Cobardes con la inmigraci¨®n
El miedo se azuza para que creamos que quienes nos roban y empeoran los servicios p¨²blicos son esos que acaban de aterrizar y no la derecha con la privatizaci¨®n
Siete de cada 10 europeos, seg¨²n la encuesta a la que hac¨ªa referencia Francisco Peregil en este peri¨®dico, creen que hay demasiados inmigrantes. Y aunque existen diferencias sustanciales entre pa¨ªses, ya es algo habitual que los datos arrojen la percepci¨®n generalizada de que aqu¨ª sobra gente. Siete de cada 10 europeos han olvidado sus ra¨ªces porque es probable que alguno sea descendiente de extranjeros, pero tambi¨¦n sufr...
Siete de cada 10 europeos, seg¨²n la encuesta a la que hac¨ªa referencia Francisco Peregil en este peri¨®dico, creen que hay demasiados inmigrantes. Y aunque existen diferencias sustanciales entre pa¨ªses, ya es algo habitual que los datos arrojen la percepci¨®n generalizada de que aqu¨ª sobra gente. Siete de cada 10 europeos han olvidado sus ra¨ªces porque es probable que alguno sea descendiente de extranjeros, pero tambi¨¦n sufren una amnesia selectiva con respecto a la historia traum¨¢tica de este continente que tantos ¨¦xodos provoc¨® no hace tanto. En este sentido, hay que reconocer la victoria moral de la derecha (extrema o no) al haber conseguido convertir al inmigrante pobre (valga la redundancia) en chivo expiatorio culpable de todos los males. Rishi Sunak, por ejemplo, est¨¢ deportando a seres humanos inocentes por un elevad¨ªsimo coste mientras su partido pierde en las urnas. Desplazar la atenci¨®n y crear un estado de opini¨®n alarmista respecto de la inmigraci¨®n es una estrategia de cobardes incapaces de defender p¨²blicamente sus medidas neoliberales. Esos millones que van a costar las deportaciones bien podr¨ªan destinarse a la sanidad brit¨¢nica que hace aguas por todas partes pero eso impedir¨ªa el objetivo de desmantelar las estructuras del Estado. As¨ª que el miedo a la inmigraci¨®n se azuza para que creamos que quienes nos roban y empeoran los servicios p¨²blicos son esos hombres y mujeres j¨®venes acabados de aterrizar y no la derecha que tiene en sus principios fundamentales la privatizaci¨®n generalizada de esos servicios.
Frente a esta estigmatizaci¨®n tampoco es que haya una clara contestaci¨®n por parte de la izquierda. Quienes vemos de cerca la segregaci¨®n urban¨ªstica y escolar y toda suerte de dificultades para la integraci¨®n estamos hartos de escuchar palabrer¨ªa vac¨ªa sobre derechos y libertades sin presupuesto alguno que la acompa?e y cansados de la condescendencia que nos pinta como buenos salvajes encerrados en esencias culturales, identitarias y religiosas. La izquierda que saca pecho como defensora de los inmigrantes casi nunca los conoce de verdad ni se interesa por la complejidad del asunto. Sin sonrojase ni un poquito no es raro que eche mano de la instrumentalizaci¨®n utilitarista (es que vienen a cuidar a nuestros mayores y a limpiar nuestras casas). No han conseguido ganar a la derecha en este asunto porque no parece que lo tengan claro y evitan siempre la autocr¨ªtica honesta. Encima se dedican a rega?ar a la clase trabajadora por ¡°votar mal¡± cuando escoge la extrema derecha.