Barroso, y tal y cual
Como consejero de Prisa trabaj¨® por que los medios del grupo garantizasen la pluralidad informativa y de opini¨®n en Espa?a y devolver a EL PA?S y la SER al lugar en que hist¨®ricamente hab¨ªan estado
Lo evidente e inmediato a simple vista eran las manos (aparte del pelo pincho lleno de canas, casi sempruniano). Si se pon¨ªa a hablar, las mov¨ªa como los molinos de viento se mueven cuando hace viento y nadie controla nada, incluido ¨¦l: hablaba y hablaba, con criterio, articulado, sabiendo lo que quer¨ªa decir y sin dar la lata con obviedades que reduc¨ªa a ¡°y tal y cual¡±, y a otra cosa. Dicho de otra manera, si tomaba la palabra en los comit¨¦s editoriales de los martes en Prisa era para incitar la conversaci¨®n con ...
Lo evidente e inmediato a simple vista eran las manos (aparte del pelo pincho lleno de canas, casi sempruniano). Si se pon¨ªa a hablar, las mov¨ªa como los molinos de viento se mueven cuando hace viento y nadie controla nada, incluido ¨¦l: hablaba y hablaba, con criterio, articulado, sabiendo lo que quer¨ªa decir y sin dar la lata con obviedades que reduc¨ªa a ¡°y tal y cual¡±, y a otra cosa. Dicho de otra manera, si tomaba la palabra en los comit¨¦s editoriales de los martes en Prisa era para incitar la conversaci¨®n con las personalidades invitadas de todo el arco parlamentario espa?ol para escuchar sus visiones de la actualidad pol¨ªtica, tanto del Gobierno como de la oposici¨®n o profesionales y expertos. Hab¨ªa de llegar alg¨²n momento en que ten¨ªa que empezar a mover los brazos como aspas, con el m¨®vil al lado (que pod¨ªa sonar en cualquier momento con el sonido atronador y a todo volumen) y haciendo que pasaba por ah¨ª con sus zapatillas de deporte y sus jers¨¦is de cremallera sin decir nada en particular y que, total, tampoco hab¨ªa para tanto: simplemente soltaba una idea, una hip¨®tesis, un algo.
La imagen fabricada de un tentacular controlador mafioso de la actividad del grupo fue siempre mentira, por mucho que la derecha medi¨¢tica repita obstinada e indocumentadamente ¡ªen p¨²blico y en privado, y hasta el mismo d¨ªa de su muerte¡ª que Barroso era el consiliere, el capo mafia, el condukator del grupo con una intromisi¨®n continua en el peri¨®dico y en la SER para que todos a una secund¨¢semos a S¨¢nchez y nadie se saliese de la fila. No se sabe bien si mienten a sabiendas, incluso los m¨¢s vaticanistas, o simplemente no saben lo que dicen, y hablan por hablar como conspiranoicos. No pod¨ªa ser verdad que actuase con respeto a las decisiones de los dem¨¢s ¡ª¡±dejar hacer, dejar hacer¡± podr¨ªa ser su mejor lema¡ª porque chocaba de forma directa con lo que otros experimentan a diario como performance del poder: no pod¨ªan imaginar que no dictase a nadie ni titulares, ni editoriales, ni informaciones. A la miseria profesional se acostumbra cualquiera, sin pensar que otros ni lo hacen ni nadie les obliga a hacerlo.
Una salvaje iron¨ªa hist¨®rica que ha protagonizado Miguel Barroso fue convertirse en miembro del Consejo de Administraci¨®n de Prisa, gracias a Joseph Oughourlian, despu¨¦s de haber impulsado un potente grupo de medios alternativo a Prisa y EL PA?S 20 a?os atr¨¢s. Trabaj¨® por que los medios del grupo Prisa garantizasen la pluralidad informativa y de opini¨®n en Espa?a y devolverlos al lugar en que hist¨®ricamente hab¨ªan estado EL PA?S y la SER. Deb¨ªamos ser muchos quienes so?¨¢bamos con escribir ese libro con esa historia, y volvimos a bromear Pepa Bueno y yo con ese asunto esta misma semana, sin saber si estaba ya Miguel en Madrid o no. Un amigo le cont¨® antes de coger el avi¨®n de vuelta de La Habana a Espa?a que el Congreso de los Diputados espa?ol parec¨ªa estar todo el d¨ªa de bronca, y bromeaba al tel¨¦fono ayer s¨¢bado con cogerse un vuelo de vuelta a Cuba para huir del griter¨ªo. Dud¨®, solo dud¨® un momento, le o¨ª sonre¨ªr, y colg¨® al rato: nos vemos el martes, y tal y cual.