Puigdemont, ?como en 1984?
La posible irrupci¨®n del expresident en la investidura de Illa, y las consecuencias que una acci¨®n as¨ª pueda tener, no guardan mucha similitud con la coyuntura de hace 40 a?os
Recuerdo haberle escuchado decir a Jordi Amat que el caso Banca Catalana era el ¡°punto ciego¡± de la pol¨ªtica en Catalu?a, que todo lo que hab¨ªa ocurrido desde entonces ten¨ªa su inicio ah¨ª, en ese momento borroso de la historia, nunca explicado del todo. Debe ser verdad que Amat lo cree as¨ª porque le dedic¨® un libro entero (El hijo del ch¨®fer), aunque lo disimulara detr¨¢s de la peripecia vital de uno...
Recuerdo haberle escuchado decir a Jordi Amat que el caso Banca Catalana era el ¡°punto ciego¡± de la pol¨ªtica en Catalu?a, que todo lo que hab¨ªa ocurrido desde entonces ten¨ªa su inicio ah¨ª, en ese momento borroso de la historia, nunca explicado del todo. Debe ser verdad que Amat lo cree as¨ª porque le dedic¨® un libro entero (El hijo del ch¨®fer), aunque lo disimulara detr¨¢s de la peripecia vital de uno de los protagonistas de ese instante, el inquietante Alfons Quint¨¤.
Corr¨ªa el a?o 1984, los socialistas de Felipe Gonz¨¢lez gobernaban despu¨¦s de conseguir una mayor¨ªa absolut¨ªsima y Jordi Pujol encaraba el final de su primera legislatura como president de la Generalitat. En esas lleg¨® la querella de la fiscal¨ªa por los tejemanejes en la ca¨ªda de Banca Catalana, el banco que hab¨ªa dirigido Pujol. El l¨ªder nacionalista supo convertir aquel traspi¨¦ en un trampol¨ªn para conseguir la primera de sus tres mayor¨ªas absolutas consecutivas.
La culminaci¨®n de esa operaci¨®n, que narra Amat en su libro, se produjo el d¨ªa de la investidura de Pujol (30 de mayo), con la toma del Parlament por parte de las juventudes de CDC (agresi¨®n al jefe de la oposici¨®n incluida) y la procesi¨®n multitudinaria que acompa?¨® a Pujol desde all¨ª hasta el palacio de la Generalitat (desde cuyo balc¨®n pronunci¨® esas palabras premonitorias: ¡°A partir de ahora de ¨¦tica y de moral hablaremos nosotros¡±), todo ello retransmitido en riguroso directo por TV3, que dirig¨ªa Quint¨¤.
40 a?os despu¨¦s, los herederos de Converg¨¨ncia parecen plantear una recreaci¨®n de aquel episodio esta semana, tambi¨¦n en el Parlament y tambi¨¦n a cuenta de una sesi¨®n de investidura. A pesar de los paralelismos con 1984, la posible irrupci¨®n de Carles Puigdemont en la investidura de Salvador Illa, y las consecuencias que una acci¨®n as¨ª puedan tener, no guarda mucha similitud con la coyuntura de hace 40 a?os. Entonces, el candidato a la presidencia era Pujol y ahora es el l¨ªder del PSC. Entonces, Pujol ven¨ªa de ganar 1,3 millones de votos y 72 esca?os. Hoy Junts cuenta con menos de la mitad (35) y a pesar de tener una posici¨®n clave en el Congreso de los Diputados, viene de obtener sus peores resultados en todas las elecciones.
La toma multitudinaria del Parlament en 1984 fue la culminaci¨®n de una victoria, lo que puede pasar ahora es la escenificaci¨®n de una derrota, la ¨²ltima bala que le queda a Puigdemont para concentrar los focos, para anunciar al mundo entero que sigue vivo, aunque al mismo tiempo admita que ha perdido la capacidad de condicionar el escenario pol¨ªtico catal¨¢n.