La derecha que me gusta
La amenaza es que sujetos, en general corruptos, contagien el ideario y el programa de la derecha convencional, democristiana o liberal:
La derecha que me gusta es europe¨ªsta, una palanca esencial para construir la UE. Es la democr¨¢tica a rajatabla, indemne a los fascismos. Es la del pacto social. La abierta al mundo y a otras etnias y culturas. Punto. La derecha que me repugna es la que se deja secuestrar por los ultras, xen¨®fobos y parafascistas. Pues el peor peligro para la Europa democr¨¢tica no es el extremismo de Le Pen, Orb¨¢n o Abascal, fascistas irredentos con piel de cordero.
La amenaza es que esos sujetos, en general corruptos, contagien el ideario y el programa de la derecha convencional, democristiana o libera...
La derecha que me gusta es europe¨ªsta, una palanca esencial para construir la UE. Es la democr¨¢tica a rajatabla, indemne a los fascismos. Es la del pacto social. La abierta al mundo y a otras etnias y culturas. Punto. La derecha que me repugna es la que se deja secuestrar por los ultras, xen¨®fobos y parafascistas. Pues el peor peligro para la Europa democr¨¢tica no es el extremismo de Le Pen, Orb¨¢n o Abascal, fascistas irredentos con piel de cordero.
La amenaza es que esos sujetos, en general corruptos, contagien el ideario y el programa de la derecha convencional, democristiana o liberal: persiguiendo los derechos de la mujer y los gais; odiando las lenguas y culturas minoritarias; negando el cambio clim¨¢tico; atacando a inmigrantes y zahiriendo la igualdad, y a las organizaciones humanitarias, sindicales, ecologistas.
?Existe a¨²n esa derecha democr¨¢tica, o es mera nostalgia progresista? Existe. Y no est¨¢ escrito que deba sucumbir y dejarse capturar como en 1933 hizo Von Papen ¡ªl¨ªder del partido del centro cat¨®lico¡ª por Adolf Hitler: acab¨® sirvi¨¦ndole, genuflexo.
Existe en Alemania, donde el l¨ªder democristiano de la CDU, Friedrich Merz, dec¨ªa el d¨ªa 11, frente al ascenso de Alternativa para Alemania: ¡°Los conservadores alemanes nunca pactaremos con la ultraderecha¡±; ¡°hemos dejado claro que para nosotros, los conservadores, no hay nada que hablar¡± con los ultras; ¡°tenemos una historia determinada por un partido nacionalsocialista en el siglo XX¡±. ?Y Merz est¨¢ a la derecha de Angela Merkel! Pero no es un profascista f¨¢ctico, como el l¨ªder parlamentario del PPE, Manfred Weber, el b¨¢varo de la CSU intoxicado en las repugnantes cervecer¨ªas del F¨¹hrer.
Existe en Holanda, donde el liberal (si bien thatcherista) Mark R¨¹tte ha mantenido el cord¨®n sanitario contra los ultras racistas de Geert Wilders, y apoya a la liberal/progre (D66) Sigrid Kaag (casada con un palestino), contra sus escraches e insultos de ¡°bruja¡±. Y en Francia, donde a¨²n resuena el manifiesto televisivo de Emmanuel Macron en favor de Europa y del euro frente a Marine Le Pen. Y en Irlanda, donde el democristiano Leo Varadkar (Fine Gael) desprecia a ¡°los racistas y la extrema derecha¡± porque ¡°culpar¨¢n a los inmigrantes de cualquier problema¡±. Y en Espa?a, donde Aitor Esteban, del PNV (democristiano, centrista), desautoriza al secuestrado PP : ¡°Han pasado una raya inasumible. Nosotros, con Vox, nada de nada¡±. Y... La dignidad.