Mujeres afrodescendientes en pol¨ªtica: ¡°No quiero ser la ¨²nica, quiero ser una m¨¢s¡±

En 1851 todav¨ªa exist¨ªa la esclavitud en Estados Unidos. Tambi¨¦n en las colonias espa?olas. Miles de hombres, mujeres y ni?os eran a¨²n comprados y vendidos. Aquel mismo a?o, Sojourner Truth, otrora esclava afrodescendiente, pronunciaba su c¨¦lebre discurso ?Acaso no soy una mujer? en una convenci¨®n femenina en Ohio. Lo hac¨ªa en un contexto de lucha: por los derechos civiles y los de la mujer. Ambos sujetos quer¨ªan lo mismo: votar. Sin embargo, a pesar de apoyar ambos movimientos, las negras quedaron fuera de la ecuaci¨®n.

Mucho ha pasado desde entonces. Ahora, el sufragio universal es un derecho ¨Caunque no en todos los pa¨ªses¨C. Las mujeres negras no solo votan, sino que tambi¨¦n forman parte activa de la pol¨ªtica. Son vicepresidentas y presidentas. Son asamble¨ªstas y diputadas. Las m¨¢s sonadas del momento: Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, y Francia M¨¢rquez, su hom¨®loga en Colombia. Pero no son las ¨²nicas. Ellen Johnson-Sirleaf fue presidenta de Liberia durante 12 a?os. Sahle-Work Zewde lo es de Etiop¨ªa. Epsy Campbell fue vicepresidenta de Costa Rica. Estas mujeres abrieron el camino a las que ahora llegan.

Demos una vuelta por un mundo en el que, desgraciadamente, todav¨ªa hay que recurrir constantemente a la f¨®rmula ¡°primera mujer afrodescendiente en ocupar tal cargo¡±. D¨¦mosla de la mano de grandes figuras, de la mano de mujeres afro que han luchado y luchan por los derechos humanos, ya sea desde el activismo o desde la pol¨ªtica. D¨¦mosla a trav¨¦s de las palabras de la exvicepresidenta de Costa Rica, Epsy Campbell; la primera parlamentaria negra espa?ola, Consuelo Cruz Arboleda; la asamble¨ªsta de Ecuador, Paola Cabezas, y la defensora de derechos humanos de origen congole?o Nicole Ndongala.

La pol¨ªtica, un viaje que empieza desde casa

En el segundo d¨ªa de Cali Distrito Moda hubo un desfile que destac¨®. Las modelos llevaban vestidos coloridos y caminaban al ritmo de un saxof¨®n. Era la colecci¨®n Color de Baobab, marca de Consuelo Cruz Arboleda, quien, antes de dedicarse a la alta costura, se convirti¨® en el a?o 2015 en la primera persona afro en ser propuesta como candidata al Congreso de los Diputados en Espa?a. ¡°Lo que estoy haciendo sigue siendo pol¨ªtica¡±, afirma.

Porque, ?qu¨¦ es exactamente la pol¨ªtica? La RAE dice, en su 9? acepci¨®n, que se trata de la ¡°actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos p¨²blicos, con su voto, o de cualquier otro modo¡±. Por tanto, s¨ª: lo que hace Consuelo entrar¨ªa perfectamente dentro de esta definici¨®n. ¡°La vida es una reivindicaci¨®n pol¨ªtica a diario¡±, a?ade. Para la exvicepresidenta costarricense Epsy Campbell, de hecho, la pol¨ªtica empieza en casa: ¡°La pol¨ªtica es un espacio para la garant¨ªa de mis derechos y de los derechos colectivos. La primera parte donde una hace su ensayo de ciudadan¨ªa es en la casa¡±.

As¨ª es como los peque?os cambios pueden transformar el mundo. Epsy Campbell empez¨® por exigir un trato igualitario entre sus hermanos y sus hermanas y termin¨® siendo una de las figuras pol¨ªticas m¨¢s representativas de su pa¨ªs. Porque el cambio tiene que empezar desde el barro, desde los espacios m¨¢s peque?os.

¡®Ancestras¡¯ y luchas que allanaron el camino

Este siete de agosto, Francia M¨¢rquez har¨¢ efectiva su elecci¨®n como vicepresidenta de Colombia. ¡°Gracias a nuestros ancestros y ancestras¡±, reclamaba tras la victoria de Gustavo Petro. Se trata de un momento hist¨®rico, pues M¨¢rquez es la segunda mujer afro en ocupar dicho puesto en Sudam¨¦rica ¨Cla primera fue Epsy Campbell¨C. Hitos como este se vienen repitiendo, poco a poco, en otras zonas del mundo. En EE UU, con la elecci¨®n de Kamala Harris; en Alemania, con la llegada de Aminata Tour¨¦ al Gobierno; o en Espa?a, con la entrada al Congreso de los Diputados de Rita Bosaho.

