Google es un monopolio
La sentencia que condena al gigante digital por posici¨®n dominante supone un paso clave para regular el poder de las tecnol¨®gicas
Un juez federal de Estados Unidos ha sentenciado que Google es oficialmente un monopolio gracias a que cada a?o paga miles de millones de d¨®lares a Apple, Samsung y otros fabricantes para ser el buscador instalado por defecto en sus dispositivos. Es la ¨²ltima decisi¨®n judicial en una ofensiva con la que las autoridades de EE UU pretenden reducir el poder de mercado de las grandes tecnol¨®gicas, una posici¨®n que solo ir¨¢ a m¨¢s con el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), y que ha derivado en sendas demandas contra Apple, Amazon y Meta en los ¨²ltimos a?os.
La sentencia contra Google, el buscador de Alphabet, no deja lugar a dudas: acapara un 95% de cuota de mercado en b¨²squedas en m¨®viles y act¨²a de forma ilegal, dice el juez, para preservar esa posici¨®n dominante. La empresa defiende que es legal pagar para que otras compa?¨ªas te coloquen mejor, como ocurre, por ejemplo, en los pasillos de los supermercados, y que su buscador es, adem¨¢s, el mejor.
El juez percibe agujeros en ese razonamiento. La posici¨®n de privilegio que tiene en m¨®viles facilita a Google datos de miles de millones de b¨²squedas, que luego usa para mejorar el servicio, que le sirve para ganar m¨¢s dinero que finalmente emplea para ofrecer mejores acuerdos a los fabricantes de m¨®viles. La ventaja abismal sobre el resto de competidores que este modelo proporciona a Google limita los incentivos para crear o invertir en un nuevo buscador. Lo cierto es que no solo se ha convertido en el jugador dominante del mercado, sino en una herramienta imprescindible de cualquier actividad. Sus competidores ¡ªBrave, Bing o DuckDuckGo¡ª?replican que resulta imposible ponerse al nivel de Google sin la cantidad ingente de datos que maneja el buscador y que deber¨ªa darles acceso a su plataforma para mejorar sus resultados y anuncios. Entonces habr¨ªa una competencia real, insisten.
La competencia es esencial para propiciar avances en el campo de la tecnolog¨ªa. El mejor ejemplo reciente es la aparici¨®n de ChatGPT y su integraci¨®n con el buscador de Microsoft, Bing, que ha obligado a Google a avanzar en sus herramientas de IA. Igual que la aparici¨®n de un competidor ha estimulado ese desarrollo, la l¨®gica del mercado dice que si otros buscadores tuvieran verdadera capacidad de competir con Google en b¨²squedas habr¨ªa m¨¢s innovaci¨®n.
La empresa ya ha anunciado que recurrir¨¢ la decisi¨®n, en el principio de lo que puede suponer una larga batalla judicial. Las autoridades no descartan forzar a Alphabet a escindir sus distintas ¨¢reas de negocio: el buscador Google, el navegador Chrome, el sistema operativo Android o la plataforma de publicidad Adwords. Europa tambi¨¦n ha puesto en marcha cambios legislativos para combatir las pr¨¢cticas monopol¨ªsticas. La Comisi¨®n oblig¨® a Google a permitir que sus usuarios puedan escoger entre m¨¢s de una docena de buscadores cuando compren sus dispositivos. Pese a ello, siguen optando por Google de manera aplastante. Quedan muchos a?os de cambios regulatorios y ofensiva judicial para romper los monopolios tecnol¨®gicos, pero reconocerlos como tales es un importante primer paso.
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