De desempleadas a gu¨ªas de turismo: las mujeres de Sipacate se resisten a parar por la pandemia
25 vecinas de un municipio costero de Guatemala han sido formadas gracias a un programa de la ONU para cuidar y dar a conocer la biodiversidad de su entorno y, de paso, paliar los estragos econ¨®micos de la covid-19
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¡°Yo estaba en la escuela y me tocaba la universidad, pero por cuestiones de la pandemia, eso ya no pudo ser. Tampoco pude conseguir trabajo, porque no hab¨ªa quien contratara personal. Se volvi¨® muy dif¨ªcil¡±, explica Yamilet Pirir, una joven residente de Sipacate, un municipio ubicado en la costa del Pac¨ªfico de Guatemala. Al igual que ella, muchas mujeres de este poblado costero han presenciado c¨®mo la covid-19 deterior¨® su situaci¨®n econ¨®mica y laboral.
Silvia Alvarado, tambi¨¦n oriunda de Sipacate, ten¨ªa un trabajo administrativo en un negocio familiar en la capital de Guatemala. Adem¨¢s de generarle un buen ingreso econ¨®mico, le permit¨ªa estudiar en la universidad. Sin embargo, con la llegada del coronavirus, perdi¨® su trabajo, y se vio obligada a abandonar sus estudios. No solo eso, sino que tambi¨¦n tuvo que dejar atr¨¢s una vida a la que ya se hab¨ªa adecuado y volver al lugar donde naci¨®. ¡°Ten¨ªa miedo a contagiarme. Me dio mucha tristeza porque tuve que darme de baja y dejar a mis amigos y familia¡±, cuenta.
Sipacate se encuentra a unos 132 kil¨®metros al sur de Guatemala, un pa¨ªs donde la pandemia deja hasta ahora 450.000 contagios y m¨¢s de 11.000 muertos. La poblaci¨®n de este municipio rural depende, principalmente, de la pesca y el turismo, dos actividades que se vieron seriamente afectadas durante el inicio de la emergencia sanitaria all¨¢ por marzo de 2020. Seg¨²n la Asociaci¨®n de Investigaci¨®n y Estudios Sociales (Asies), en agosto del pasado a?o el 77% de los negocios tur¨ªsticos hab¨ªan cerrado sus puertas temporalmente, mientras que un 5% confirmaron su cese definitivo. Esto trajo como consecuencia la p¨¦rdida del 27% de los puestos de trabajo del sector.
Al finalizar el a?o, el Instituto de Turismo guatemalteco contabiliz¨® una ca¨ªda del 76,7% de visitantes en comparaci¨®n con el a?o anterior. La pesca, por el otro lado, no tuvo mejor suerte. Las restricciones emitidas por el Gobierno llev¨® a la p¨¦rdida de entre el 75% y el 80% de ingresos para los pescadores artesanales, seg¨²n un estudio de la Fundaci¨®n Mundo Azul.
Esto gener¨® incertidumbre en mujeres como Yamilet Pirir y Silvia Alvarado, porque las soluciones parec¨ªan no asomar por ning¨²n lado. ¡°Una prima perdi¨® su empleo porque la demanda tur¨ªstica baj¨® mucho. Todos los negocios operaban con p¨¦rdidas¡±, lamenta Pirir. Lo incre¨ªble de esto es que, a pesar de que la pandemia llev¨® a la gente de todo el mundo a buscar m¨¢s actividades en zonas naturales y al aire libre, el impacto econ¨®mico de la covid-19 ha sido particularmente notorio en Sipacate a pesar de contar con el ¨²nico parque nacional marino-costero protegido de Guatemala.
El potencial socioecon¨®mico de la naturaleza
El Parque Nacional Sipacate-Naranjo, fue declarado como zona protegida por el Estado en 1969. Dentro de ¨¦l hay 36 especies diferentes de flora, incluidas seis distintas de mangle, 200 especies de aves residentes y migratorias, 23 de anfibios y r¨¦ptiles y 40 tipos de mam¨ªferos. Toda esta diversidad vive en una extensi¨®n de apenas 20?kil¨®metros cuadrados.
Bianca Bosarreyes, bi¨®loga de WCS-Guatemala, hab¨ªa visto las capacidades que este territorio tiene, tanto para la conservaci¨®n, as¨ª como para la generaci¨®n de empleo a partir de actividades ambientalmente sostenibles. ¡°En el 2019 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), lanz¨® una convocatoria para el sub-programa de peque?as donaciones para comunidades locales. Yo conoc¨ªa del potencial de Sipacate y el deseo de la gente por conservar¡±, contextualiza. Ella present¨® el proyecto Creaci¨®n de capacidades en ecoturismo comunitario para j¨®venes de comunidades del Parque Nacional Sipacate-Naranjo, que busca formar a un grupo de j¨®venes de la regi¨®n como gu¨ªas comunitarios y expertos en observaci¨®n de aves playeras migratorias y fauna marina local.
