Todo vuelve. Incluso la mili
Lo mismo se ponen de moda una vez m¨¢s los pantalones de campana y los pactos entre PP y los nacionalistas catalanes
Un t¨®pico sobre la moda es que todo vuelve y que si alguien guarda esos pantalones de campana en el armario, en unos a?os podr¨¢ lucirlos de nuevo. Algo parecido pasa en pol¨ªtica. Por ejemplo, esta semana ha vuelto un cl¨¢sico: Converg¨¨ncia i Uni¨®. Junts vot¨® en contra de una proposici¨®n de ley para poner l¨ªmites a los alquileres temporales de viviendas. En X alg¨²n tuitero se extra?aba de que Junts votara con PP, Vox y UPN, por aquello de la incompatibilidad de banderas. Pero otros recordaban que no tiene nada de raro que los partidos conservadores voten juntos y que, a pesar de los ochenta o noventa cambios de nombre, Junts sigue siendo CiU.
Tambi¨¦n amenazan con volver los coches al centro de Madrid: el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha anulado varios preceptos de las Zonas de Bajas Emisiones del Ayuntamiento, tras un recurso presentado por Vox. De momento, las restricciones (y las multas) siguen vigentes, mientras vemos si el Ayuntamiento recurre la sentencia o, como en el caso de Barcelona, aprueba otra norma.
Aun as¨ª, la noticia anim¨® a esos tuiteros que aparcan su Seat Ibiza al lado de la cama por si se despiertan en medio de la noche con ganas de ir al ba?o. Celebraban la decisi¨®n y aseguraban que iban a entrar por la Castellana derrapando. He de admitir que su entusiasmo era contagioso y esta ma?ana he estado a punto de pedirle al conductor del autob¨²s que hiciera el favor de saltarse la ruta y se metiera por la Gran V¨ªa a hacer trompos, y que luego aparcara en doble fila mientras yo bajaba a hacer unas compras. Nada mejor que volver a subir al coche (bueno, al bus), con siete bolsas y asegurar a los que se quejan de que ¡°solo ha sido un minutito¡±. Otro cl¨¢sico.
Siguiendo con los temas de toda la vida, el debate sobre si la mili deber¨ªa volver tambi¨¦n asoma de vez en cuando, aunque sin mucho ¨¦xito. La mili se acab¨® en Espa?a en 2001 gracias a otro cl¨¢sico que podr¨ªa volver en cualquier momento: los acuerdos entre PP y CiU. Pero esta semana se ha comentado en X la respuesta que ha dado C¨¢ndido M¨¦ndez, ex secretario general de la UGT, en una entrevista a El Mundo: ¡°Defiendo la recuperaci¨®n de la mili porque en Espa?a hay un deshilachamiento de la identidad nacional¡±. Alguno ped¨ªa que volvieran tambi¨¦n ¡°la peseta y los dinosaurios¡±, ya de paso.
Es verdad que M¨¦ndez no est¨¢ solo, y no me refiero ¨²nicamente a los nost¨¢lgicos que recuerdan con cari?o las guardias y las juras de bandera. En Europa hay gobiernos que se plantean su vuelta, como el de Alemania, y el ex primer ministro brit¨¢nico Rishi Sunak prometi¨® volver a instaurar el servicio militar si ganaba las elecciones del pasado julio. Resulta dif¨ªcil saber hasta qu¨¦ punto la amenaza contribuy¨® a su derrota.
Me da que los j¨®venes estar¨ªan m¨¢s orgullosos de su pa¨ªs si pudieran encontrar empleo estable y alquileres razonables, y no tanto por verse obligados a pasar varios meses pelando patatas y aprendiendo a montar y desmontar un cetme. S¨¦ que lo de las patatas es m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s r¨¢pido, pero quiz¨¢s deber¨ªamos solucionar antes lo de la vivienda y luego ya vemos c¨®mo vamos de nacionalismo y si echamos en falta alguna bandera en el balc¨®n.
Puede que todo vuelva, o que al menos amenace con volver, y puede que los pantalones de campana se pongan de moda una vez m¨¢s. Pero siempre pasa lo mismo: nos los ponemos un par de veces, los enterramos de nuevo en el armario y luego pedimos a amigos y familia que borren todas las fotos en las que salimos con ellos puestos. Hay que romper el ciclo. La nostalgia es agradable, es un rinc¨®n calentito donde todo es familiar, pero tambi¨¦n es muy peligrosa. La mili nunca sirvi¨® para nada y esos pantalones nunca nos sentaron bien. Lo que pasa es que ten¨ªamos 20 a?os.