La filosof¨ªa estar¨¢ donde una lengua pueda acogerla
Por desazonadoras que sean las circunstancias, estas no deben ser excusa para que el hombre renuncie a la tarea esencial de simbolizar y conocer
Cada a?o tiene lugar en noviembre el D¨ªa Mundial de la Filosof¨ªa y la UNESCO llama a las instituciones culturales a celebrarlo con ¨¦nfasis. Este a?o adem¨¢s se da la circunstancia de que tuvo lugar en Roma el Congreso Mundial de Filosof¨ªa, eslab¨®n en la cadena de los celebrados quinquenalmente desde hace m¨¢s de un siglo, en muy diferentes lugares: Atenas o Estambul, pero tambi¨¦n Se¨²l, Pek¨ªn o Mosc¨². Esta diversidad geogr¨¢fica e...
Cada a?o tiene lugar en noviembre el D¨ªa Mundial de la Filosof¨ªa y la UNESCO llama a las instituciones culturales a celebrarlo con ¨¦nfasis. Este a?o adem¨¢s se da la circunstancia de que tuvo lugar en Roma el Congreso Mundial de Filosof¨ªa, eslab¨®n en la cadena de los celebrados quinquenalmente desde hace m¨¢s de un siglo, en muy diferentes lugares: Atenas o Estambul, pero tambi¨¦n Se¨²l, Pek¨ªn o Mosc¨². Esta diversidad geogr¨¢fica es ya indicativa del car¨¢cter efectivamente mundial de la filosof¨ªa, reivindicado en el t¨ªtulo de ambos eventos: la filosof¨ªa saltando barreras geogr¨¢ficas y ling¨¹¨ªsticas y situ¨¢ndose en la intersecci¨®n de m¨²ltiples disciplinas.
Una mirada a las publicaciones filos¨®ficas de los ¨²ltimos a?os o simplemente al programa del congreso de Roma, muestra que la filosof¨ªa aborda desde interrogantes planteados por la inteligencia artificial o la f¨ªsica cu¨¢ntica, al an¨¢lisis de las causas sociales de discriminaci¨®n en la historia del pensamiento, pasando por cuestiones relativas a la pluralidad de civilizaciones, problemas de la biodiversidad y el entorno, o la diferencia entre percepci¨®n est¨¦tica y juicio cient¨ªfico. En suma: todo el espectro de temas que plantea, por un lado, la interrogaci¨®n sobre el ser de las cosas naturales y, por otro lado, la interrogaci¨®n sobre aquello que concierne al ser del hombre. Pero, se preguntar¨¢ quiz¨¢s el lector, si se tratan asuntos tan dispares, ?qu¨¦ justifica su inserci¨®n bajo la r¨²brica general de filosof¨ªa? Respuesta dif¨ªcil, que remite a la pregunta sobre qu¨¦ se entiende por filosof¨ªa.
Las esferas del esp¨ªritu humano pueden dividirse en dos categor¨ªas: aquellas que son universales antropol¨®gicos, es decir, que se hallan presentes en toda sociedad de seres de lenguaje, y aquellas que tienen fecha, lugar y hasta lengua de nacimiento. Ejemplo paradigm¨¢tico de las primeras es la m¨²sica. La antropolog¨ªa da testimonio de que no hay comunidad humana sin m¨²sica, y hay razones para afirmar que la m¨²sica es inherente al fen¨®meno mismo del lenguaje, de manera que una comunidad humana sin m¨²sica equivaldr¨ªa a una comunidad ¡°humana¡± sin lenguaje. Pues bien.
Algunos sostienen que la filosof¨ªa es tambi¨¦n una disposici¨®n universal, cuyo fondo invariante se diversifica en la pluralidad de las civilizaciones, de tal manera que cabr¨ªa hablar de una filosof¨ªa hind¨², china, olmeca, o griega. Se dar¨ªa en toda cultura una serie de interrogantes que cabr¨ªa calificar de ¡°filos¨®ficos¡± en un sentido laxo, pues ?qu¨¦ colectivo humano no se ha preguntado sobre el ser humano, su origen y su destino? Sin duda, en el confucionismo o el hinduismo interrogantes de este tipo han dado lugar a tentativas de respuesta que han contribuido a una concepci¨®n del mundo.
Sin embargo, para otros, la filosof¨ªa difiere de una mera concepci¨®n del mundo. La filosof¨ªa propiamente dicha tendr¨ªa arranque en las costas de Jonia y en la lengua griega, apareciendo como resultado de una reflexi¨®n sobre la naturaleza (physis), que ser¨ªa embrionariamente ya una f¨ªsica, pero que genera interrogantes que no tienen respuesta ateni¨¦ndose a la ciencia natural, y exigen la consideraci¨®n del papel del ser humano. As¨ª, aunque todas las concepciones del mundo hurgan en la cuesti¨®n del ser del hombre, la originalidad del planteamiento griego residir¨ªa en que esta cuesti¨®n surgir¨ªa como resultado de una reflexi¨®n racional sobre el entorno natural. Todas las modalidades de la filosof¨ªa (¨¦tica y est¨¦tica incluidas) llevar¨ªan la marca de este origen.
