Feij¨®o o el ruido de la nevera
A falta de que el pr¨®ximo a?o esconda nuevas sorpresas, lo que s¨ª podemos prever con total precisi¨®n es la reacci¨®n del l¨ªder de la oposici¨®n
El pasado 2024 nos trajo tantas novedades que ya nadie se atreve a hacer predicciones. Aunque, bien mirado, todo lo que ahora nos escandaliza resultaba perfectamente previsible entonces. Todav¨ªa recuerdo, por ejemplo, cuando en febrero detuvieron a Koldo Garc¨ªa Izaguirre. La noticia me lleg¨® rodeado de periodistas, y no hizo falta dar su apellido. Por m¨¢s que ahora muchos finjan esc¨¢ndalo y desconocimiento, en aquellos ...
El pasado 2024 nos trajo tantas novedades que ya nadie se atreve a hacer predicciones. Aunque, bien mirado, todo lo que ahora nos escandaliza resultaba perfectamente previsible entonces. Todav¨ªa recuerdo, por ejemplo, cuando en febrero detuvieron a Koldo Garc¨ªa Izaguirre. La noticia me lleg¨® rodeado de periodistas, y no hizo falta dar su apellido. Por m¨¢s que ahora muchos finjan esc¨¢ndalo y desconocimiento, en aquellos d¨ªas bast¨® con que alguien dijera ¡°han detenido a Koldo¡± para que todos supi¨¦ramos qui¨¦n era. Y cuando el nombre de un ch¨®fer de un partido pol¨ªtico es conocido en las redacciones de los peri¨®dicos, algo extra?o tiene que haber ocurrido durante demasiado tiempo.
A falta de que el pr¨®ximo a?o esconda nuevas sorpresas, lo que s¨ª podemos prever con total precisi¨®n es la reacci¨®n del l¨ªder de la oposici¨®n. Y esa es, probablemente, su peor falta y su mayor debilidad. No importa cu¨¢l sea el tama?o o la dimensi¨®n de lo que venga porque, suceda lo que suceda, a Alberto N¨²?ez Feij¨®o le veremos exigir a Pedro S¨¢nchez un adelanto electoral, pedir la dimisi¨®n de dos o tres ministros e insistir en su embestida frontal contra un Gobierno cuya continuidad no depende de su estricta voluntad. Alguna vez deber¨ªa ensayar alg¨²n giro no previsto, alg¨²n golpe lateral, alg¨²n intento no digo ya de jugada maestra, sino, al menos, de modesta novedad.
N¨²?ez Feij¨®o se ha convertido en un pol¨ªtico ineficaz por su absoluta previsibilidad, y su discurso se ha convertido en una constante que ya no sabemos si tiene m¨¢s de vital o de mortal. En el Congreso, sus intervenciones son tan poco sorprendentes que hasta podemos apostar si en la pr¨®xima ocasi¨®n tambi¨¦n se le agotar¨¢ el tiempo y se le apagar¨¢ el micro. En su mon¨®tona labor, el l¨ªder nominal de los populares ha decidido convertirse en un pist¨®n regular, hasta el punto de que casi podr¨ªamos completar sus frases.
El presidente del PP ha ido quemando todas las bengalas de emergencia y las ha alternado con derrapes verbales impropios en alguien que aspira a presidir un Gobierno. El 2025 ser¨¢ un a?o dif¨ªcil para el Ejecutivo, pero en su alivio siempre podr¨¢ contar con el favor de una oposici¨®n dispuesta a cumplir fielmente con un guion reactivo que podr¨ªan haberle redactado sus peores enemigos. A ciencia cierta no sabemos qu¨¦ nos deparar¨¢ el futuro, pero lo que s¨ª es seguro es que seguiremos percibiendo ese runr¨²n constante que nuestro cerebro termina por anular hasta volverlo inaudible. Nunca sabremos si es Feij¨®o o el ruido de la nevera.