Redes de seguridad clim¨¢tica para todos
?Qu¨¦ les ofrecer¨¢ a los millones de personas m¨¢s pobres y vulnerables del mundo la COP26, a celebrar en noviembre, cuando los desastres clim¨¢ticos se despliegan ya hoy en tiempo real en sus vidas?
Nota a los lectores: EL PA?S ofrece en abierto la secci¨®n Planeta Futuro por su aportaci¨®n informativa diaria y global sobre la Agenda 2030. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscr¨ªbete aqu¨ª.
A medida que se intensifican los preparativos para la Cumbre del Clima COP26, que este a?o se celebrar¨¢ en Glasgow, la atenci¨®n se centra en los esfuerzos para prevenir una futura cat¨¢strofe. Pero los desastres clim¨¢ticos ya se despliegan en tiempo real en la vida de los millones de personas m¨¢s pobres y vulnerables del mundo. ?Qu¨¦ les ofrecer¨¢ a estas ellas la Cumbre?
Ponga un alfiler en un mapa de emergencias humanitarias mundiales y, lo m¨¢s probable, es que aterrice en una crisis que haya sido causada o agravada por sequ¨ªas, inundaciones y tormentas. En el a?o 2019, los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos empujaron a m¨¢s de 34 millones de personas al hambre y la inseguridad alimentaria. En los 55 pa¨ªses que atraviesan crisis de inseguridad alimentaria, 75 millones de ni?os menores de cinco a?os est¨¢n cr¨®nicamente desnutridos y se enfrentan a mayores riesgos de sufrir diarreas, neumon¨ªas y otras enfermedades mortales que van de la mano con las sequ¨ªas e inundaciones.
Save the Children est¨¢ respondiendo a estas emergencias. En el Cuerno de ?frica, nuestros programas de nutrici¨®n est¨¢n brindando atenci¨®n a los ni?os de familias campesinas devastadas por sucesivas sequ¨ªas, inundaciones y la peor plaga de langostas del desierto en una generaci¨®n. En la regi¨®n del Sahel, estamos trabajando con comunidades afectadas por la sequ¨ªa y desplazadas debido a conflictos por el agua que cada vez se tornan en m¨¢s mort¨ªferos. Sin embargo, los esfuerzos humanitarios se ven desbordados por la magnitud de la crisis, y lo peor est¨¢ a¨²n por venir.
La COP26 es una de nuestras ¨²ltimas oportunidades para fijar las medidas necesarias a fin de mantener las temperaturas dentro del techo l¨ªmite de 1,5 ¡ãC a 2? Celsius que fue establecido el a?o 2015 en el acuerdo clim¨¢tico de Par¨ªs. Pero incluso 1,5 ¡ãC de calentamiento conllevar¨ªa consecuencias desastrosas en los pa¨ªses m¨¢s pobres. La evidencia de la ciencia del clima apunta de forma abrumadora a que las lluvias ser¨¢n menos predecibles, las sequ¨ªas ser¨¢n m¨¢s extremas, frecuentes y prolongadas, y las tormentas, m¨¢s destructivas. Mientras tanto, la Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial prev¨¦ una disminuci¨®n a largo plazo de la productividad de comestibles en ?frica, la regi¨®n del mundo con mayor inseguridad alimentaria.
Las lluvias ser¨¢n menos predecibles, las sequ¨ªas ser¨¢n m¨¢s extremas, frecuentes y prolongadas, y las tormentas, m¨¢s destructivas
Los pa¨ªses ricos ya est¨¢n invirtiendo fuertemente en su adaptaci¨®n a las amenazas relacionadas con el cambio clim¨¢tico. Cuando se producen cat¨¢strofes, sus ciudadanos pueden recurrir a elaboradas redes de seguridad, sistemas de salud bien financiados y p¨®lizas de seguro que cubren las p¨¦rdidas y da?os que sufren los activos. Las defensas contra inundaciones se est¨¢n fortaleciendo en toda Europa, y el actual Ley Agr¨ªcola de Estados Unidos incluye un programa de seguro federal de 39.000 millones de d¨®lares (32.000 millones de euros) para proteger a productores agr¨ªcolas, que est¨¢n muy subvencionados contra las p¨¦rdidas de sus cosechas.
Lo antes mencionado contrasta con la situaci¨®n a la que se enfrentan los agricultores de ?frica. Cuando los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos destruyen los cultivos, matan al ganado y suben los precios de los alimentos, las familias hacen frente a dichas situaciones mediante la reducci¨®n de sus comidas y de su gasto en salud y educaci¨®n. Al carecer de seguros y ahorros, los hogares m¨¢s pobres se ven obligados a vender sus activos productivos, incluyendo su ganado, lo que impide que puedan encaminar su recuperaci¨®n. Las p¨¦rdidas de ganado durante la sequ¨ªa de Somalia del a?o 2016 costaron a los agricultores del pa¨ªs una cifra estimada de 2.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de 1.600 millones de euros), lo que representa una p¨¦rdida extraordinaria para algunas de las personas m¨¢s pobres del mundo.
La respuesta de la comunidad internacional a las cat¨¢strofes clim¨¢ticas es proporcionar ayuda humanitaria. Esa ayuda salva vidas, pero el sistema actual invariablemente suministra demasiado poco y lo hace demasiado tarde. El a?o pasado, los donantes solo proporcionaron la mitad de la financiaci¨®n solicitada por la ONU, una brecha deficitaria r¨¦cord. Y gran parte de la ayuda lleg¨® mucho despu¨¦s de que las familias m¨¢s vulnerables se vieran obligadas a reducir su consumo de alimentos, retirar a los ni?os de la escuela y vender sus activos.
