¡®Vade retro¡¯
S¨ª, menudo alivio que esta campa?a electoral acabe ya, aunque nos haya ofrecido momentos de buen humor
S¨ª, menudo alivio que esta campa?a electoral acabe ya, aunque nos haya ofrecido momentos de buen humor. Como o¨ªr a S¨¢nchez y sus voceros acusar a su rival de mentiroso (?ol¨¦ tu jeta!) o a Yolanda D¨ªaz (verla desaparecer de escena mejorar¨¢ el cambio clim¨¢tico) acusar a Feij¨®o de relacionarse con un narco tras festejar ella a Cuba, Maduro y otros ¡°soles¡± del negocio. En lo que m¨¢s insisten los avalador...
S¨ª, menudo alivio que esta campa?a electoral acabe ya, aunque nos haya ofrecido momentos de buen humor. Como o¨ªr a S¨¢nchez y sus voceros acusar a su rival de mentiroso (?ol¨¦ tu jeta!) o a Yolanda D¨ªaz (verla desaparecer de escena mejorar¨¢ el cambio clim¨¢tico) acusar a Feij¨®o de relacionarse con un narco tras festejar ella a Cuba, Maduro y otros ¡°soles¡± del negocio. En lo que m¨¢s insisten los avaladores de S¨¢nchez es en que se avecina la vuelta a los horrores del pasado. Seg¨²n los m¨¢s toscos, perder¨¢n sus derechos las mujeres, los inmigrantes, los trabajadores y todos los LGTBI+ habidos y por haber. Esta bobada merece poco respeto, porque tales derechos no los garantiza el Gobierno actual ni debe asegurarlos el pr¨®ximo sino la Constituci¨®n del 78, esa tan denostada por nuestra izquierda clarividente. S¨®lo los enemigos de la Constituci¨®n ¡ªy no faltan precisamente¡ª ponen en peligro los derechos de los ciudadanos, sean quienes fueren. No creo que todo tiempo pasado fuese mejor, pero a veces es razonable tratar de recuperarlo. En la Transici¨®n la mayor¨ªa quer¨ªamos recobrar los partidos pol¨ªticos y los sindicatos horizontales, que el franquismo denostaba como peligrosas antiguallas. Entonces lo progresista era volver atr¨¢s. Y tampoco ser¨ªa malo regresar a los d¨ªas en que PSOE y PP se dieron la mano en el Kursaal frente a la com¨²n amenaza del separatismo violento. O a los tiempos de Tarradellas, cuando Catalu?a era una promesa y no una amenaza para Espa?a...
Movilizados electoralmente, unos pocos picadores de la cultura sanchista se reunieron para lamentar la censura atroz que imponen los ultras. Faltaban Pl¨¢cido Domingo, los profesores acosados por oponerse a la ley trans, los autores de tebeos retocados por la correcci¨®n pol¨ªtica, etc. Yo ech¨¦ de menos sobre todo a aquella gente de izquierdas con sentido del rid¨ªculo.