Ganazas de cerrar el chiringuito
Si ¡®ferragosto¡¯ te pilla trabajando qu¨¦ gusto marcarse un ah¨ª os queda¨ªs como el del bar de Oleiros
Qu¨¦ gusto irse de puente con un portazo tan sonoro que se cabree media Espa?a. Cogerse unos d¨ªas con un ah¨ª os qued¨¢is que salga en la tele y haga rabiar a todas las cuentas con banderita de las redes sociales. Lo ha hecho un bar en la playa de Mera (Oleiros, A Coru?a), con nombre medio pijo, medio Ikea, Puerto Martina Baar (dos aes), y esp¨ªritu de ¡°taberna bucanera¡± seg¨²n pone en su toldo. Un toque canalla.
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Qu¨¦ gusto irse de puente con un portazo tan sonoro que se cabree media Espa?a. Cogerse unos d¨ªas con un ah¨ª os qued¨¢is que salga en la tele y haga rabiar a todas las cuentas con banderita de las redes sociales. Lo ha hecho un bar en la playa de Mera (Oleiros, A Coru?a), con nombre medio pijo, medio Ikea, Puerto Martina Baar (dos aes), y esp¨ªritu de ¡°taberna bucanera¡± seg¨²n pone en su toldo. Un toque canalla.
Tienen una bandera de Palestina en la terraza, ponen copas a 4 euros y en su Facebook cuelgan actuaciones de se?ores de mediana edad versioneando con entusiasmo Sultans of Swing de Dire Straits o El Ritmo Del Garaje de Loquillo. Tambi¨¦n suben posts virales en los que dicen estar hartos de tanto ¡°tonto de la meseta¡± y cansados ¡°de la prepotencia de esta gente¡±, declar¨¢ndose espacio libre de fodechinchos, como se llama en Galicia a los turistas irrespetuosos, especialmente madrile?os.
El t¨¦rmino, que se puede traducir como roba jureles, se populariz¨® en los a?os setenta cuando la primera oleada de turismo interior lleg¨® a la costa gallega. En las playas y las lonjas los pescadores ofrec¨ªan a los curiosos una cata del barato pescadito, hasta que estos, abusando de la hospitalidad, empezaron a plantarse con los cubos de la playa para llev¨¢rselos a pu?ados. En Cantabria se llama a los veraneantes papardos por un pez (la japuta, as¨ª que el insulto podr¨ªa ser peor), que solo se acerca a la costa con el calor y devora cuanto puede, entre vascos y navarros se insultan mutuamente como meaplayas y robasetas, y en todos los pueblos de Espa?a se sufre a los domingueros, esos molestos mochufas que describi¨® tan bonito Santiago Lorenzo en Los asquerosos. ¡°Nosotros vivimos todo el a?o donde t¨² veraneas¡±, dice el mensaje del bar, que bien podr¨ªa servir de lema en las manifestaciones que denuncian el turismo masivo que destroza la identidad y el tejido social de tantas ciudades, Madrid entre ellas.
Se entiende el rencor al b¨¢rbaro vacacional, la gente puede ser muy idiota, pero hay algo que chirr¨ªa en los ejemplos del insufrible comportamiento de los de fuera seg¨²n los del chiringuito de Mera. Es de fodechincho, por ejemplo, preguntar ¡°de serie¡± ?qu¨¦ tienes de pincho?, pedir un roncola para compartir entre dos o ver si hay aperitivo apto para celiacos. Todo depende del tono, pero as¨ª, blanco sobre negro, no parece demasiado pedir en un bar.
Sin embargo es ferragosto y los ¨¢nimos de quienes trabajamos est¨¢n encendidos. Con este calor, todo el mundo de fiesta y encima la gente pidi¨¦ndote unas aceitunitas o una columna fresquita de verano, que total no cuesta nada. Y es lo que toca, pero hay d¨ªas que dan ganas de cerrar el chiringuito de un portazo.