Entre estas dos posiciones, una tercera, a mi juicio muy interesante y que posibilita hallar un hilo conductor en la multiplicidad tem¨¢tica que la filosof¨ªa presenta. El pensamiento j¨®nico, arranque formal de la filosof¨ªa, se hallar¨ªa profundamente marcado por civilizaciones como la mesopot¨¢mica, la egipcia o la del valle del Nilo. As¨ª, la filosof¨ªa ser¨ªa un confluir de diversas concepciones del mundo en la emergencia que supondr¨ªa el pensamiento j¨®nico. Lo esencial ser¨ªa el salto cualitativo que la disposici¨®n filos¨®fica supone en la forma de abordar problemas comunes a toda cultura humana.
Constituyendo una emergencia puntual en la historia humana, la filosof¨ªa no ser¨ªa un universal antropol¨®gico, lo cual no significa que no est¨¦ a punto de serlo. Tampoco la ciencia en el sentido estricto del t¨¦rmino (otra cosa es la t¨¦cnica) se ha dado en toda comunidad humana, y, sin embargo, hoy constituye un patrimonio de la entera humanidad. De hecho, la universalizaci¨®n de la ciencia acarrea la universalizaci¨®n de la filosof¨ªa. Pues la filosof¨ªa se renueva cuando las disciplinas particulares abordan problemas que ya no responden a cuestiones t¨¦cnicas internas, sino a ciertas apor¨ªas que estas presentan en relaci¨®n con sus propias exigencias de inteligibilidad. Ejemplo emblem¨¢tico: se puede alcanzar el premio Nobel de F¨ªsica trabajando en un laboratorio con experimentos que suponen un cuestionamiento de principios esenciales del orden natural, as¨ª el llamado principio de localidad, sin plantearse lo que tal cuestionamiento supone para la concepci¨®n general del mundo y el estatus del sujeto del conocimiento. Pero si se da el paso hacia tal interrogaci¨®n, surgen entonces m¨²ltiples interpretaciones, todas ellas compatibles con las descripciones y previsiones de la f¨ªsica, o sea, concordantes desde el punto de vista estrictamente t¨¦cnico. Y como ese paso ha sido dado por los propios f¨ªsicos, cabe decir que en nuestro tiempo la filosof¨ªa es el destino de la f¨ªsica.
En suma, la filosof¨ªa es hoy riqueza espiritual de toda la humanidad. Y aqu¨ª un asunto peliagudo. Desde una gran filosof¨ªa, con ra¨ªz en la lengua alemana y que ha marcado profundamente el siglo XX, se ha sustentado en ocasiones la idea de que ciertas lenguas ser¨ªan particularmente aptas para la filosof¨ªa. Objeci¨®n inmediata. Descartes y Galileo escribiendo en lengua francesa e italiana (entonces lenguas consideradas no cultas) dos obras que han supuesto un hito a la vez cient¨ªfico, filos¨®fico y hasta literario (El Discurso del m¨¦todo y el Di¨¢logo, respectivamente, son tambi¨¦n patrimonio de las literaturas francesa e italiana), mostraban que toda lengua es potencialmente equiparable a toda otra, aunque circunstancias hist¨®ricas hayan marcado un destino privilegiado para algunas de ellas, empujando a muchas hacia los arcenes de la cultura.
Nacida en la lengua griega, como resultado de multitud de influencias, la filosof¨ªa estar¨¢ presente simplemente all¨ª donde una lengua est¨¦ en condiciones sociales de acogerla. En las universidades de Pek¨ªn, excelentes fil¨®logos hurgan en los manuscritos de Plat¨®n y lo vierten a la lengua china. En la universidad p¨²blica de la isla de Malabo (Bioko en las lenguas aut¨®ctonas) funciona desde hace un tiempo un departamento de filosof¨ªa. En un reciente debate se habl¨® de las posibilidades de abrir su ense?anza a las modalidades locales de la lengua bant¨², y se avanz¨® que de alguna manera el problema es estrictamente t¨¦cnico y presupuestario. Ejemplo bien cercano: hace cincuenta a?os era dif¨ªcil encontrar textos filos¨®ficos en euskera; hoy existen traducciones de Arist¨®teles, Kant, Descartes, etc¨¦tera, y los estudios de filosof¨ªa se pueden hacer ¨ªntegramente en esa lengua. Este trabajo de dignificaci¨®n de una lengua (recu¨¦rdese, no indo-europea) se fue fraguando ya bajo el franquismo.
Pues, por desazonadoras que sean las circunstancias, estas no deben ser excusa para que el hombre renuncie a la tarea esencial de simbolizar y conocer, tarea que en una etapa del esp¨ªritu humano tom¨® forma de filosof¨ªa. Para indicar que aun en la penuria cabe la disposici¨®n filos¨®fica, he se?alado a veces que la filosof¨ªa es an¨¢loga a la hiedra parietaria, a la cual (indicaba Marcel Proust) ¡°basta un rayo de luz para nacer¡±. Se ha hecho filosof¨ªa en campos de concentraci¨®n, al igual que en un campo de concentraci¨®n Olivier Messiaen compuso el Cuarteto para el fin de los tiempos.