Sin lugar para esconderse
En el primer semestre de 2023 se produjeron casi mil delitos antisemitas en Alemania y solo una minor¨ªa eran de inspiraci¨®n islamista. Los ecos del conflicto hacen que los jud¨ªos alemanes no se sientan seguros en su propio pa¨ªs y los musulmanes se sientan se?alados
Cerca de mi casa, en el centro de M¨²nich, ha aparecido un cartel rojo con la palabra ¡°secuestrado¡± en may¨²sculas y la foto de un ni?o de cinco a?os, su nombre, c¨®mo iba vestido y el lugar en el que desapareci¨®. Unos pasos m¨¢s all¨¢, otro cartel: ¡°Asesinado¡±. Un chico sonr¨ªe junto a su novia. M¨²nich es una de las ciudades m¨¢s seguras del mundo y estos p¨®steres con v¨ªctimas israel¨ªes de Ham¨¢s hacen estallar esa sensaci¨®n.
Unas horas m¨¢s...
Cerca de mi casa, en el centro de M¨²nich, ha aparecido un cartel rojo con la palabra ¡°secuestrado¡± en may¨²sculas y la foto de un ni?o de cinco a?os, su nombre, c¨®mo iba vestido y el lugar en el que desapareci¨®. Unos pasos m¨¢s all¨¢, otro cartel: ¡°Asesinado¡±. Un chico sonr¨ªe junto a su novia. M¨²nich es una de las ciudades m¨¢s seguras del mundo y estos p¨®steres con v¨ªctimas israel¨ªes de Ham¨¢s hacen estallar esa sensaci¨®n.
Unas horas m¨¢s tarde, alguien ha arrancado los carteles. Llega la noche, la gente vuelve a su casa. Del tranv¨ªa se baja un chico con una bandera palestina prendida del cuello, como una brillante capa de superh¨¦roe. En varias ciudades ha habido concentraciones a favor de Palestina, a veces con tensi¨®n y presencia policial. En algunos barrios de mayor¨ªa ¨¢rabe, como el berlin¨¦s de Neuk?lln, se celebran los ataques de Ham¨¢s con pancartas, dulces y petardos.
El conflicto entre palestinos e israel¨ªes reverbera en Alemania con especial intensidad. Este es el pa¨ªs que, como herencia de sus atrocidades en el siglo XX, ha incluido en su ¡°raz¨®n de ser¡± la seguridad de Israel y que tiene las leyes m¨¢s estrictas del mundo contra el antisemitismo. Desde el 7 de octubre los delitos contra jud¨ªos se han triplicado, incluidas pintadas en fachadas y comercios y refriegas en colegios, donde a veces el t¨¦rmino ¡°jud¨ªo¡± ha vuelto a ser un insulto.
Estas reverberaciones cabrillean adem¨¢s sobre antiguas simas, porque Israel nunca fue la ni?a bonita de la izquierda en la antigua Alemania del Este, donde conserv¨® una imagen de enemigo.
Ya sabemos que el odio grita y el respeto susurra: una minor¨ªa de los alemanes est¨¢n de acuerdo con afirmaciones antisemitas, seg¨²n las estad¨ªsticas, y el porcentaje es mayor solo en comunidades musulmanas.
Pero los jud¨ªos alemanes se sienten inseguros en su propio pa¨ªs. No se atreven a mostrarse como tales, las kip¨¢s se guardan en el bolsillo, las estrellas de David, bajo la camisa. Algunos padres no llevan estos d¨ªas a sus hijos al Kindergarten o a la escuela jud¨ªa. En Berl¨ªn, la sinagoga, que fue v¨ªctima durante la Noche de los Cristales Rotos en 1938, ha recibido ya varios c¨®cteles mol¨®tov.
Los musulmanes alemanes se sienten tambi¨¦n en el punto de mira. Adem¨¢s de las acciones de Ham¨¢s, los atentados de estos d¨ªas en nombre del Estado Isl¨¢mico en B¨¦lgica, contra dos seguidores de la selecci¨®n sueca de f¨²tbol, y Francia, contra un profesor, los colocan bajo de los focos.
A unos y otros me los cruzo frente a los carteles rojos, en la panader¨ªa, por la calle, a la puerta de los colegios. Nietzsche ya nos advirti¨® de que esta guerra, cualquier guerra, nos encontrar¨ªa: la historia nos atrapa, aunque intentemos escondernos, y por eso es necesario confrontarla y entenderla.
Este miedo es aire en las velas de los extremistas, paraliza a los ciudadanos medios y amenaza la democracia a trav¨¦s, no s¨®lo de la proliferaci¨®n de la violencia, sino tambi¨¦n de la proliferaci¨®n de las medidas de seguridad para evitarla. La derecha m¨¢s dura ha dado un paso al frente por primera vez en Alemania occidental a trav¨¦s de las ¨²ltimas elecciones regionales, en Baviera y Hesse. El mundo se multipolariza, se hace m¨¢s complejo, la gente anhela un pasado idealizado y los populistas les prometen atrapar el agua con las manos.
En el primer semestre de 2023 se produjeron casi mil delitos antisemitas en toda Alemania, seg¨²n el Ministerio del Interior, en su mayor¨ªa protagonizados por la extrema derecha. Solo un peque?o porcentaje tuvo inspiraci¨®n islamista.
Durante la pandemia, estos mismos c¨ªrculos radicales de derecha achacaron a los jud¨ªos el coronavirus y las medidas para evitarlo y mostraban estrellas de David amarillas con la inscripci¨®n ¡°no vacunado¡± o ¡°la vacuna te hace libre¡±, banalizando el horror de los guetos y los campos de concentraci¨®n.
Albert Einstein escribe a Sigmund Freud en 1932 y le dice que, ¡°tal y como est¨¢n las cosas en la actualidad¡±, tiene una pregunta que resulta la m¨¢s importante de las se le plantean a la civilizaci¨®n: ?es la guerra inevitable? Einstein elige a Freud para plantearle la pregunta porque solo le queda el oscuro agujero de la psique humana para explicar el porqu¨¦ de la guerra, que tanto le asusta.
Freud, quien no se muestra muy optimista, le contesta a vuelta de carta que la ¨²nica esperanza est¨¢ en la actitud cultural y el temor a las consecuencias. Que todo lo que refuerza la evoluci¨®n cultural frena la guerra.
El historiador israel¨ª Yuval Noah Harari nos pide a todos los que vivimos fuera de Oriente Pr¨®ximo que preservemos un espacio de paz al que regresar. Yo me imagino este espacio como un invernadero, en el que protegemos las delicadas plantas de la tolerancia, la empat¨ªa, la convivencia, a la espera de que pase este crudo invierno.