Pero la pandemia ten¨ªa otros planes tambi¨¦n para Bosarreyes. En 2020, ninguno de los talleres y las actividades de monitoreo de aves migratorias se pudo realizar, ya que las salidas a campo no estaban permitidas. ¡°Toda la capacitaci¨®n se hizo de manera virtual, desde diciembre de 2020 a febrero de 2021. Fueron 180 horas en total del curso de gu¨ªa comunitario¡±, explica la bi¨®loga. De los 36 participantes, 25 eran mujeres. De ellas, 15 recibieron 60 horas adicionales, 20 de teor¨ªa y 40 dedicadas a salidas semanales al campo, para aprender a monitorear aves.
La conservaci¨®n de la biodiversidad como fuente de ingresos
Con la incertidumbre que la pandemia a¨²n genera en la vida de la poblaci¨®n en todo el planeta, el proyecto liderado por Bosarreyes pas¨® a convertirse en una luz de esperanza para estas mujeres. El programa del PNUD ya no solamente les proporciona herramientas para diversificar sus medios de vida, sino que tambi¨¦n les permite tomar conciencia de los otros tipos de vida con los que comparten territorio.
¡°Para m¨ª fue una experiencia bonita. Es primera vez que vengo ac¨¢, y me gust¨® ver a las aves, a las tortugas y a todos los animalitos que viven aqu¨ª¡±, asegura Corina Garay, madre de familia, quien asisti¨® a la celebraci¨®n del I Festival de Aves Migratorias del Parque Nacional Sipacate-Naranjo que se realiz¨® el pasado mayo, en el marco del D¨ªa Mundial de las Aves Migratorias ¡ªque se celebra en febrero, pero por la emergencia sanitaria se atras¨®¡ª. ¡°Con el festival, las personas se han interesado en conocer el municipio, porque no sab¨ªan lo que tenemos¡±, explica Pirir.
Adem¨¢s de liderar este proyecto, Bosarreyes forma parte de varias iniciativas continentales en pro de la conservaci¨®n de las aves playeras migratorias y de los ecosistemas de los que dependen. Este grupo de p¨¢jaros es el m¨¢s amenazado en todo el mundo, ya que su subsistencia depende del trabajo medioambiental de hasta 14 pa¨ªses del continente americano. ¡°Estamos tratando de conservar toda la costa porque no es solo Sipacate, sino que es algo que tiene que ver con todo el litoral¡±, asegura la bi¨®loga. Hasta la fecha, en Guatemala hay muy pocas personas con capacidad para monitorear estos animales, y es ah¨ª donde el conocimiento adquirido por estas mujeres juega un papel muy importante.
Adem¨¢s de desempe?arse como gu¨ªas de turismo especializado en la fauna marina local, estas vecinas tambi¨¦n pueden formar parte de grupos de monitoreo e investigaci¨®n, acciones que ayudar¨¢n al desarrollo de estrategias regionales de conservaci¨®n. Esto las lleva a jugar un papel de promotoras de la protecci¨®n con los residentes de Sipacate, as¨ª como con los turistas que visitan el lugar. ¡°Despu¨¦s del festival, las personas del municipio nos han preguntado c¨®mo se puede resguardar el ¨¢rea, las tortugas y las aves¡±, cuenta Alvarado. Por lo pronto, distribuyen material educativo, tanto a ni?os y ni?as, como a las amas de casa. ¡°Tambi¨¦n piden informaci¨®n acerca de las visitas guiadas, porque hay muchos que quieren conocer lo que habita en el canal¡±, a?ade Pirir.
Con cada recorrido, de unos 10 participantes cada uno, las gu¨ªas pueden agenciarse hasta 100 quetzales (11 euros). De momento est¨¢n aprendiendo algunas t¨¦cnicas de marketing digital para promover sus servicios, tanto dentro de la poblaci¨®n local, as¨ª como turistas nacionales e internacionales que visiten Sipacate. Con el apoyo de Bosarreyes, se est¨¢ invitando a gu¨ªas comunitarios y pajareros de otras partes del pa¨ªs para que ayuden a ofrecer los recorridos de aves playeras, y as¨ª apoyar a mujeres como Yamilet Pirir y Silvia Alvarado. ¡°Estamos esperando a que la pandemia nos lo permita, ya que ahora estamos en rojo¡±, se lamenta Alvarado en referencia al nivel de alerta sanitaria del Gobierno.
Sin embargo, aunque la crisis econ¨®mica aprieta, el tiempo juega a favor de estas mujeres, ya que, contrario a lo que sucedi¨® al inicio de la emergencia sanitaria, ahora cuentan con una visi¨®n del futuro que desean construir. ¡°Ya no se trata de ofrecer solo la playa y el mar, sino que queremos dar a conocer la gastronom¨ªa local, ense?ar el canal¡ Queremos que todos y todas conozcan Sipacate y su importancia para la vida natural¡±, concluye Pirir.
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