Transparencia democr¨¢tica
Las medidas de regeneraci¨®n defendidas por el Gobierno necesitar¨¢n el consenso de los partidos y los medios de comunicaci¨®n
El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, despleg¨® ayer en el Congreso, sin concretarlo demasiado, el plan de ¡°regeneraci¨®n democr¨¢tica¡± que anunci¨® en abril y que incluye medidas de transparencia y rendici¨®n de cuentas tanto por parte de los poderes p¨²blicos como de los medios. Estas ¨²ltimas se encuadran en el Reglamento Europeo de Libertad de Medios de Comunicaci¨®n, aprobado el pasado mayo por ...
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El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, despleg¨® ayer en el Congreso, sin concretarlo demasiado, el plan de ¡°regeneraci¨®n democr¨¢tica¡± que anunci¨® en abril y que incluye medidas de transparencia y rendici¨®n de cuentas tanto por parte de los poderes p¨²blicos como de los medios. Estas ¨²ltimas se encuadran en el Reglamento Europeo de Libertad de Medios de Comunicaci¨®n, aprobado el pasado mayo por amplia mayor¨ªa en la Euroc¨¢mara. El reglamento, que debe estar plenamente incorporado a la normativa espa?ola antes de agosto de 2025, exige que los Veintisiete apliquen medidas de transparencia, tanto sobre la titularidad de los medios como sobre sus fuentes de financiaci¨®n, para preservar su independencia y evitar injerencias de pa¨ªses extranjeros, as¨ª como para proteger el trabajo de los periodistas.
Para cumplir con esa reglamentaci¨®n, el Gobierno defiende la obligaci¨®n de hacer p¨²blica la titularidad directa e indirecta de las empresas as¨ª como los fondos que reciben de las administraciones ¡ªestatales, auton¨®micas y locales¡ª en forma de publicidad institucional o de contratos de otra ¨ªndole. Por su parte, todas las administraciones estar¨ªan obligadas a notificar qu¨¦ subvenciones conceden y a qui¨¦n. Tan importante, sin embargo, como esa informaci¨®n es articular un sistema verificable de medici¨®n de audiencias, dado que hoy existen muchas cabeceras, sobre todo digitales, que reciben cuantiosas ayudas p¨²blicas pese a tener una audiencia exigua. S¨¢nchez propuso adem¨¢s ampliar las competencias de la Comisi¨®n Nacional de la Competencia para evitar la excesiva concentraci¨®n empresarial en aras de garantizar la pluralidad informativa. Por el lado m¨¢s pol¨ªtico, tambi¨¦n plante¨® una reforma de la ley electoral para obligar a mantener debates y publicar los microdatos de las encuestas.
Son propuestas que deben concretarse en una ronda de contactos con los grupos parlamentarios, las asociaciones profesionales y representantes de la academia en busca de un consenso que, a la vista de la sesi¨®n parlamentaria de ayer, parece improbable. Hace lo correcto el Gobierno al no tocar asuntos que afectan a derechos fundamentales sin el concierto de los dem¨¢s partidos y tras escuchar a la sociedad civil. La Federaci¨®n de Asociaciones de Periodistas de Espa?a aplaudi¨® ayer la aplicaci¨®n en Espa?a de las medidas recogidas en el reglamento europeo.
El debate parlamentario de ayer deriv¨® en un ejemplo meridiano de hasta qu¨¦ punto se puede construir realidad pol¨ªtica a partir de un relato parcial o directamente falso. Estuvo plagado de insinuaciones sobre los verdaderos motivos de la iniciativa, que para el PP y Vox no son otros que proteger a la esposa del presidente de una imputaci¨®n por supuesta corrupci¨®n. El propio S¨¢nchez dio pie a esa interpretaci¨®n al anunciar, sin demasiado sentido de la oportunidad, el paquete detallado hoy ¡ªde obligado cumplimiento europeo¡ª tras reflexionar durante cinco d¨ªas de abril sobre su continuidad al frente del Ejecutivo a ra¨ªz de la imputaci¨®n de su esposa. La oposici¨®n conservadora se refiri¨® ayer a esa investigaci¨®n no en t¨¦rminos de cr¨ªtica pol¨ªtica sino como si hubiera hechos probados en vez de un procedimiento judicial altamente cuestionado en t¨¦rminos jur¨ªdicos.
Es evidente que la desinformaci¨®n se ha convertido, no solo en Espa?a, en un problema que hay que afrontar porque representa una grave amenaza para la democracia. La mentira no es nueva en pol¨ªtica, pero nunca como ahora hab¨ªa tenido un ecosistema tecnol¨®gico tan favorable. Los medios de comunicaci¨®n rigurosos deben ser los m¨¢s interesados en las medidas de transparencia porque la desinformaci¨®n genera desconfianza en la ciudadan¨ªa y erosiona la credibilidad del sistema en su conjunto.
La claridad reclamada por Europa busca proteger al mismo tiempo la libertad de expresi¨®n, el derecho a la cr¨ªtica, y el derecho constitucional de la ciudadan¨ªa a recibir una informaci¨®n veraz. El Ejecutivo est¨¢ obligado a velar escrupulosamente por ese derecho y en esos t¨¦rminos. Para garantizarlo es vital proteger a los periodistas y a sus fuentes, promover medidas de autorregulaci¨®n y garantizar la pluralidad informativa. El reto es grande pero decisivo para la convivencia porque la opacidad solo beneficia a los enemigos de la democracia. Ser¨ªa deseable que Gobierno, oposici¨®n y medios estuvieran a la altura.