?Qu¨¦ le pasa al PSOE?
Sin duda tiene argumentos para evitar que se extrapole el resultado de las elecciones de Galicia. Otra cosa es que el partido haga como que esto no importa, o importa poco, o importa de aquella manera
El PSOE estaba dispuesto a hacer una lectura nacional de lo que sucediera en Galicia si en Galicia el PP perd¨ªa la mayor¨ªa absoluta, y el PP precipit¨® las elecciones por esa misma raz¨®n: para que pudiera darse una interpretaci¨®n nacional si ocurr¨ªa lo que ocurri¨®. Estaba tan claro que lo m¨ªnimo que pod¨ªan hacer era negarlo, como hace ahora el PSOE para evitar que se extrapole el resultado. Sin duda tiene argumentos, porque no se vota en unas auton¨®micas igual que se vota en unas generales y porque Galicia no es se?al de lo que opinen todos los espa?oles: es se?al de lo que opinan los gallegos....
El PSOE estaba dispuesto a hacer una lectura nacional de lo que sucediera en Galicia si en Galicia el PP perd¨ªa la mayor¨ªa absoluta, y el PP precipit¨® las elecciones por esa misma raz¨®n: para que pudiera darse una interpretaci¨®n nacional si ocurr¨ªa lo que ocurri¨®. Estaba tan claro que lo m¨ªnimo que pod¨ªan hacer era negarlo, como hace ahora el PSOE para evitar que se extrapole el resultado. Sin duda tiene argumentos, porque no se vota en unas auton¨®micas igual que se vota en unas generales y porque Galicia no es se?al de lo que opinen todos los espa?oles: es se?al de lo que opinan los gallegos. Otra cosa es que el PSOE haga como que esto no importa, o importa poco, o importa de aquella manera, dando por hecho que los votos que se fueron al BNG los podr¨¢ recuperar como si fuera tan sencillo. Como si fueran suyos. Como si fuera relativo pretender la hegemon¨ªa de una autonom¨ªa en un Estado auton¨®mico.
El PSOE sufri¨® un duro rev¨¦s territorial y no fue en Galicia, o no s¨®lo. Fue antes, en mayo, cuando varios de sus presidentes auton¨®micos apecharon el desgaste del Gobierno. Pedro S¨¢nchez lo asumi¨® y adelant¨® las elecciones al verano en un giro arriesgado que le mantuvo en el poder aunque tuviera que dar la amnist¨ªa que hab¨ªa negado. Pero S¨¢nchez sabe ¨Dlo sabe porque en eso bas¨® su estrategia: en el muro y en el bloque¨D que no es tanto el apoyo que ¨¦l suscite entre los votantes, sino el rechazo que genera la alternativa. En eso se apoya a¨²n, en el temor a que la alianza que ya forman PP y Vox en varios territorios llegue al gobierno del pa¨ªs. Por esa misma alianza, el PP puede presumir poco del hecho in¨¦dito de haber frenado a la ultraderecha en Galicia, porque se ha aliado con ella donde ha hecho falta. En realidad, lo que m¨¢s critica el PP del PSOE es lo que m¨¢s le desea: la capacidad de poder llegar a acuerdos con otros que no sean Santiago Abascal. Con otros a los que un d¨ªa, qui¨¦n sabe, hasta se plantear¨ªa indultar.
Pero una cosa son las condiciones de la supervivencia en el Gobierno ¨D¡±la ¨²nica verdad es la realidad¡±, dijo una vez S¨¢nchez¨D y otra cosa es lo que le pasa a un partido que ha perdido 50.000 votos en Galicia y que se ha quedado con nueve diputados de 75; un partido que gobierna Espa?a junto a una formaci¨®n que en Galicia ha obtenido menos votos que Vox. Lo que pasa lo ha descrito el propio S¨¢nchez cuando ha ido a dar la soluci¨®n, porque si admite que faltan liderazgos es que no los tiene, o que no los ha dejado crecer. Lo que pasa es que se fueron diluyendo los liderazgos que ten¨ªan la capacidad de alzar la voz en la Ejecutiva o en el Comit¨¦ Federal sin que se tomaran los disensos por deslealtades ni traiciones.
El ¨²ltimo ejemplo fue el relevo en Valencia, donde Ferraz propici¨® un acuerdo que evitara las primarias entre los aspirantes a la sucesi¨®n de Ximo Puig, porque las primarias est¨¢n bien, pero tampoco tanto. Si S¨¢nchez hubiera aceptado en su d¨ªa un trato as¨ª, dif¨ªcilmente ser¨ªa ahora secretario general y presidente del Gobierno. Pero S¨¢nchez ofreci¨® un trato as¨ª, y acompas¨® el discurso territorial de los socialistas a las exigencias de los nacionalistas. Al cabo, la ¨²nica verdad es la realidad. Nadie se acuerda, porque nadie la cita, pero el PSOE tiene su modelo territorial definido desde que aprob¨® un documento al que llamaron Declaraci¨®n de Granada. En vez de eso, se habla a cada rato de Carles Puigdemont con un foco que las urnas no le dieron.
El papel que han permitido a Junts ¨Dpor el que hoy se extiende 15 d¨ªas el plazo para negociar una amnist¨ªa que en teor¨ªa ya estaba acordada y firmada¨D supone sobrerrepresentar a un partido que en las ¨²ltimas generales no qued¨® ni primero ni segundo ni tercero ni cuarto en Catalu?a: qued¨® el quinto, casi un mill¨®n de votos por debajo del PSC, que gan¨®. Se habla mucho de Puigdemont y muy poco de Salvador Illa, por lo que sea. Y ser¨¢ verdad que no se puede extrapolar a todo el pa¨ªs lo que se vot¨® el domingo, pero resulta extra?o pensar que el partido en el Gobierno acabe de cosechar su peor derrota en Galicia y su lectura fundamental sea que, por lo menos, esos votos se han quedado en su bloque. Se quedaron en el Bloque, que es distinto y no tiene nada que ver.