Canad¨¢, nuevo miembro de la UE
Una idea de ¡®The Economist¡¯ parece cada vez menos disparatada: ampliar la Uni¨®n Europea al continente americano como defensa ante los vaivenes de Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece decidido a hacer Am¨¦rica m¨¢s grande. Al menos, f¨ªsicamente: sigue empe?ado en comprar Groenlandia y en que Canad¨¢ pase a formar parte de Estados Unidos. No me lo invento: durante el chantaje arancelario, Trump ha insistido en que quiere que su vecino del Norte se convierta en el Estado 51?, en lo que resulta dif¨ªcil saber si es otra t¨¢ctica de negociaci¨®n, una propuesta seria o ambas cosas a la vez, porque pase lo que pase lo vender¨¢ como un triunfo.
Tras unos d¨ªas de caos, Estados Unidos ha acordado una pausa de un mes en la imposici¨®n de aranceles a Canad¨¢ y a M¨¦xico, gracias, por ejemplo, al anuncio de un compromiso de seguridad fronterizo, que, en realidad, Canad¨¢ ya hab¨ªa comunicado en diciembre. Pero solo es una pausa de un mes, lo que deja claro que Estados Unidos no es un socio estable, al menos durante los pr¨®ximos cuatro a?os. En este contexto, tiene sentido un art¨ªculo que The Economist public¨® a principios de a?o y que se ha recuperado estos d¨ªas en las redes con cierto entusiasmo: ¡°Por qu¨¦ Canad¨¢ deber¨ªa incorporarse a la Uni¨®n Europea¡±. Su autor, Stanley Pignal, comenta en Bluesky que el texto ha envejecido demasiado bien para su gusto. Y no se encuentra solo en su propuesta: el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt propone en X y en Bluesky al menos discutirlo: ¡°Frente a la locura de Trump, ?la UE est¨¢ con Canad¨¢!¡±.
Tal y como lo plantea The Economist, resulta dif¨ªcil decir que no: ¡°Canad¨¢ es un pa¨ªs amplio y dotado de recursos naturales, pero con relativamente pocos ciudadanos, mientras que la Uni¨®n Europea es peque?a, est¨¢ abarrotada y es pobre en minerales¡±. Todos ganamos con la cooperaci¨®n. Solo habr¨ªa que salvar el min¨²sculo escollo geogr¨¢fico, ya que Canad¨¢ no est¨¢ en Europa. Pero Craig Baird, al frente del podcast Canadian History Ehx, ofrece una idea: en un tuit recuerda que, t¨¦cnicamente, Canad¨¢ y Dinamarca comparten frontera en la isla de Hans, en el ?rtico, por lo que ¡ªde nuevo, t¨¦cnicamente¡ª Canad¨¢ tiene frontera con un pa¨ªs europeo. Algo es algo.
Desde luego, Canad¨¢ ser¨ªa un fichajazo: cuenta con el noveno PIB m¨¢s alto del mundo y forma parte del G-8. Adem¨¢s, a todos nos caen bien los canadienses. Ejemplos: Michael J. Fox, Margaret Atwood, Leonard Cohen, Norm MacDonald, Joni Mitchell, Ryan Gosling, Sandra Oh. Y podr¨ªamos considerar que su cultura es muy europea: hay servicios p¨²blicos e incluso un movimiento independentista, el quebequ¨¦s, que hace que Canad¨¢ parezca m¨¢s europea que unos cuantos pa¨ªses europeos. Es m¨¢s, el l¨ªder del Partido Quebequ¨¦s se llama Paul St-Pierre Plamondon, que rima con Carles Puigdemont, no s¨¦ qu¨¦ m¨¢s hace falta.
Si lo de Canad¨¢ cuela, la UE podr¨ªa extender su oferta a M¨¦xico con la excusa de los lazos hist¨®ricos que unen a Espa?a con Am¨¦rica Latina. Esto resulta m¨¢s dif¨ªcil de vender por culpa del narcotr¨¢fico, pero M¨¦xico tambi¨¦n es un pa¨ªs con mucho potencial. Adem¨¢s, hay f¨¢bricas de Levi¡¯s y, gracias a la libre circulaci¨®n de mercanc¨ªas, podr¨ªamos conseguir prendas de esa marca m¨¢s baratas que en Estados Unidos, lo que supondr¨ªa una victoria moral, de estilo y con un punto de justicia hist¨®rica, porque Levi Strauss naci¨® en Alemania, en 1829, y a los Estados Unidos de ahora no le gustan los inmigrantes. Incluso podr¨ªamos recuperar el t¨¦rmino denim, ¡±de Nimes¡±, en Francia, donde se fabricaba la tela de estas prendas te?idas con azul de G¨¦nova, G¨ºnes, de donde viene la palabra jeans.
En definitiva, hay que buscar nuevos socios democr¨¢ticos cuyas t¨¢cticas de negociaci¨®n no consistan en comportarse como un ni?o de 11 a?os. Y, de paso, tampoco estar¨ªa mal que la UE le echara un poco de cara a su diplomacia, aunque s¨¦ que esto puede costar mucho tras d¨¦cadas de no hacer nada, no vaya a ser que alguien se moleste.
S¨¦ que todo esto suena muy raro, pero m¨¢s raro es lo que est¨¢ pasando en Estados Unidos. La cosa ha llegado a tal punto que el periodista de The New York Times Jamelle Bouie escribe en Bluesky que solo repetir la informaci¨®n de lo que ocurre, sin a?adir ni un solo adjetivo, ¡°te hace sonar como si hubieras perdido la cabeza¡±. En este contexto, que Canad¨¢ pase a formar parte de la UE supone una opci¨®n razonable, sensata, comedida y prudente.
Elon Musk no deber¨ªa quejarse: lleva tiempo proponiendo un eslogan trumpista para Europa, MEGA, Make Europe Great Again. Y con la incorporaci¨®n de Canad¨¢ y M¨¦xico lograr¨ªamos una Europa m¨¢s grande, sin duda. Al menos, f¨ªsicamente.