Aznar, el gallo y el gallinero
El expresidente fuerza al PP a secundar en redes sociales su discurso hiperb¨®lico. Prendida la mecha, nadie se atreve a apagar el incendio
Un da?o colateral de las redes sociales profusamente analizado por los expertos es la radicalizaci¨®n del lenguaje, propiciada en algunos casos por el anonimato y en otros, por la competencia: X, antes Twitter, es un gallinero donde piar a gusto, pero, como en cualquier masa, cuesta hacerse o¨ªr. Entre eso y el sibilino algoritmo que premia los mensajes m¨¢s agresivos, la nueva herramienta funciona, a menudo, como un lugar donde deci...
Un da?o colateral de las redes sociales profusamente analizado por los expertos es la radicalizaci¨®n del lenguaje, propiciada en algunos casos por el anonimato y en otros, por la competencia: X, antes Twitter, es un gallinero donde piar a gusto, pero, como en cualquier masa, cuesta hacerse o¨ªr. Entre eso y el sibilino algoritmo que premia los mensajes m¨¢s agresivos, la nueva herramienta funciona, a menudo, como un lugar donde decir lo que uno no se habr¨ªa atrevido a opinar ante el p¨²blico en cualquier otro acto solemne de comunicaci¨®n p¨²blica. La clase pol¨ªtica, adicta al cortoplacismo, fue la primera en contagiarse del virus. De repente pareciera que los pol¨ªticos solo supieran explicarse en el equivalente a 140 caracteres, simplificando al m¨¢ximo sus argumentos, siendo cada vez m¨¢s contundentes. Es esa moda tuitera de expresiones hiperb¨®licas e improductiva vehemencia la que explica por qu¨¦ el expresidente del Gobierno Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ascendi¨® este martes al n¨²mero uno en los trending topic o temas de conversaci¨®n m¨¢s comentados en X.
Ya un amplio elenco de pajaritos, entre ellos muchos en activo y en sus propias filas, hab¨ªan piado contra la llamada amnist¨ªa en Catalu?a ¡ªde momento, inexistente¡ª. Para seguir ejerciendo de gallo, hac¨ªa falta subir los decibelios y Aznar lo hizo. El expresidente del Gobierno entre 1996 y 2004 llam¨® a una movilizaci¨®n social contra el Gobierno en funciones, al que acus¨® de haber iniciado una ¡°destrucci¨®n programada de la naci¨®n¡±, haber propiciado ¡°el hecho m¨¢s destructivo en la pol¨ªtica democr¨¢tica¡± y ¡°desmantelar la Constituci¨®n¡±. Se refer¨ªa a las negogiaciones con Junts para una posible investidura de Pedro S¨¢nchez y lo dec¨ªa un d¨ªa despu¨¦s de que la Diada congregara a unas 115.000 personas, seg¨²n la Guardia Urbana ¡ªen 2014, fueron 1,8 millones¡ª y despu¨¦s de que el propio Alberto N¨²?ez Feij¨®o, actual l¨ªder del PP, reconociera contactos con el partido del demonio, es decir, Junts ¡ª ¡°hemos escuchado sus planteamientos¡±¡ª. Aznar eligi¨® a conciencia las palabras, recuperando el ¡°Basta ya¡± con el que la sociedad se plant¨® al terrorismo asesino de ETA. La comunidad tuitera, culpable, en buena parte, de esa dur¨ªsima competencia para saltar a los titulares, despleg¨® entonces otra de sus funciones predilectas: la de convertir la hemeroteca en riguroso directo al exponer como incoherencias viejas declaraciones.
Volvieron al rabioso presente, en profusi¨®n de tuits, las declaraciones de Aznar durante la negociaci¨®n con ETA: ¡°He autorizado contactos con el entorno del Movimiento Vasco de Liberaci¨®n¡±; ¡°Nos abrimos a la esperanza, al perd¨®n y a la generosidad¡±; Su papel en la guerra de Irak ¡ª¡±Que dice Aznar que en Catalu?a hay armas de destrucci¨®n masiva¡± (@gerardotc)¡ª ; su repentino af¨¢n por ¡°hablar catal¨¢n en la intimidad¡±; las mentiras del 11-M...
Aznar forz¨® a los suyos, hasta entonces menos vehementes, a apoyarle en las redes sociales y provoc¨® tambi¨¦n que el Gobierno subiera a su vez los decibelios, diciendo, por un lado, que sus declaraciones carec¨ªan de ¡°valor pol¨ªtico o moral¡± y a la vez, que eran propias de ¡°comportamientos antidemocr¨¢ticos y golpistas¡± y que por tanto Feij¨®o deb¨ªa obligarlo a rectificar. Prendida la mecha, nadie se atrevi¨® a apagar el incendio. Tuite¨® el l¨ªder del PP: ¡°El mismo Gobierno que antes de perder las elecciones tachaba la amnist¨ªa de inadmisible, ahora la negocia con independentistas mientras insulta a los expresidentes que se rebelan por esto. Lo hicieron con Gonz¨¢lez y ahora con Aznar. Espa?a no callar¨¢ ante su inmoralidad¡±. Y tuite¨® Santos Cerd¨¢n, secretario de Organizaci¨®n del PSOE, en sus redes: ¡°?Qu¨¦ ser¨¢ lo siguiente? ?pedir un asalto como el de Trump al Capitolio?¡±.
La buena noticia es que la naci¨®n no se destruye as¨ª como as¨ª; cualquier Gobierno est¨¢ sometido a elementos externos de control y para cambiar (o ¡°desmantelar¡±) la Constituci¨®n hacen falta al menos tres quintos de cada una de las C¨¢maras. La mala, que el ruido se ha vuelto costumbre.