Triunfo de la fe
De la Fuente fue el ¨²nico seleccionador que tuvo m¨¢s esperanza en sus jugadores que miedo a sus rivales
Lo del domingo fue un milagro. No se recuerda una selecci¨®n que, partiendo de unas posibilidades tan bajas de ganar la Eurocopa (de un 11%, seg¨²n el modelo de EL PA?S; quintos, por detr¨¢s de Francia, Inglaterra, Alemania y Portugal), se alce con el t¨ªtulo, ganando todos los partidos de la fase final.
Si hubo ayuda divina no se not¨®, porque los dados que tir¨® Dios no fueron propicios. Espa?a tuvo que enfrentarse a las grandes potencias de la d¨¦cada: la art¨ªstica solidez de la Croacia de Modric, la ag...
Lo del domingo fue un milagro. No se recuerda una selecci¨®n que, partiendo de unas posibilidades tan bajas de ganar la Eurocopa (de un 11%, seg¨²n el modelo de EL PA?S; quintos, por detr¨¢s de Francia, Inglaterra, Alemania y Portugal), se alce con el t¨ªtulo, ganando todos los partidos de la fase final.
Si hubo ayuda divina no se not¨®, porque los dados que tir¨® Dios no fueron propicios. Espa?a tuvo que enfrentarse a las grandes potencias de la d¨¦cada: la art¨ªstica solidez de la Croacia de Modric, la aguerrida disciplina de la Italia de Spalletti, la apabullante mec¨¢nica de la Alemania de Kroos, la deslumbrante potencia de la Francia de Mbapp¨¦, y la agresiva habilidad de la Inglaterra de Bellingham. Uno a uno, los jugadores espa?oles parec¨ªan inferiores. Arriba, nadie ten¨ªa un idilio con el gol, ya fuera porque su mejor momento hab¨ªa pasado (Morata y Oyarz¨¢bal) o no hab¨ªa llegado (Yamal y Williams). Atr¨¢s, el seleccionador daba los galones a un supuesto jubilado en Arabia Saud¨ª y a un exc¨¦ntrico portero. Y, con la excepci¨®n de Rodri, ning¨²n mediocampista acumulaba experiencia contrastada al m¨¢s alto nivel. ?Por qu¨¦ pues gan¨® Espa?a?
Los altos hornos ideol¨®gicos forjan sus teor¨ªas. La derecha recicla el mito del indomable luchador patrio, de la ¨¢rida tierra del Cid y los conquistadores al cuidado c¨¦sped de Wimbledon y Berl¨ªn. Del Alc¨¢zar a Alcaraz. El cl¨¢sico nacionalismo con ribetes machistas. Y la izquierda cuece otro ideal problem¨¢tico: el triunfo de la diversidad. Enfatizar la diferencia, de Yamal y Williams, aunque sea para alabarla, es invocar a los demonios. Como bien saben en Francia, a?adir el adjetivo multicolor a la selecci¨®n de Zidane en el mundial de 1998, y multirracial a la de Mbapp¨¦ en 2018, no ha ayudado a limar el debate identitario. Todo lo contrario. Adem¨¢s, calibrar en goles (o contribuciones netas a la seguridad social) a un grupo social es instrumentalizarlo, reducirlo a su utilidad material. Valorar a las personas por los n¨²meros de su etnia es deshumanizarlas.
Espa?a gan¨® por la fe. De la Fuente fue el ¨²nico seleccionador que tuvo m¨¢s esperanza en sus jugadores que miedo a sus rivales. Cuando, por la exigencia del marcador, Alemania, Francia o Inglaterra se soltaron, nos avasallaron. Pero, como simboliz¨® la patada de Kroos a Pedri, de entrada, las grandes selecciones priorizaron neutralizar el juego a crearlo. Ante la duda, impusieron la prudencia. De la Fuente, la fe. No s¨¦ si nos salv¨® la Providencia, pero s¨ª la creencia en la misma de nuestro seleccionador. @VictorLapuente