Nosotros, los extra?os
Los lectores escriben sobre el trato discriminatorio que reciben los inmigrantes, el ataque de Ir¨¢n a Israel, las agresiones a profesores por parte del alumnado, los derechos de autor, y la celebraci¨®n de la afici¨®n del Athletic Club tras ganar la Copa del Rey
Odio la palabra ¡°inmigrante¡±. Cuando alguien habla de inmigrantes es como si les quitaran la humanidad y les pusieran una careta de alguien que no siente miedo, amor, esperanzas o que no tiene intelecto. Como si solo vieran nuestros instintos primarios de supervivencia para juzgar nuestras motivaciones. Nadie habla sobre la desgastante crisis de identidad que pasamos tratando de comprender las nuevas costumbres, hacer nuevos amigos, trabajar para sobrevivir y enviar una mesada a nuestras familias. Nosotros, los...
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Odio la palabra ¡°inmigrante¡±. Cuando alguien habla de inmigrantes es como si les quitaran la humanidad y les pusieran una careta de alguien que no siente miedo, amor, esperanzas o que no tiene intelecto. Como si solo vieran nuestros instintos primarios de supervivencia para juzgar nuestras motivaciones. Nadie habla sobre la desgastante crisis de identidad que pasamos tratando de comprender las nuevas costumbres, hacer nuevos amigos, trabajar para sobrevivir y enviar una mesada a nuestras familias. Nosotros, los extra?os, estamos viviendo siempre al borde de un colapso mental. No me preguntes por qu¨¦ vine, preg¨²ntame c¨®mo me siento.
Maggie Velarde. Palma de Mallorca
La vor¨¢gine de la guerra
Nadie duda de que Ir¨¢n es un r¨¦gimen dictatorial y que con su ataque a Israel entramos en la ominosa vor¨¢gine de la guerra. No olvidemos, no obstante, el ataque de Israel al Consulado de Ir¨¢n con la muerte de varios de sus diplom¨¢ticos en un tercer pa¨ªs soberano, Siria, y el silencio de los que nos proclamamos defensores del ¡°mundo libre¡± y de EE UU con su apoyo incondicional a Israel en la m¨¢s inhumana represalia de los ¨²ltimos a?os contra la poblaci¨®n civil de Gaza, pese a las resoluciones de la ONU, incluida una del Consejo de Seguridad.
Francisco Jos¨¦ Eguibar Padr¨®n. Madrid
Agresiones a profesores
Soy docente de educaci¨®n primaria. Recientemente, hablando con una compa?era sobre un alumno, me coment¨®: ¡°Ese alumno fue el primero que me agredi¨® f¨ªsicamente¡±. Su tono desprend¨ªa una mezcla de naturalidad, resignaci¨®n y aceptaci¨®n. Como si te dijeran que el domingo va a llover. Esta frase me ha dejado pensando en c¨®mo hemos normalizado la violencia tanto f¨ªsica como verbal dentro de nuestra profesi¨®n, incluso en el alumnado m¨¢s joven. Las palabras de mi compa?era nos deben hacer reflexionar.
Rub¨¦n Quir¨®s Gonz¨¢lez. Gij¨®n
Proteger a los autores
Mi petici¨®n al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, es sencilla: una legislaci¨®n que de verdad proteja a los autores frente a los abusos de los que explotan sus obras, que el incumplimiento de los contratos por parte de las editoriales no les salga gratis, y que tenga consecuencias econ¨®micas que las disuadan de hacerlo. Los autores tienen que sentirse protegidos en sus derechos para continuar creando. Es primordial para que nazcan nuevas obras y enriquezcan el patrimonio cultural de un pa¨ªs. Por favor, se?or ministro, h¨¢galo posible.
Anna Arnaiz Kompanietz. Madrid
No todo est¨¢ perdido
La celebraci¨®n de la afici¨®n del Athletic Club por la consecuci¨®n de la Copa del Rey nos recuerda que no todo est¨¢ perdido en el f¨²tbol. La querencia, el apego, el sentimiento de pertenencia, pueden ser un ant¨ªdoto contra el f¨²tbol moderno o el f¨²tbol industria, tan alejado del sentir popular y de la cultura de club. ?Zorionak Athletic!
Manuel S¨¢nchez Pat¨®n. Tomelloso (Ciudad Real)