Toga ¡®party¡¯
Nuestro problema no es el ¡®lawfare¡¯ o sesgo conservador en la judicatura, sino un ¡®politicofare¡¯ que no entiende de ideolog¨ªas
Dicen que hay dos tipos de pa¨ªses, aquellos donde la gente normal no sabe el nombre de un solo juez (y la justicia funciona como un reloj suizo) y aquellos donde los magistrados son conocidos (y la justicia es vista como un reloj de sol en un d¨ªa nublado). Pero Espa?a es un caso aparte. No es que tengamos, como en el pasado, alg¨²n juez-estrella (tipo Baltasar Garz¨®n), sino que la lista de famosos de la judicatura y la fiscal¨ªa supera a las del f¨²tbol o la prensa rosa.
Y desatan m¨¢s pasiones. ?Qu¨¦ te provocan estos nombres? 1) Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n, 2) C¨¢ndido Conde-Pumpido, 3) Manuel Marchena, 4) Dolores Delgado, 5) Pablo Llarena, 6) Fernando Grande-Marlaska. Probablemente, un carrusel de emociones en funci¨®n de si son ¡°pares¡± o ¡°impares¡±. Si en un futuro te los encontraras en un tribunal, todos tratar¨ªan tu caso con imparcialidad, pero a unos los ves sesgados y a otros neutrales. Y es que los espa?oles tenemos una de las peores valoraciones de la independencia judicial de toda la UE.
Nuestro problema no es el lawfare o sesgo conservador en la judicatura, sino un politicofare que no entiende de ideolog¨ªas. La ra¨ªz es un sistema de nombramientos judiciales que, empezando por el Consejo General del Poder Judicial, ha ido agri¨¢ndose con los a?os.
Nuestro problema no es estar lejos del modelo ideal europeo que, para la elecci¨®n del CGPJ, reclama un reparto m¨¢s equitativo entre vocales elegidos por los jueces y por los pol¨ªticos; sino que, en lugar de acercarnos a ¨¦l, nos estamos distanciando. Como se?ala la experta Gisela Hern¨¢ndez, Espa?a ten¨ªa un sistema homologable con los est¨¢ndares europeos en los a?os 80, pero reformas progresivas ¨Dtirando de mayor¨ªas absolutas¨D tanto del PSOE como del PP han ido aumentando el peso de la lealtad pol¨ªtica como criterio de relevancia para que un juez tenga una carrera profesional de ¨¦xito.
Nuestro problema no es tampoco de pol¨ªticos contra jueces. Nos insisten en que hay que elegir entre politizaci¨®n (lo llaman ¡°democratizaci¨®n¡±) o corporativismo judicial. M¨¢s bien al contrario, el poder de las asociaciones de jueces ha crecido de la mano de la politizaci¨®n. Son dos caras de la misma moneda: el poder del grupo. Lo contrario es el poder de la persona, de los jueces y fiscales que no quieren depender (tanto) de estructuras grupales. Los que no desean participar en la toga party. @VictorLapuente
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