨®n de Ucrania en la UE, seg¨²n subrayaron Von der Leyen y S¨¢nchez, pero no de forma incondicional o precipitada: el examen de sus avances en derechos, libertades y modernizaci¨®n econ¨®mica ir¨¢ de la mano de la misma capacidad de absorci¨®n de la factura econ¨®mica que supondr¨¢ para la UE. Y, adem¨¢s, es impensable una Europa con m¨¢s de 30 socios (que incluyan tambi¨¦n a los Balcanes o Moldavia) sin una revisi¨®n institucional que reforme el sistema de votaci¨®n, que reduzca a¨²n m¨¢s el paralizante requisito de unanimidad y d¨¦ paso a otras formas de mayor¨ªas reforzadas: ese parece ser el destino tangible de la cumbre de Granada prevista para el 6 de octubre.
Destacan tambi¨¦n otras prioridades en el semestre. La cumbre con la CELAC latinoamericana es una de ellas, adem¨¢s de ser una enorme novedad en muchos a?os, y otra es la r¨²brica del acuerdo UE-Mercosur. Ambas deber¨ªan despejar viejos recelos entre los m¨¢s proteccionistas europeos (como Francia e Irlanda) y los mal avenidos socios de Am¨¦rica del Sur. El pacto sobre inmigraci¨®n debe implicar conjuntamente a todos los pa¨ªses en funci¨®n de sus distintas circunstancias y parece mejor encarrilado tras la reciente cumbre en que Varsovia y Budapest quedaron en minor¨ªa, sin siquiera el apoyo de la Italia de Giorgia Meloni. Tambi¨¦n la reforma de las reglas fiscales (o Pacto de Estabilidad) requerir¨¢ un gran acuerdo Norte-Sur para que la responsabilidad fiscal no atente contra el crecimiento y el empleo, mientras la pol¨ªtica energ¨¦tica tiene aristas m¨¢s dif¨ªciles. El compromiso espa?ol ante este semestre no puede depender de la titularidad de La Moncloa tras las elecciones, sino del sentido de Estado, sea quien sea quien figure al frente de la presidencia de la UE.