Esperando a Donald
Ha pasado la oportunidad para la paz tras la muerte de Sinwar, y Netanyahu solo aguarda que gane Trump para tener las manos libres
El camino est¨¢ marcado. No mover nada ni mucho menos ceder antes del 5 de noviembre. Seguir la guerra en todos los frentes y demorar las negociaciones para la liberaci¨®n de los rehenes de Gaza y el cese de hostilidades en L¨ªbano. Ni siquiera es seguro que las urnas obliguen a Benjam¨ªn Netanyahu a cambiar de rumbo. Puede que ...
El camino est¨¢ marcado. No mover nada ni mucho menos ceder antes del 5 de noviembre. Seguir la guerra en todos los frentes y demorar las negociaciones para la liberaci¨®n de los rehenes de Gaza y el cese de hostilidades en L¨ªbano. Ni siquiera es seguro que las urnas obliguen a Benjam¨ªn Netanyahu a cambiar de rumbo. Puede que empiece a notarse algo si gana Kamala Harris. Si son inciertos los resultados electorales y quedan en manos de los jueces, dif¨ªcil ser¨¢ que Antony Blinken, el esforzado secretario de Estado de Joe Biden, consiga entonces lo que no ha conseguido hasta ahora. Pero si gana Donald Trump, Netanyahu tendr¨¢ manos libres. El mapa de Oriente Pr¨®ximo ser¨¢ todo suyo.
La paz ha tenido su momento, aunque nunca cont¨® con buenos augurios. El cad¨¢ver de Yahia Sinwar es m¨¢s que suficiente para declarar la victoria total. Con mayor raz¨®n si se a?ade al descabezamiento de la entera c¨²pula de Hezbol¨¢ y a los golpes propinados a Ir¨¢n. El programa con el que Blinken ha viajado a Israel esta semana en su und¨¦cima gira por Oriente Pr¨®ximo no puede ser m¨¢s claro: tregua, liberaci¨®n de los rehenes y negociaci¨®n de un futuro para Gaza. Pero la respuesta no pod¨ªa ser m¨¢s contundente: de momento, intensificar la guerra y ya se ver¨¢ m¨¢s tarde si toca acudir a la diplomacia.
Ni siquiera es seguro que Netanyahu haga caso a la carta personal que le han mandado Blinken y Lloyd Austin, el secretario de Defensa, en la que reclaman medidas urgentes para mitigar el infierno en el que se est¨¢ hundiendo el norte de Gaza. Su poblaci¨®n est¨¢ sometida al cerco del hambre y al desplazamiento forzoso, nuevos cr¨ªmenes de guerra que se suman al crimen de guerra continuado que es la guerra entera. Washington amenaza por primera vez con limitar el suministro de armas a Israel en caso de que siga haciendo caso omiso a sus recomendaciones humanitarias y ha puesto un plazo de 30 d¨ªas al cumplimiento de sus demandas. El problema es que termina a mediados de noviembre, pasadas ya las elecciones en Estados Unidos.
Las ideas del Gobierno israel¨ª sobre el futuro de Gaza sirven tambi¨¦n para L¨ªbano. Mantener por tiempo indefinido el control militar, no tan solo sobre el territorio ocupado, sino tambi¨¦n sobre el espacio a¨¦reo, despu¨¦s de liquidar a las organizaciones terroristas y sus terminales, incluso financieras. Vaciar luego de poblaci¨®n aut¨®ctona el norte de la Franja y el sur liban¨¦s, alentando as¨ª los proyectos de colonizaci¨®n de la extrema derecha que tan bien representada est¨¢ en el Gobierno y ya acampa en los confines gazat¨ªes a la espera del bot¨ªn.
Cisjordania no ha quedado al margen en el a?o de guerra ni lo va estar en la fase actual, que ya no trata de la destrucci¨®n de Ham¨¢s, sino de la remodelaci¨®n del mapa. A la presi¨®n militar se suma la creciente agresividad de los colonos contra la poblaci¨®n civil y sus propiedades. El m¨¦todo colonizador exige minimizar la demograf¨ªa ¨¢rabe sobre el mapa de la bendici¨®n que Netanyahu exhibi¨® en Naciones Unidas, en el que no hay rastro de Gaza, de Cisjordania, ni de los palestinos.
Queda fuera de cualquier comprensi¨®n racional la persistencia de tanta guerra, tanta muerte, tantas v¨ªctimas inocentes y tanto olvido sobre el terrible sino de los rehenes. Como si la guerra hubiera tomado vida propia. Seg¨²n el Gobierno israel¨ª, sirve para garantizar la seguridad de Israel ante un peligro existencial que quiz¨¢s nunca desaparecer¨¢. Si se trata de una amenaza que persistir¨¢ eternamente, solo tiene la guerra eterna como respuesta.
M¨¢s probable es que sea resultado de la confluencia de dos prop¨®sitos menos metaf¨ªsicos. Uno es el personal del primer ministro de mantenerse en el Gobierno y evitar as¨ª los juzgados y las comisiones de investigaci¨®n que le esperan por sus imputaciones por corrupci¨®n y los fallos de seguridad del 7 de octubre. El otro es el af¨¢n depredador colectivo del mesianismo supremacista que le sostiene en el Gobierno, dispuesto a aprovechar la guerra, la debilidad de Ir¨¢n y la transici¨®n presidencial en Estados Unidos para obtener el m¨¢ximo de territorio con el m¨ªnimo de palestinos. Es la ecuaci¨®n vigente en Israel desde la fundaci¨®n del Estado.
Escaso inter¨¦s tendr¨¢n en negociar la tregua y la liberaci¨®n de los rehenes quienes no est¨¦n dispuestos a resolver tambi¨¦n el futuro de Gaza en los t¨¦rminos que exige la Casa Blanca de Biden. Significan la renuncia de Israel a una nueva ocupaci¨®n de la Franja. Blinken se lo ha exigido a Netanyahu. Y Netanyahu no le ha llevado la contraria, pero sabe que en el futuro de la Franja habita la f¨®rmula de los dos Estados. Es la raz¨®n que le lleva a esperar a Donald, indiferente al destino de los palestinos y absolutamente contrario a darles un Estado.
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