Nacionalidad a discreci¨®n
Entre los solicitantes del DNI hay adultos que llegaron hace d¨¦cadas y d¨¦cadas llevan contribuyendo a la econom¨ªa del pa¨ªs de un modo mucho m¨¢s provechoso que dando pu?etazos
Imag¨ªnate que est¨¢s con los tr¨¢mites para obtener la nacionalidad espa?ola, que has esperado los 10 a?os de residencia ininterrumpida y demostrada mediante registro en el padr¨®n, que has conseguido la preciada cita en el registro pagando tu buen dinerito al abogado especializado en el tema, que has reunido todos los documentos que te exigen y no te ha caducado ninguno mientras esperabas que llegara otro, que has pasado el test de cultura espa?ola que no pasan muchos diputados del Congreso, que has hecho todo esto y est¨¢s todos los d¨ªas pendiente de la carta que, ?por fin!, va a abrirte las pue...
Imag¨ªnate que est¨¢s con los tr¨¢mites para obtener la nacionalidad espa?ola, que has esperado los 10 a?os de residencia ininterrumpida y demostrada mediante registro en el padr¨®n, que has conseguido la preciada cita en el registro pagando tu buen dinerito al abogado especializado en el tema, que has reunido todos los documentos que te exigen y no te ha caducado ninguno mientras esperabas que llegara otro, que has pasado el test de cultura espa?ola que no pasan muchos diputados del Congreso, que has hecho todo esto y est¨¢s todos los d¨ªas pendiente de la carta que, ?por fin!, va a abrirte las puertas a la condici¨®n de ciudadano normal, uno m¨¢s, sin nada menos, uno que ya no es extranjero, temporal, alguien que est¨¢ de paso. Y olvidarte del kafkiano proceso. Imag¨ªnate que eres ese Ulises de la burocracia que ha superado todas las pruebas y cuando est¨¢s a punto de llegar a ?taca ves que otro salta veloz a la orilla sin tener que pasar por todo lo que t¨² has pasado, arribando ligero a la anhelada isla de la ciudadan¨ªa plena. No le envidias; es que no entiendes que las normas no sean iguales para todos. El ¨²ltimo de estos agraciados lo ha sido por bendici¨®n del mism¨ªsimo presidente del Gobierno y se llama Ilia Topuria. ?El importante m¨¦rito que ha rescatado su expediente de debajo del mont¨®n de carpetas? Darse de pu?etazos con otros hombres y ganar peleas, ir a El Hormiguero, pedir all¨ª la nacionalidad y que el presidente escuche y atienda su demanda.
Ahora mismo habr¨¢ miles de personas en Espa?a esperando, como esperaba Topuria, que su carpeta salga del mont¨®n y se resuelva su situaci¨®n administrativa, pero como no saben pelearse bien con otros, ni jugar al f¨²tbol, ni tienen dinero para obtener una visa oro, su angustia casi existencial (?qu¨¦ hay m¨¢s existencial que vivir en los m¨¢rgenes engrosando las filas de los que est¨¢n, pero todav¨ªa no son?) se hace invisible a los ojos de Pablo Motos o Pedro S¨¢nchez. Entre los solicitantes del preciado documento hay adultos que llegaron hace d¨¦cadas y d¨¦cadas llevan trabajando y contribuyendo a la econom¨ªa del pa¨ªs de un modo mucho m¨¢s provechoso que dando pu?etazos y patadas o persiguiendo pelotitas. Pero no hay campeonatos de alba?iles, ni camareros, ni de se?oras de la limpieza. Y aunque los hubiera, la anormalidad est¨¢ en el hecho de otorgar as¨ª la nacionalidad, por aplauso popular. La igualdad de todos los espa?oles ante la ley deber¨ªa empezar por la misma puerta de entrada a la ciudadan¨ªa. Lo contrario es injusta discriminaci¨®n y favoritismo a discreci¨®n.