Hay soluciones africanas para los problemas africanos
A 60 a?os de las independencias, un grupo de investigadores y documentalistas debaten, en el Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT), sobre las razones para el optimismo y las asignaturas pendientes de un continente al que la humillaci¨®n colonial a¨²n le queda demasiado cerca
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El poeta burkin¨¦s Bikontine tiene que sortear los bloques de cemento y hierros sueltos del final del ra¨ªl sin tren para continuar su camino a pie. La construcci¨®n de las v¨ªas del ferrocarril se abandona, pero los pueblos siguen adelante, parece el simb¨®lico mensaje del documental Sankara n¡¯est pas mort (Sankara no ha muerto), de la realizadora francesa Lucie Viver. Para hablar de esta experiencia, Viver fue invitada al debate sobre las visiones anticoloniales, a 60 a?os de independencias africanas de El ?rbol de las Palabras, en la 17? edici¨®n del Festival de Cine Africano Tarifa-T¨¢nger (FCAT), compartiendo mesa con el polit¨®logo congole?o Mbuyi Kabunda y el cineasta Billy Woodberry, con la moderaci¨®n de Oliver Hadouchi.
El documental franc¨¦s es una reivindicaci¨®n del legado de Thomas Sankara, a trav¨¦s del relato de un momento bisagra en la historia de Burkina Faso: el que sigui¨® al levantamiento popular y el derrocamiento de Blaise Compaor¨¦, en 2014. En las v¨ªas inconclusas se narra la esperanza de retomar la construcci¨®n del ferrocarril, un proyecto iniciado por los colonizadores franceses, continuado durante la presidencia del l¨ªder Sankara y abandonado tras su asesinato, en el golpe de Estado de 1987.
A Viver le fascin¨® la cultura del debate pol¨ªtico tan viva y apasionada que exhiben los burkineses: ¡°Descubr¨ª la figura de Sankara que ni siquiera conocemos los que estudiamos Historia en Francia¡±. La victoria de la insurrecci¨®n popular de 2014 y el entusiasmo de la gente la impulsaron a filmar ¡°esa esperanza¡±, antes de que llegara la decepci¨®n.
¡°?Qu¨¦ va a pasar despu¨¦s de haber depuesto al presidente que estuvo 27 a?os detentando el poder?¡±, le pregunt¨® la cineasta al poeta. Intentar una respuesta los llev¨® a recorrer juntos la ¨²nica v¨ªa del ferrocarril de aquel pa¨ªs que, en 1984, dej¨® de llamarse Alto Volta para nombrarse orgullosamente Burkina Faso, que quiere decir ¡°patria de los hombres ¨ªntegros¡± en mossi y diula. As¨ª, el poeta habla de manera metaf¨®rica de ese camino hecho de trabajadores demasiado j¨®venes y demasiado agotados por las minas de oro, de la gente de los campos de algod¨®n y de los que se las ingenian con el comercio urbano, mientras la pel¨ªcula pone im¨¢genes a la realidad de la supervivencia de unos ciudadanos que no tiran la toalla, aunque en una dura jornada de trabajo ganen apenas para un paquete de az¨²car.
¡°2014 fue otro momento de independencia, donde la gente se lanz¨® a la calle para terminar con la idea de la pol¨ªtica africana dependiente de los pa¨ªses europeos. Se la llam¨® ¡®la revancha de Sankara¡¯, que fue un pol¨ªtico de ambiciones antiimperialistas, que trabaj¨® por la emancipaci¨®n de su pa¨ªs¡±, remata Viver.
Cr¨¢neos para un museo europeo
Una historia de ?frica (A story from Africa) es el nombre del cortometraje experimental de Billy Woodberry, que le pone cara y nombre tanto a los colonizadores como a los ¨²ltimos resistentes del sur de Angola. Se trata de la investigaci¨®n que el realizador norteamericano llev¨® a cabo, a partir de una fotograf¨ªa que vio en el Museo de la Resistencia y la Liberaci¨®n, en Lisboa, y que se remonta a las campa?as militares de Portugal por doblegar la voluntad de los pueblos cuamato, los intr¨¦pidos guerreros de la frontera con Namibia, en los dominios alemanes.
¡°Me llam¨® la atenci¨®n una fotograf¨ªa con dos filas de personas maniatadas y rodeados por un alambre de espinos. Pens¨¦ que era la ¨¦poca de la esclavitud, pero cuando me acerqu¨¦, vi que era de 1907 y se hab¨ªa tomado durante una campa?a militar en el sur de Angola, para ¡®pacificar¡¯ la regi¨®n. Por encima de los maniatados hab¨ªa dos filas de hombres africanos con pistolas y un hombre blanco de barba y con casco¡±, describe Woodberry. El cortometraje est¨¢ hecho ¨²nicamente de esos registros fotogr¨¢ficos, que van pasando lenta y ominosamente, para recordarnos que fuimos capaces de poner collares de alambre, encadenando entre s¨ª a gente desnuda, hasta hace apenas unas d¨¦cadas.
