Una Europa m¨¢s firme
La UE puede hacer valer su poder econ¨®mico y regulatorio para contrarrestar los ataques y amenazas de Donald Trump
La respuesta de la Comisi¨®n Europea a las amenazas de Donald Trump est¨¢ siendo extraordinariamente respetuosa, ya se hable de imponer aranceles, de socavar la integridad del territorio europeo (en Groenlandia, es decir, en Dinamarca) o de exigir que los Veintisiete dupliquen el gasto militar. Por ahora, Bruselas habla de defender los intereses europeos y la legalidad internacional y recuerda el historial de complicidades con EEUU. Se trata de la vieja t¨¢ctica de ponerse de perfil para ver si las balas pasan de largo. Dif¨ªcilmente pasar¨¢n: el super¨¢vit comercial de la UE con EE UU asciende a 235.000 millones, ¡°una atrocidad¡± en palabras de Trump. Washington ha percutido hasta ahora sobre M¨¦xico y Canad¨¢, y en menor medida China. La siguiente diana es Europa. Tanta circunspecci¨®n corre por tanto el riesgo de interpretarse como debilidad. De ah¨ª la oportunidad de las manifestaciones de algunos mandatarios europeos, que ya han advertido que habr¨¢ una respuesta inmediata si EEUU adopta medidas agresivas.
Ya lo ha hecho. Trump orden¨® el lunes la imposici¨®n de aranceles del 25% sobre el acero y el aluminio (en principio universales e inespec¨ªficos y, por tanto, ilegales a la luz de la OMC). Amenazar a sus aliados no parece un capricho: es el mensaje de Trump al mundo de que est¨¢ dispuesto a todo. Europa debe pues demostrar que no es solo una pac¨ªfica exportadora sino tambi¨¦n una potente consumidora de productos y servicios de alta tecnolog¨ªa de los EEUU: la principal baza de Europa es su poder de compra. Ayer, en el encuentro sobre inteligencia artificial de Par¨ªs, el vicepresidente J. D. Vance critic¨® la ¡°regulaci¨®n excesiva¡±. Una alusi¨®n directa a la UE por defender con la ley que las plataformas no practiquen la injerencia en otros pa¨ªses o la intoxicaci¨®n informativa. Ese es hoy el verdadero campo de batalla.
Vance record¨® que solo acepta las reglas dictadas por los consorcios tecnol¨®gicos estadounidenses. Una actitud intolerable ante la que la UE debe hacer valer tanto las normas comunitarias (la directiva de servicios digitales) como herramientas legales a su disposici¨®n (el Instrumento Anticoerci¨®n). Y, por supuesto, trabajar por su autonom¨ªa. De ah¨ª la pertinencia de lo anunciado ayer, delante de Vance, por Ursula von der Leyen: una inversi¨®n en el sector de la IA de 200.000 millones de euros, la mayor asociaci¨®n p¨²blico-privada del mundo para el desarrollo de una inteligencia artificial confiable. Donde la palabra confiable es casi tan importante como las otras dos.
Trump ha dado sobradas muestras de que no quiere negociar, quiere subir aranceles para ingresar m¨¢s. Europa puede optar por seguir a la espera y poner pa?os calientes cuando lleguen los problemas o por presentar un plan articulado. La UE est¨¢ en estado de transici¨®n permanente: su provisionalidad es casi su raz¨®n de ser. Pero es el momento de la firmeza: de dar un paso adelante.