Inteligencia artificial al servicio de los trabajadores digitales
La UE est¨¢ en una posici¨®n ¨²nica para garantizar que la revoluci¨®n tecnol¨®gica proteja los derechos laborales y que los algoritmos no creen nuevas formas de explotaci¨®n o discriminaci¨®n
El auge de los robots, plataformas y algoritmos, la implantaci¨®n de la mal llamada econom¨ªa colaborativa o el impacto de la inteligencia artificial en los espacios laborales tradicionales, como f¨¢bricas u oficinas. Las tecnolog¨ªas est¨¢n remodelando el mercado laboral y las instituciones del trabajo, no para beneficio de los trabajadores, sino de las grandes empresas tecnol¨®gicas. Buena parte de sus ...
El auge de los robots, plataformas y algoritmos, la implantaci¨®n de la mal llamada econom¨ªa colaborativa o el impacto de la inteligencia artificial en los espacios laborales tradicionales, como f¨¢bricas u oficinas. Las tecnolog¨ªas est¨¢n remodelando el mercado laboral y las instituciones del trabajo, no para beneficio de los trabajadores, sino de las grandes empresas tecnol¨®gicas. Buena parte de sus tareas se encuentran cada vez m¨¢s fragmentadas o repartidas geogr¨¢ficamente. Adem¨¢s, los algoritmos son capaces de monitorizar en tiempo real la actividad laboral, con el riesgo, si no se gestiona adecuadamente, de crear nuevas formas de explotaci¨®n o discriminaci¨®n. La desagregaci¨®n de tareas y su dispersi¨®n en la cadena de valor global est¨¢n desafiando nuestros sistemas de seguridad social, alterando las normas establecidas en los convenios y legislaciones vigentes.
Amazon sintetiza bien este cambio de paradigma, donde el algoritmo se convierte en tu jefe. Ha estado bajo escrutinio de los poderes judiciales porque su sistema cibern¨¦tico para controlar la productividad laboral pone en riesgo intencional a los freelance que trabajan en los almacenes. Ha implantado otro esquema, en este caso de videovigilancia en furgonetas, para castigar las posibles infracciones de los repartidores. Gracias al despliegue de avanzados sistemas de c¨¢lculo, tambi¨¦n ha desarrollado la inteligencia artificial para justificar despidos que, en ocasiones, socavaban los intentos de su personal de sindicarse y negociar colectivamente. ¡°Pueden monitorearte cada minuto, escanear tus tareas¡±, explicaba un trabajador en la primera huelga en la historia de Amazon, durante el Prime Day en el Reino Unido. Llevan 22 desde enero.
En ocasiones se argumenta que el auge de estos nuevos ¡°jefes algor¨ªtmicos¡±, responsables de automatizar tareas como la contrataci¨®n de personal, la asignaci¨®n de tareas, la determinaci¨®n de salarios e incluso de los despidos de muchas empresas puede tener efectos positivos sobre la eficiencia, m¨¢xime en un momento de estancamiento de la productividad. No obstante, existen algunos otros problemas, habitualmente invisibilizados en nuestros debates p¨²blicos sobre la introducci¨®n de tecnolog¨ªas para organizar los espacios de trabajo: la extracci¨®n de datos para incrementar la vigilancia, con el riesgo de que se produzcan sesgos que pueden reforzar la desigualdad racial, de g¨¦nero y clase, o la progresiva p¨¦rdida del derecho sobre los datos que producen los trabajadores.
As¨ª lo denuncian desde los trabajadores de Hollywood que recientemente se han enfrentado a la degradaci¨®n laboral que genera la inteligencia artificial (IA), o la infinidad de batallas de la ¨²ltima d¨¦cada de repartidores u otras profesiones de la econom¨ªa de plataforma, hasta escritores que presentan demandas contra empresas de inteligencia artificial e industrias creativas pidiendo medidas para proteger su propiedad intelectual.
En los ¨²ltimos a?os, muchos trabajadores y sus sindicatos han llevado el algoritmo a los tribunales. Existe evidencia jur¨ªdica suficiente como para sostener que cierto uso de las tecnolog¨ªas puede discriminar a los trabajadores en lugar de empoderarles. Un caso notable que dio forma a todas las acciones futuras en materia de igualdad se produjo cuando, en febrero de 2021, el Tribunal Supremo del Reino Unido dictamin¨® que los conductores de Uber deber¨ªan clasificarse como ¡°trabajadores¡± y no como ¡°contratistas independientes¡±. Esta clasificaci¨®n otorgaba derecho a los conductores a beneficios como el salario m¨ªnimo, vacaciones pagadas y descansos. La gesti¨®n algor¨ªtmica de Uber y el control sobre los conductores fueron factores clave en la decisi¨®n del tribunal.