Existe una mejor manera de apoyar a las poblaciones m¨¢s vulnerables. Hace tres a?os, conoc¨ª a mujeres pastoras en Wajir, una zona ¨¢rida en el norte de Kenia, tras una devastadora sequ¨ªa. Ellas hab¨ªan logrado evitar recortar las comidas de los ni?os o vender su ganado porque estaban recibiendo dinero en efectivo a trav¨¦s de un programa keniano de seguridad denominado Safety Net Programme. Tan pronto como se produjo la sequ¨ªa, los pagos anticipados se activaron autom¨¢ticamente bas¨¢ndose en datos sobre precipitaciones fluviales.
Las redes de seguridad bien dise?adas tienen ¨¦xito cuando la ayuda humanitaria falla porque sostienen a las personas vulnerables tan pronto como comienzan a caer, en lugar de esperar hasta llegar al suelo; por lo tanto, estas redes proporcionan un trampol¨ªn para su recuperaci¨®n. Hay evidencias abundantes en el Sahel, el Cuerno de ?frica y otras regiones sobre c¨®mo las peque?as transferencias de efectivo mejoran la nutrici¨®n, aumentan la inversi¨®n e impulsan la producci¨®n de cultivos, especialmente cuando llegan a las mujeres. Y, estos programas pueden responder r¨¢pidamente frente a una crisis. Durante la sequ¨ªa de 2017, la red de seguridad de Etiop¨ªa se ampli¨® para asistir a tres millones de personas adicionales.
La acci¨®n temprana es la clave para una recuperaci¨®n r¨¢pida. Cada d¨®lar invertido en recuperaci¨®n durante las primeras semanas de una sequ¨ªa en el Cuerno de ?frica puede ahorrar a los agricultores pobres 50 d¨®lares (41 euros) en ingresos y activos perdidos cuatro meses despu¨¦s. Cuando est¨¢n vinculadas a sistemas de alerta temprana, las redes de seguridad tambi¨¦n pueden proporcionar una plataforma para la prevenci¨®n de crisis. En Banglad¨¦s, los hogares vulnerables recibieron subvenciones antes de inundaciones pronosticadas, lo que les permiti¨® reubicarse. M¨¢s all¨¢ de salvar vidas y proteger los activos, el programa lleg¨® al doble de personas que una respuesta humanitaria anterior, y a mitad de precio.
Cada d¨®lar invertido en recuperaci¨®n durante las primeras semanas de una sequ¨ªa en el Cuerno de ?frica puede ahorrar a los agricultores pobres 50 d¨®lares en ingresos y activos perdidos cuatro meses despu¨¦s
Los programas de redes de seguridad dirigidos de manera espec¨ªfica podr¨ªan ofrecer una manera eficiente y equitativa para desarrollar resiliencia contra el cambio clim¨¢tico. Desafortunadamente, son m¨¢s d¨¦biles en los lugares donde se los necesita con mayor urgencia. Menos de una de cada cinco personas en los pa¨ªses de bajos ingresos est¨¢ actualmente cubierta; y, en ?frica, las redes de seguridad est¨¢n cr¨®nicamente infra-financiadas, fragmentadas y mal equipadas para abordar el importante desaf¨ªo que supone dar respuesta a la pobreza y la desnutrici¨®n infantil.
En la COP26, los l¨ªderes mundiales deber¨ªan encargar al Banco Mundial y a las Naciones Unidas el desarrollo de una estrategia para llegar a los 155 millones de personas que se enfrentan a crisis de inseguridad alimentaria y dar prioridad a los ni?os en el dise?o de redes de seguridad.
El aumento de la financiaci¨®n ser¨¢ de importancia transcendental, sobre todo teniendo en cuenta las restricciones fiscales posteriores a la pandemia a las que se enfrentan ahora muchos pa¨ªses en desarrollo. El G7 ya ha acordado, en principio, autorizar una nueva asignaci¨®n del activo de reserva del Fondo Monetario Internacional: los derechos especiales de giro (DEG). La reasignaci¨®n de estos fondos a los pa¨ªses m¨¢s pobres contribuir¨ªa, en gran medida, a crear el espacio fiscal necesario para invertir en redes de seguridad. Tambi¨¦n contribuir¨ªan a dicho espacio fiscal el alivio adicional de la deuda y los 25.000 millones de d¨®lares (20.600 millones de euros) de nueva financiaci¨®n propuestos por la Asociaci¨®n Internacional de Fomento del Banco Mundial.
En su calidad de anfitri¨®n de la COP26, el Gobierno del Reino Unido deber¨ªa centrar sus esfuerzos de adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico en estimular el apoyo dirigido a las redes de seguridad. La reversi¨®n de su reciente decisi¨®n de recortar en un tercio el presupuesto de ayuda exterior del Reino Unido ser¨ªa un buen punto de partida. Mutilar el apoyo a los programas de nutrici¨®n y las respuestas humanitarias relacionadas con el clima en regiones como el Sahel y el Cuerno de ?frica muestra una negligencia miope por parte de los l¨ªderes y un vergonzoso retroceso del multilateralismo.
Las redes de seguridad no son un ant¨ªdoto contra la injusticia clim¨¢tica. Pero, si estas redes se vinculan a medidas categ¨®ricas para lograr cero emisiones netas hasta mediados de siglo, podr¨ªan limitar el da?o sufrido por aquellos que tienen menos responsabilidad por la crisis clim¨¢tica. Debemos aprovechar esa oportunidad en la COP26.
Kevin Watkins es director ejecutivo de Save the Children UK.
Copyright: Project Syndicate, 2021.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.