No es ciencia ficci¨®n
Los lectores escriben sobre la crisis clim¨¢tica, la muerte de dos guardias civiles embestidos por una narcolancha en C¨¢diz, las protestas del campo, y sobre la noche de los Goya
En las pel¨ªculas de ciencia ficci¨®n es un argumento recurrente el que vengan unos extraterrestres a invadirnos y acabar con nuestro planeta. Entonces aparcamos nuestras diferencias, nos unimos para combatirlos y terminamos derrot¨¢ndolos. Lo ir¨®nico de esa l¨ªnea argumental es que sucede m¨¢s o menos as¨ª: somos una especie invasora y destructiva para el resto del planeta que estamos esquilmando y, siendo conscientes de ello, somos incapaces de aparcar nuestros conflictos, de ver que el futuro que estamos creando es el mismo para todos. Si alguna especie extraterrestre nos observa, solamente tiene...
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En las pel¨ªculas de ciencia ficci¨®n es un argumento recurrente el que vengan unos extraterrestres a invadirnos y acabar con nuestro planeta. Entonces aparcamos nuestras diferencias, nos unimos para combatirlos y terminamos derrot¨¢ndolos. Lo ir¨®nico de esa l¨ªnea argumental es que sucede m¨¢s o menos as¨ª: somos una especie invasora y destructiva para el resto del planeta que estamos esquilmando y, siendo conscientes de ello, somos incapaces de aparcar nuestros conflictos, de ver que el futuro que estamos creando es el mismo para todos. Si alguna especie extraterrestre nos observa, solamente tiene que tener paciencia, en alg¨²n momento desapareceremos y tendr¨¢n todo el planeta para ellos.
Antonio Mar¨ªa de R¨¦gil Arteaga. Madrid
Dejar de obviar el problema
Una de las cosas que m¨¢s me llamaron la atenci¨®n de lo sucedido el pasado viernes en el puerto de Barbate (C¨¢diz) son los v¨ªdeos en los que un grupo de personas anima a los narcotraficantes para embestir a la patrullera de la Guardia Civil. Algunos alardeaban de la valent¨ªa que ten¨ªan los de la narcolancha, aunque realmente esa es la forma m¨¢s vil de enfrentarse a alguien. Valientes son los polic¨ªas y guardias civiles que se juegan la vida para combatir al narcotr¨¢fico sin tener los medios suficientes y desamparados por pol¨ªticos que obvian el problema que hay en el estrecho de Gibraltar.
Ana Ruiz Rodr¨ªguez. Antequera (M¨¢laga)
Protestas del campo
Veo las protestas del sector primario en los medios de comunicaci¨®n y me pregunto: ?por qu¨¦ el foco est¨¢ ¨²nicamente puesto en la pol¨ªtica? ?Acaso no tienen una parte de culpa los supermercados y, por tanto, tambi¨¦n nosotros, los consumidores? Ser¨ªa interesante conocer cu¨¢ntas personas saben cu¨¢ndo toca plantar tomates, c¨®mo se hace un queso o incluso algo tan simple como la diferencia entre paja y heno. Por no hablar de preocuparnos por el origen y la calidad del producto. Es irrelevante. Lo queremos barato y lo queremos ya. Mientras tanto, las grandes cadenas de supermercados frot¨¢ndose las manos.
Maximilian Zimmermann. T¨¹bingen (Alemania)
El cine de s¨¢banas blancas
Durante 129 a?os el cine nos ha acompa?ado, entretenido y educado a m¨¢s de cuatro generaciones de personas a trav¨¦s de millones de pel¨ªculas. Cuando era ni?o, mis hermanas y yo esper¨¢bamos impacientes y emocionados que los s¨¢bados por la tarde llegara nuestro padre para ir al cine, y disfrutar de dos pel¨ªculas y de la de complemento. Una cita a la que nuestro padre acud¨ªa con la ilusi¨®n de un ni?o. Pero hubo algunas ocasiones en las que ¨¦l llegaba muy tarde para poder llevarnos al cine, y, al entrar en casa, ante nuestra insistencia, manifestaba con fingida emoci¨®n: ¡°Hoy iremos al cine de las s¨¢banas blancas¡±. El s¨¢bado, en la noche de los Goya, un pol¨ªtico manchego que no ama el cine y vest¨ªa chaqueta blanca me record¨® aquellos d¨ªas de mi infancia hu¨¦rfanos de cine.
V¨ªctor Calvo Luna. Valencia