Otro tribunal de Pa¨ªses Bajos deliber¨® a favor de los trabajadores frente a los gigantes del transporte y reparto privado, Uber y Ola, al juzgar que las plataformas no pueden basarse en ocultar secretos comerciales para negar a los conductores el acceso a sus datos, colocando en el centro del debate la supervisi¨®n humana, la transparencia y acceso a los datos personales del algoritmo. ¡°Solo una verdadera negociaci¨®n del algoritmo, de las nuevas tecnolog¨ªas aplicadas al trabajo, permite formas de empleo estables, transparentes y dignas¡±, se?alaban los trabajadores italianos tras escuchar la sentencia m¨¢s reciente, del Tribunal de Palermo el pasado 20 de junio contra la multinacional espa?ola Glovo.
A medida que la gesti¨®n algor¨ªtmica se extiende a los espacios de trabajo tradicionales, as¨ª como a muchos otros ¨¢mbitos de la vida, la pregunta que debemos hacernos parece evidente: ?qui¨¦n tiene el control de los datos que alimentan los sistemas de inteligencia artificial? ?Qu¨¦ rol desempe?an los monopolios de las Big Tech? Estas preguntas son importantes, especialmente porque la econom¨ªa digital ataca a trabajadores que, por lo general, siguen careciendo de derechos laborales y protecciones sociales, agravando el desequilibrio de poder en la sociedad.
La Uni¨®n Europea se encuentra en una posici¨®n ¨²nica para garantizar que la revoluci¨®n digital siga anclada en nuestros valores democr¨¢ticos, poner en el centro los derechos de los trabajadores y los ciudadanos y el di¨¢logo social. El enfoque legislativo comunitario es innovador en muchos ¨¢mbitos, pese a que las interacciones entre la legislaci¨®n sobre la inteligencia artificial, el Reglamento General de Protecci¨®n de Datos y la propuesta sobre el trabajo de plataformas necesitan de una mayor cohesi¨®n para ser realmente efectivas. Por ejemplo, la legislaci¨®n en materia de IA y la propuesta de directiva para facilitar las reclamaciones de da?os causados por los sistemas autom¨¢ticos de toma de decisi¨®n no consideran expl¨ªcitamente el impacto de los algoritmos en las condiciones de trabajo. Tampoco prev¨¦n la prohibici¨®n del uso de ciertas tecnolog¨ªas en situaciones particulares, como cuando ata?en al despido de trabajadores.
Como se?alan las sentencias judiciales mencionadas anteriormente, lograr un entorno de trabajo digital m¨¢s justo y equitativo requiere de ir m¨¢s all¨¢: el acceso a los datos, gobernanza democr¨¢tica y transparencia. La Ley Europea de Gobernanza de Datos sugiere soluciones innovadoras para abrir las cajas negras de los sistemas utilizados para la gesti¨®n algor¨ªtmica y conceder el derecho a escrutarlos a las partes interesadas. Por ejemplo, la creaci¨®n de espacios p¨²blicos de datos que permitan la negociaci¨®n entre los titulares de datos (los trabajadores) y quienes los recopilan (las empresas). Las organizaciones colectivas tradicionales, los sindicatos, y las instituciones p¨²blicas interesadas tambi¨¦n deber¨ªan tener acceso a ellos, proteger tanto la privacidad de los datos como el secreto comercial, para asegurar que las reglas de los algoritmos sean transparentes y mitiguen los posibles efectos negativos de la econom¨ªa digital.
Al final del d¨ªa, restringir los algoritmos que puedan ejercer un control abusivo sobre el trabajo y favorecer aquellos que permitan tender hacia una sociedad asentada sobre nuevos derechos digitales es un argumento en favor de la democratizaci¨®n de la econom¨ªa. ?C¨®mo crear instituciones democr¨¢ticas para organizar el trabajo del siglo XXI? Pienso en un Organismo de Gesti¨®n de Datos para Trabajadores Digitales para otorgar a los trabajadores m¨¢s control sobre sus datos, mediante el derecho a decidir qu¨¦ usos de la informaci¨®n recopilada son leg¨ªtimos, o en qu¨¦ circunstancias se produce y con qu¨¦ fines. Un intermediario de datos p¨²blico e independiente que sirva al inter¨¦s general.
Si entendemos que los datos son el nuevo recurso clave en la econom¨ªa digital, los trabajadores y sindicatos deben participar activamente en darles forma para compartir los beneficios de la inteligencia artificial. El enfoque participativo tambi¨¦n puede ayudar a redefinir un nuevo pacto social entre empresas y trabajadores. Ciertamente, si los trabajadores est¨¢n comprometidos y empoderados, la productividad y la eficiencia tambi¨¦n crecer¨¢n. En el contexto de la doble transici¨®n digital y ecol¨®gica, una forma de gobernanza algor¨ªtmica que contribuya a garantizar la autonom¨ªa estrat¨¦gica, la competitividad de la industria europea, pero tambi¨¦n el avance en los derechos, es m¨¢s urgente que nunca.