Verdad y justicia en Portugal
La acusaci¨®n de la fiscal¨ªa que hizo dimitir a Ant¨®nio Costa y cuya gravedad rebaj¨® el juez debe aclararse cuanto antes
El 7 de noviembre una operaci¨®n judicial contra la corrupci¨®n provoc¨® la ca¨ªda del Gobierno socialista portugu¨¦s, sustentado por una mayor¨ªa absoluta elegida hace menos de dos a?os. La Fiscal¨ªa ¡ªque en Portugal tiene una autonom¨ªa y unas competencias mayores que en Espa?a¡ª orden¨® 42 registros, detuvo a cinco personas e inform¨® de que el Tribunal Supremo investigar¨ªa al primer ministro, Ant¨®nio Costa, para esclarecer su papel en la aprobaci¨®n de dos explotaciones de litio y un gigantesco centro de datos en Sines, la mayor zona portuaria del pa¨ªs, promovido por una empresa que hab¨ªa contratado c...
El 7 de noviembre una operaci¨®n judicial contra la corrupci¨®n provoc¨® la ca¨ªda del Gobierno socialista portugu¨¦s, sustentado por una mayor¨ªa absoluta elegida hace menos de dos a?os. La Fiscal¨ªa ¡ªque en Portugal tiene una autonom¨ªa y unas competencias mayores que en Espa?a¡ª orden¨® 42 registros, detuvo a cinco personas e inform¨® de que el Tribunal Supremo investigar¨ªa al primer ministro, Ant¨®nio Costa, para esclarecer su papel en la aprobaci¨®n de dos explotaciones de litio y un gigantesco centro de datos en Sines, la mayor zona portuaria del pa¨ªs, promovido por una empresa que hab¨ªa contratado como consultor a uno de sus mejores amigos. El primer ministro dimiti¨® de inmediato y, d¨ªas despu¨¦s, pidi¨® perd¨®n por haber nombrado jefe de gabinete a V¨ªtor Esc¨¢ria, uno de los detenidos, que guardaba 75.800 euros en sobres en su despacho. El presidente de la Rep¨²blica decidi¨® convocar elecciones anticipadas el 10 de marzo.
La estabilidad pol¨ªtica asociada desde 2015 a la figura de Ant¨®nio Costa se hizo a?icos. Cierto es que su mayor¨ªa absoluta, con una quincena de dimisiones entre ministros y secretarios de Estado, ha sido convulsa, pero el pa¨ªs viv¨ªa ¨²ltimamente un ciclo de sosiego institucional y respeto internacional que colocaban a su primer ministro en muchas quinielas para puestos de relevancia en la Uni¨®n Europea. El un¨¢nime aplauso ante su renuncia para preservar ¡°la dignidad¡± del cargo no oculta que Costa, uno de los referentes de la socialdemocracia europea, ha sido apartado de cualquier carrera pol¨ªtica mientras no se cierre la Operaci¨®n Influencer. Y los tiempos no se prev¨¦n cortos, a la vista de la demora que experimentan otros procesos judiciales, como el del ex primer ministro Jos¨¦ S¨®crates, abierto desde 2014.
Despu¨¦s de interrogar a los detenidos y conocer las pruebas, el juez instructor asest¨® esta semana un duro varapalo a la Fiscal¨ªa al desinflar el caso. No vio indicios suficientes de corrupci¨®n y prevaricaci¨®n en ninguno de los detenidos y limit¨® el asunto al tr¨¢fico de influencias. Adem¨¢s de dejarlos en libertad con medidas cautelares leves, consider¨® desproporcionada la prisi¨®n preventiva para dos de ellos reclamada por el Ministerio P¨²blico. Esto, sumado a algunos errores como confundir al primer ministro con su ministro de Econom¨ªa, Ant¨®nio Costa Silva, en la transcripci¨®n de una escucha, o las filtraciones a la prensa han puesto en duda el rigor de la investigaci¨®n y la forma en que sali¨® a la luz.
Pese a ser el principal damnificado, el Partido Socialista mantiene un perfil cr¨ªtico bajo respecto a la Fiscal¨ªa. El m¨¢s contundente ha sido el presidente de la Asamblea de la Rep¨²blica, Augusto Santos Silva, que ha alertado del ¡°peligro¡± de que las actuaciones de la Fiscal¨ªa determinen el tiempo y los asuntos de los mandatos pol¨ªticos. Adem¨¢s de cometer errores, la operaci¨®n ha pecado de imprudencia y precipitaci¨®n sin que, por ahora, se justifique por la gravedad de los delitos investigados.
La lucha contra la corrupci¨®n es una obligaci¨®n de la justicia en toda democracia, pero hacerlo sin evaluar si existe proporcionalidad entre los indicios y el impacto que causar¨¢ convertirlo en un espect¨¢culo p¨²blico no aumentar¨¢ su eficacia y, adem¨¢s, corre el riesgo de ser injusta si pone en duda la presunci¨®n de inocencia. Este caso necesita una investigaci¨®n r¨¢pida y rigurosa para que, en la medida de lo posible, el pr¨®ximo 10 de marzo los portugueses acudan a las urnas con toda la informaci¨®n en su mano.