Un virus en la corte
El director de ¡®Science¡¯ recalc¨® en el Congreso de EEUU que no hay conspiraciones sobre el origen de la covid, sino opacidad china
El Congreso de Estados Unidos tom¨® a principios de abril una decisi¨®n ins¨®lita. Llam¨® a los directores de Nature, Science y The Lancet, tres revistas cient¨ªficas, a declarar ante el Subcomit¨¦ Selecto sobre la Pandemia de Coronavirus, presidido por el congresista Brad Wenstrup, republicano, pod¨®logo y oficial de la Armada en la reserva. La sesi¨®n ten¨ªa un t¨ªtulo elocuente: ¡°Mala pr¨¢ctica acad¨¦mica; la relaci¨®n entre las revistas cient¨ªficas, el Gobierno y la revisi¨®n por pares¡±. ...
El Congreso de Estados Unidos tom¨® a principios de abril una decisi¨®n ins¨®lita. Llam¨® a los directores de Nature, Science y The Lancet, tres revistas cient¨ªficas, a declarar ante el Subcomit¨¦ Selecto sobre la Pandemia de Coronavirus, presidido por el congresista Brad Wenstrup, republicano, pod¨®logo y oficial de la Armada en la reserva. La sesi¨®n ten¨ªa un t¨ªtulo elocuente: ¡°Mala pr¨¢ctica acad¨¦mica; la relaci¨®n entre las revistas cient¨ªficas, el Gobierno y la revisi¨®n por pares¡±. La revisi¨®n por pares quiere decir que los manuscritos se analizan por otros investigadores antes de publicarlos, y es el procedimiento general en estas publicaciones profesionales. Lo de relacionar las revistas cient¨ªficas con el Gobierno es un hallazgo, eso hay que reconocerlo. A nadie se le hab¨ªa ocurrido nunca.
Los directores de Nature y The Lancet, dos revistas brit¨¢nicas, declinaron amablemente la invitaci¨®n de Washington. El de Science, siendo norteamericano, se sinti¨® m¨¢s motivado a personarse, aunque insisti¨® en hacerlo de manera voluntaria, y no instado por el legislativo. Se llama Holden Thorp, y es un personaje conocido en el mundillo cient¨ªfico. En el ¨²ltimo n¨²mero de Science escribe un editorial titulado Mister Thorp goes to Washington (¡±El se?or Thorp va a Washington¡±), donde destripa por completo el contenido de la sesi¨®n de control. Es de agradecer.
La raz¨®n detr¨¢s de todo esto es la hip¨®tesis de que el SARS-CoV-2, el virus que caus¨® la pandemia de covid, se escap¨® de un laboratorio chino. No se puede decir que no tenga sentido, porque en la ciudad china de Wuhan, no muy lejos del mercado de abastos donde el SARS-CoV-2 se detect¨® por primera vez, hay en efecto un laboratorio dedicado a la investigaci¨®n de los coronavirus, la familia a la que pertenece el agente pand¨¦mico, y trabaja en coronavirus de murci¨¦lago, entre otras fuentes. Peor a¨²n, Pek¨ªn se ha negado persistentemente a facilitar los datos de ese laboratorio a los cient¨ªficos, y ello pese a dos misiones de la OMS a Wuhan destinadas justo a obtener esa informaci¨®n. Es suficiente para levantar sospechas, pese a que la generalidad de los investigadores considera m¨¢s probable que el virus saltara a los humanos desde los murci¨¦lagos a trav¨¦s de un desconocido animal intermediario.
El subcomit¨¦ del Congreso no iba en realidad contra los editores de revistas t¨¦cnicas, sino contra dos piezas cient¨ªficas de mucho peso: los dos directores de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en ingl¨¦s) durante la pandemia, Francis Collins y Anthony Fauci. El segundo, en particular, se distingui¨® por su valerosa oposici¨®n al entonces presidente Donald Trump, cuyos ¡°hechos alternativos¡± ¡ªmentiras, en la jerga¡ª sobre las vacunas, las mascarillas, la ingesti¨®n de lej¨ªa y no s¨¦ cu¨¢ntas ocurrencias m¨¢s hicieron todo lo posible por empeorar una situaci¨®n ya horrible de por s¨ª. Fauci es una de las cabezas que Steve Bannon, el estratega de cabecera de Trump, quer¨ªa ver clavadas en una pica a la entrada de la Casa Blanca. Supongo que lo dir¨ªa en broma.
Los republicanos del subcomit¨¦ preguntaron a Thorp si Collins y Fauci hab¨ªan instado a las principales revistas cient¨ªficas a publicar art¨ªculos donde se suprimiera la hip¨®tesis de la fuga de laboratorio. Thorp se defendi¨® sin dificultad, pues pudo exhibir varios art¨ªculos en Science donde cient¨ªficos l¨ªderes en su campo reclamaban una investigaci¨®n exhaustiva sobre esa posibilidad. Si esta no se ha hecho es solo porque el Gobierno chino ha echado el cierre met¨¢lico sobre el laboratorio de Wuhan, sus datos y sus virus. Sin datos no hay forma de confirmar o refutar una hip¨®tesis. Y as¨ª llevamos cinco a?os. No hay conspiraci¨®n, sino opacidad.
Un congresista pregunt¨® a Thorp por qu¨¦ la ciencia cambia cuando hay nuevos datos. No s¨¦ c¨®mo har¨ªa el director de Science para no partirse de risa.