La pel¨ªcula se proyecta en el marco del FCAT, en Filmin, junto con un corto animado de Konradin Kunze, Los restos mortales del jefe Meli, sobre el af¨¢n de los museos europeos del siglo XIX y principios del XX por hacerse con tesoros etnogr¨¢ficos. En este caso, la historia que transcurre en Tanzania refiere el empecinamiento alem¨¢n de contar con colecciones de calaveras, a fin de medirlas y estudiarlas en detalle, para terminar concluyendo que las medidas del cr¨¢neo de un ser civilizado son diferentes a las de las cabezas de los pobladores nativos africanos.
Afroptimismo y mujeres al frente de los Estados
¡°En ?frica hoy se vive mejor que hace cien a?os, pero peor que hace 60 y esto no significa hacer apolog¨ªa de la colonizaci¨®n¡±, dice con convicci¨®n Mbuyi Kabunda, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Africanistas. Hay que hablar de migraci¨®n, de desigualdad y redistribuci¨®n, ¡°a pesar del crecimiento que ?frica est¨¢ conociendo desde hace dos d¨¦cadas, cuya tasa se sit¨²a entre cinco y ocho puntos, casi el equivalente a la de los dragones y tigres asi¨¢ticos¡±, explica. Y este es uno de los aspectos que se puede considerar parte del ¡°largo camino hacia el desarrollo¡±.
Sin embargo, concede el experto, ¡°el panorama actual me hace adoptar una actitud afroptimista: creo en el futuro de ?frica¡±. Este optimismo viene dado por el fin de las grandes guerras, en un continente que vivi¨® dos terribles genocidios, como el de Ruanda y el de Darfur, en su historia reciente, y un r¨¦gimen supremacista de una minor¨ªa blanca, ¡°que dur¨® m¨¢s de trescientos a?os¡±, en Sud¨¢frica.
¡°En ?frica hoy se vive mejor que hace cien a?os, pero peor que hace 60 y esto no significa hacer apolog¨ªa de la colonizaci¨®nMbuyi Kabunda, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Africanistas
¡°Hoy el continente africano va hacia la paz, aunque quedan vivos a¨²n cuatro conflictos. Pero hay soluciones africanas para los problemas africanos¡±, asegura. En su opini¨®n, la creaci¨®n de la Uni¨®n Africana (UA) representa una instancia superadora de la Organizaci¨®n de la Unidad Africana (OUA), que era un ¡°club de jefes de Estado¡±, mientras que la UA ¡°involucra m¨¢s a los pueblos y tiene entre sus objetivos luchar contra la pobreza¡±. Los otros pasos importantes en la integraci¨®n son, a su entender, la existencia de un ¨¢rea de libre comercio para favorecer los intercambios entre africanos, ¡°que es la m¨¢s grande del mundo¡± y el hecho de que las mujeres hayan ganado un cierto protagonismo en puestos de responsabilidad p¨²blica de alto nivel, como lo confirman las jefaturas de Estado de Liberia, Centro¨¢frica y Malaui, y el parlamento de Ruanda, ¡°donde el 60 por ciento de los parlamentarios son mujeres¡±.
En la visi¨®n de Kabunda, ¡°ya no hay marcha atr¨¢s en el proceso de democratizaci¨®n que tiene lugar, desde finales de la d¨¦cada de los noventa, mediante la celebraci¨®n de elecciones municipales, legislativas y generales en casi todos los pa¨ªses, mientras asistimos a la aparici¨®n y desarrollo de una sociedad civil activa y con movimientos sociales que han puesto en jaque a las dictaduras¡±.
En el futuro, el polit¨®logo ve un ?frica que emerge como potencia demogr¨¢fica: ¡°?frica no es un pa¨ªs, es un continente con 55 estados y m¨¢s de 1.200 millones de habitantes (en 2050 va a ser pr¨¢cticamente el continente m¨¢s poblado del mundo) y, al mismo tiempo, es una potencia cultural, con sus diferentes ¨¢reas, la bant¨², de ?frica oriental y central; el ¨¢rea hausa-mandinga, en ?frica occidental; el ¨¢rea del Cuerno de ?frica y la cuenca del Nilo y la de los ind¨ªgenas, que explican la supervivencia del ser cultural de este continente¡±.
Hay, agrega Kabunda, ¡°una unidad cultural que se expresa a trav¨¦s de la oralidad, la ruralidad, la espiritualidad y el colectivismo, que son valores comunes de la cultura africana, al tiempo que existe una diversidad, seg¨²n se viva en el desierto, en la selva, en la sabana o junto al r¨ªo, y esto explica la riqueza cultural, que deber¨ªa impulsar cine en las lenguas nativas y no solo en los idiomas de los colonizadores¡±.
La conclusi¨®n es que en ?frica s¨ª es posible crear unidad desde la diferencia. Hay acuerdo un¨¢nime en la mesa.
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