Marine Le Pen, el falso ¡°escudo¡± de los jud¨ªos en Francia
La l¨ªder ultraderechista, a trav¨¦s de sus redes sociales, busca instrumentalizar el ataque de Ham¨¢s a civiles israel¨ªes para seducir a la comunidad jud¨ªa, a la que quiere proteger del ¡°antisemitismo islamista¡±
El pasado martes, en la Asamblea Nacional, los franceses asistimos a una escena que pese a repetirse constantemente no deja de ser vomitiva: vimos c¨®mo Marine Le Pen intentaba aprovechar el abominable ataque de Ham¨¢s a civiles israel¨ªes para seducir al electorado jud¨ªo. Observamos c¨®mo la l¨ªder de un partido fundado por excolaboracionistas y por antiguos miembros de las Waffen-SS, con todo el cini...
El pasado martes, en la Asamblea Nacional, los franceses asistimos a una escena que pese a repetirse constantemente no deja de ser vomitiva: vimos c¨®mo Marine Le Pen intentaba aprovechar el abominable ataque de Ham¨¢s a civiles israel¨ªes para seducir al electorado jud¨ªo. Observamos c¨®mo la l¨ªder de un partido fundado por excolaboracionistas y por antiguos miembros de las Waffen-SS, con todo el cinismo y la desfachatez del mundo, buscaba convencer a los franceses de confesi¨®n jud¨ªa de que el Reagrupamiento Nacional es su mejor ¡°escudo¡± frente al antisemitismo y el terrorismo isl¨¢mico. Pero quiz¨¢ lo m¨¢s espeluznante fue constatar que sus palabras recibieron los aplausos no solo de los miembros de su partido, sino de casi todo el arco parlamentario de la derecha. Un discurso que explota hasta la n¨¢usea en sus redes sociales y que le ha permitido acaparar un espacio medi¨¢tico siempre propenso a normalizar su formaci¨®n y, por ende, a legitimarla.
Es como si despu¨¦s de habernos cre¨ªdo el cuento de la desdiabolizaci¨®n del partido ¨Duna aut¨¦ntica f¨¢bula discursiva que se desmorona con la simple lectura de un programa donde siguen apareciendo la preferencia nacional, las cr¨ªtica a la UE o las conexiones entre inseguridad e inmigraci¨®n¨D, ahora tambi¨¦n tendr¨ªamos que tragarnos que han expurgado su antisemitismo hist¨®rico. El storytelling hoy desplegado por una mujer que hace poco negaba la implicaci¨®n del Estado franc¨¦s en la redada del Vel d?Hiv en la que m¨¢s de 13.000 jud¨ªos fueron deportados a campos de exterminio nazi, que acudi¨® en 2012 a una fiesta neonazi en Viena ¡°prohibida a los jud¨ªos y a los periodistas¡±, criada en el antisemitismo primario de Jean-Marie Le Pen, quien consideraba que los campos de concentraci¨®n eran ¡°un detalle de la historia¡±, busca convencer a los electores de que ha enterrado su pasado.
Marine Le Pen, como explica la historiadora Val¨¦rie Igounet, especialista del RN, sabe muy bien que el antisemitismo es ya la ¨²nica barrera que le queda para conquistar el poder en 2027. Por eso, desde que tom¨® el mando de la formaci¨®n en 2011, no ha dejado de intentar evidenciar esa supuesta mutaci¨®n con la participaci¨®n del RN ¨Dsiempre entre abucheos¨D en las ceremonias en honor a las v¨ªctimas de actos antisemitas, la mediatizaci¨®n de encuentros del partido con asociaciones hebraicas totalmente desacreditadas en el seno de la comunidad jud¨ªa, los intentos desesperados de Marine por hacerse invitar a la cena anual del CRIF, la instituci¨®n jud¨ªa de mayor importancia en Francia, o su insistencia en destacar la ascendencia jud¨ªa de algunos de sus miembros, como Louis Alliot o David Rachline.
Pero no caigamos en la trampa. Esto no es m¨¢s que lo de siempre: un lavado de imagen. Como demuestra la investigaci¨®n de los periodistas Mathias Destal y Marine Turchi, Marine est au courant de tout (Marine lo sabe todo), el antisemitismo no es solo algo que los hist¨®ricos del partido han dejado en herencia a la l¨ªder, sino que es una ideolog¨ªa que a¨²n sigue irrigando la formaci¨®n mediante sus alianzas en Europa ¨Dcon Orb¨¢n, un asumido antisemita, sin ir m¨¢s lejos¨D y sobre todo a trav¨¦s de su entorno m¨¢s cercano, conformado por notorios fascistas y nost¨¢lgicos de Adolf Hitler como Axel Loustau o Fr¨¦d¨¦ric Chatillon. Otro libro va incluso m¨¢s all¨¢, y cuenta c¨®mo, en realidad, ese intento de seducci¨®n del electorado jud¨ªo, clave desde el punto de vista electoral a partir de los ochenta, ha sido una constante en el partido de los Le Pen. En el ensayo La main du diable: comment l¡¯extr¨ºme droite a voulu s¨¦duire les juifs de France (La mano del diablo: c¨®mo la extrema derecha intent¨® seducir a los jud¨ªos de Francia), Judith Cohen Solal y Jonathan Hayoun evidencian la esquizofrenia de un clan que intenta entablar relaciones con la comunidad jud¨ªa a la vez que contenta a la franja m¨¢s antisemita de sus votantes con salidas ultras en los medios de tanto en tanto.
Pese a la creaci¨®n en 1986 del Comit¨¦ Nacional de los Jud¨ªos de Francia, una organizaci¨®n sin ninguna representatividad, el padre Le Pen nunca consigui¨® ganarse el apoyo de la comunidad jud¨ªa. Sin embargo, el contexto actual juega a favor de la primog¨¦nita. Cuando Marine compara la amenaza real que constituye el fundamentalismo isl¨¢mico para los franceses de confesi¨®n jud¨ªa y los ataques de Ham¨¢s contra los ciudadanos israel¨ªes, su discurso, por muy demag¨®gico que sea, cala en la opini¨®n p¨²blica. Quiz¨¢ no convenza a la comunidad jud¨ªa que dif¨ªcilmente va a creer que un partido xen¨®fobo, y cuyo motor es el odio, les va a proteger, precisamente, del odio. Pero los aplausos recibidos en la Asamblea Nacional y la percepci¨®n para cada vez m¨¢s franceses que el RN no es una formaci¨®n peligrosa, como se?ala el ¨²ltimo informe de la Fundaci¨®n Jean Jaur¨¦s, demuestran que algo est¨¢ cambiando.