La mili existe (para las futbolistas)
La convocatoria con la Roja bajo amenaza de sanci¨®n convierte injustamente a las campeonas del mundo en desertoras
Cre¨ªamos que el servicio militar ya no exist¨ªa. Que desde 2001, en virtud de un real decreto firmado por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, ya no hab¨ªa sorteo de quintos, ni padres llorando amargamente porque a su chaval, con 20 a?os reci¨¦n cumplidos, le hab¨ªa tocado hacer la mili en Ceuta o en Melilla, con lo lejos que est¨¢n, o, mucho peor, en Jaca, con lo friolero que es el ni?o. Desde hace tiempo, quien quiera hacerse una idea cabal de qu¨¦ era aquello de la mili ¡ªel que suscribe pertenece al baby boom y se libr¨® por excedente de cupo¡ª pod¨ªa acudir a la lectura de Ardor guerrero, el estupendo libro de Antonio Mu?oz Molina que empieza as¨ª: ¡°Hasta hace no mucho he so?ado con frecuencia que ten¨ªa que volver al ej¨¦rcito. Por equivocaci¨®n me hab¨ªan licenciado antes de tiempo, y me reclamaban de pronto, o bien a lo largo de mi servicio militar se hab¨ªa cometido un error administrativo que hac¨ªa inevitable mi regreso al cuartel [¡]. Con la aterradora inmediatez de los sue?os, que superpone consecuencias y causas en fracciones de segundo, ya me ve¨ªa formando en el patio para el toque de diana en un amanecer lluvioso y fr¨ªo de San Sebasti¨¢n, pero al mirar hacia el suelo me daba cuenta de que no llevaba las botas militares, sino mis zapatos negros de muchos a?os despu¨¦s¡±.
No ser¨ªa raro que, a m¨¢s de uno, le hubiese entrado un sudor fr¨ªo leyendo a Mu?oz Molina, aunque tampoco faltar¨¢n ¡ªhay gente pa t¨®, como dijo El Gallo cuando le informaron de que Ortega y Gasset era fil¨®sofo¡ª los nost¨¢lgicos del toque de retreta, y quienes, aunque sea por lo bajini, sigan pensando que no hab¨ªa mejor manera de ¡°hacerse un hombre¡± que sirviendo a la patria. El caso es que las ¨²ltimas noticias relacionadas con la selecci¨®n femenina de f¨²tbol ¡ªtambi¨¦n algunas fotograf¨ªas y no digamos algunos tuits¡ª tienen ese regusto antiguo, como de pan revenido en el fondo del petate.
Lo que est¨¢ haciendo la RFEF con las jugadoras de f¨²tbol -ojo,?campeonas del mundo!- jam¨¢s se hubiera atrevido a hac¨¦rselo a los jugadores ni por asomo. Era y es puro machismo. https://t.co/sbZsPzqxq7
— Jes¨²s Soria (@JesusSoriaD) September 19, 2023
Ya no hace falta recordar lo del gesto zafio de Luis Rubiales en el palco de S¨ªdney, ni la forma de tratar a las jugadoras sobre el c¨¦sped, ni sus declaraciones, a cu¨¢l m¨¢s bochornosa. Un perfil del personaje publicado en este peri¨®dico y escrito por Antonio Jim¨¦nez Barca y Ladislao J. Mo?ino deja claro que el ya expresidente de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol navegaba desde hac¨ªa tiempo en ruta de colisi¨®n, y que si no hab¨ªa encallado hasta ahora era seguramente por las risas, los aplausos y el silencio c¨®mplice de buena parte del mundo del bal¨®n.
El problema es que, tras su dimisi¨®n, la situaci¨®n no ha mejorado, y no convendr¨ªa descartar que todav¨ªa sea Rubiales quien siga manejando los hilos por t¨ªtere interpuesto. ?O alguien puede imaginar que no estar¨¢ intentando cobrar unos favores que son moneda com¨²n en ese entorno de lujo y excesos? Lo ¨²ltimo ha sido la publicaci¨®n de una lista de convocadas para la Liga de Naciones, pese a que la mayor¨ªa de las jugadoras ¡ªincluyendo las que ganaron el Mundial y las que se hab¨ªan sacrificado antes¡ª dejaron claro que no quieren ir. Y, aun as¨ª, se public¨® la lista, lo que no solo deja en una situaci¨®n muy delicada tanto a las que acudieron este martes a la convocatoria como a las que se negaron, sino que coloca sobre sus cabezas una desproporcionada espada de Damocles en forma de sanci¨®n. El presidente del CSD, V¨ªctor Francos, lleg¨® a decir que, aunque con todo el dolor de su coraz¨®n, tendr¨ªa que aplicarles la pena. Al final, parece que el Gobierno intentar¨¢ buscar la f¨®rmula para que ese castigo no se materialice. Ahora que llega la temporada de rebajas para los pr¨®fugos, qu¨¦ menos que echar una mano a unas jugadoras que, por la terrible gesti¨®n de la federaci¨®n, un mes despu¨¦s de ganar el Mundial han quedado convertidas en desertoras, como aquellos soldados que no regresaban al cuartel tras un pase de pernocta.
Y, mientras, sus colegas de la selecci¨®n masculina, callados.
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