Los ciudadanos cumplen, ahora les toca a los pol¨ªticos
Si el resultado del cord¨®n sanitario no sirve para garantizar la gobernabilidad se habr¨¢ despejado el campo para que a la pr¨®xima le acaben saliendo los n¨²meros a Le Pen
La segunda vuelta de las elecciones francesas nos hizo revivir el esp¨ªritu de 2016, cuando se produjeron los traum¨¢ticos acontecimientos del Brexit y la presidencia de Trump. Ahora, como entonces, fracasaron las encuestas, pero el resultado es bien distinto: se salv¨® la bola de partido, el match point ha ca¨ªdo del lado republicano. No solo no habr¨¢ mayor¨ªa de Reagrupamiento Nacional (RN), sino que ni siquiera ha sido el partido m¨¢s votado, como predec¨ªan todos...
La segunda vuelta de las elecciones francesas nos hizo revivir el esp¨ªritu de 2016, cuando se produjeron los traum¨¢ticos acontecimientos del Brexit y la presidencia de Trump. Ahora, como entonces, fracasaron las encuestas, pero el resultado es bien distinto: se salv¨® la bola de partido, el match point ha ca¨ªdo del lado republicano. No solo no habr¨¢ mayor¨ªa de Reagrupamiento Nacional (RN), sino que ni siquiera ha sido el partido m¨¢s votado, como predec¨ªan todos los sondeos. Le Pen muerde la lona y Macron ha cumplido su objetivo de poner al RN en su sitio. Cuando parec¨ªa sonado, ha conseguido una cierta rehabilitaci¨®n con ese segundo lugar obtenido detr¨¢s del Nuevo Frente Popular (NFP) de izquierdas. El voluble presidente al final s¨ª logr¨® movilizar a sus ciudadanos, aunque no haya conseguido la victoria. Los franceses no est¨¢n por asumir el riesgo de confiar su pa¨ªs a una aventura ultra. Y no es poca cosa. El cord¨®n sanitario se ha mantenido, y con una participaci¨®n hist¨®rica. El psicodrama escenificado por el El¨ªseo ha tenido un final feliz.
Sobre ese trasfondo, la pregunta m¨¢s inmediata es ?ahora qu¨¦?, ?c¨®mo se va a conseguir la gobernabilidad? Porque ninguno de los grupos tiene la mayor¨ªa suficiente para hacerlo. Lo l¨®gico es que Macron proponga como primer ministro a un candidato del grupo m¨¢s votado, pero tendr¨¢ que ser alguien consensuado con el propio Ensemble (Juntos), el partido del presidente. Y a partir de aqu¨ª es cuando comienzan las inc¨®gnitas, y depender¨¢ de cu¨¢l acabe siendo la relaci¨®n de fuerzas entre ambos implicados. Creo que caben dos opciones: una, es un gobierno de coalici¨®n entre NFN y Ensemble, que podr¨ªa extenderse a otros grupos, la ¡°coalici¨®n pluralista¡± de la que hablaba el hasta este domingo primer ministro Attal. En Francia, como hasta hace bien poco en Espa?a, no existe una cultura pol¨ªtica favorable a esta salida, pero ser¨ªa lo m¨¢s ajustado a lo manifestado por los electores. Otra posibilidad ser¨ªa un Gobierno monocolor de izquierdas y verde a partir de un programa acordado y dirigido por un l¨ªder moderado, un socialista. En ambos casos ser¨ªa inevitable una cohabitaci¨®n entre el presidente y un primer ministro de izquierdas, algo que Macron seguro que no esperaba. Pero, f¨ªjense, las disonancias de programas entre unos y otros son abismales, y M¨¦lenchon ¡ªy el propio Macron¡ª no creo que est¨¦n por hacer muchas concesiones.
Despu¨¦s del canguelo que hemos pasado, creo que es relevante hacerse tambi¨¦n otras preguntas. ?Qu¨¦ diablos est¨¢ pasando en las democracias para tener que estar siempre sinti¨¦ndonos al borde del abismo cada vez que hay una elecci¨®n? ?Acaso no es una contradicci¨®n en los t¨¦rminos que una democracia tema la voluntad de los electores? ?Hemos dejado de creer en los controles institucionales que la preservan de las potenciales desmesuras mayoritarias? Lo ¨²nico cierto, por volver a Francia, es que si el resultado del cord¨®n sanitario no sirve para garantizar tambi¨¦n la gobernabilidad se habr¨¢ despejado el campo para que a la pr¨®xima le acaben saliendo los n¨²meros a Le Pen. La llamada a la responsabilidad de los electores no puede encontrarse despu¨¦s con pol¨ªticos irresponsables.