¡°Que haya sido electa Campbell como vicepresidenta en Costa Rica, Obama en EE UU o M¨¢rquez en Colombia genera indudablemente un nuevo debate en la geopol¨ªtica sobre la representaci¨®n del pueblo afro y las desigualdades¡±, indica la asamble¨ªsta ecuatoriana y ex presentadora de televisi¨®n Paola Cabezas. Todas las entrevistadas parecen coincidir: en la representaci¨®n mundial de las afrodescendientes se est¨¢ produciendo un cambio.

Pero este cambio no surge de la nada, sino que tiene una historia tan larga como el racismo, una historia que empez¨® con los movimientos abolicionistas y que ahora pasa por logros como los descritos. Por ejemplo, la directora de la asociaci¨®n Karibu y defensora de los derechos humanos, Nicole Ndongala, reivindica a sus antepasados: ¡°El continente africano era matriarcal hasta la llegada del colonialismo¡±. La madrile?a de origen congole?o alude, por ejemplo, a la otrora reina de Angola durante el siglo XVI, Anne Zingha, que se neg¨® a someterse a sus conquistadores y dirigi¨® durante cuatro d¨¦cadas la guerra contra los portugueses.

M¨¢s cercanos al presente son los movimientos sociales que las mujeres negras han liderado en Sudam¨¦rica durante la segunda mitad del pasado siglo. ¡°En la ¨²ltima d¨¦cada, estos grupos antes invisibilizados ganaron protagonismo e ingresaron definitivamente en la agenda pol¨ªtica mundial¡±, se?ala la activista brasile?a Matilde Ribeiro en su art¨ªculo Las mujeres negras en la lucha por sus derechos. Nos referimos a la creaci¨®n de plataformas como la Red de Mujeres Afroamericanas, Afrocaribe?as y de la Di¨¢spora, coordinada por Campbell entre 1997 y 2001 y que desemboc¨® en hitos como la declaraci¨®n del D¨ªa Internacional de la Mujer Afrodescendiente, el 25 de julio. ¡°La pol¨ªtica no se transforma en s¨ª misma¡±, apunta Campbell. ¡°Solo los movimientos sociales y los reclamos de la gente consiguen transformaciones en la pol¨ªtica¡±.

¡°No queremos que nadie decida por nosotras¡±

Para la tambi¨¦n ex gobernadora de la ciudad ecuatoriana de Esmeralda, Paola Cabezas, estos movimientos sociales ¡°tienen que constituirse en poder pol¨ªtico¡±. La asamble¨ªsta se?ala que no solo est¨¢n pidiendo espacios de representaci¨®n, sino que, adem¨¢s, tienen propuestas para cambiar los males estructurales que aquejan a los sistemas democr¨¢ticos, como el racismo o el machismo, que solo pueden cambiarse desde el interior del sistema pol¨ªtico.

As¨ª que ¡°no solo es importante que haya mujeres negras en puestos de poder, sino que es imprescindible¡±, indica la directora de Karibu, Nicole Ndongala. Lo es porque, tal como afirman las cuatro entrevistadas, ni una mujer blanca ni un hombre negro (ni mucho menos un hombre blanco) van a representar igual las realidades de una mujer afro. ¡°No queremos que nadie decida por nosotras¡±, indica Consuelo Cruz. En su caso, la pol¨ªtica afirma que al entrar en el PSOE ¡°la lucha fue muy grande¡±. ¡°Ellos no entend¨ªan que nosotros necesit¨¢bamos espacio, dec¨ªan que est¨¢bamos bien representados¡­ Pero bien representados, ?por qui¨¦n?¡±.

Campbell, por su parte, piensa que las representaciones pol¨ªticas deben de ser el reflejo de la diversidad que caracteriza al mundo y que, a pesar de los avances ya descritos, esta no se ve reflejada en las sociedades. De hecho, lo que ocurre en muchos sectores de la sociedad es que la representaci¨®n de este colectivo se reduce a una sola persona. Cabezas es la ¨²nica mujer afro de un parlamento de 137 personas. ¡°Cuando soy la ¨²nica negra del espacio pregunto a los organizadores ¡®?d¨®nde estamos? ?por qu¨¦ soy la ¨²nica negra?¡¯¡±, se?ala Cruz. Y sentencia: ¡°No quiero ser la ¨²nica, quiero ser una m¨¢s¡±.

¡°Es la propia mujer la que cambia la historia de la mujer¡±

Para la abogada y defensora de derechos humanos brasile?a Flavia Piovesan, ¡°la efectiva protecci¨®n de los derechos humanos demanda no solo pol¨ªticas universalistas, sino espec¨ªficas, dirigidas a los grupos socialmente vulnerables, en tanto que v¨ªctimas preferenciales de la exclusi¨®n¡±, tal como se?ala en su art¨ªculo Derechos humanos y justicia internacional. Por eso tambi¨¦n es importante que haya mujeres negras en los puestos de poder, para que puedan se?alar los problemas a los que se enfrenta su colectivo y enfrentarlos con medidas concretas.

Por ejemplo, el a?o pasado se aprob¨® en la Comunidad Valenciana la primera proposici¨®n no de ley para combatir la discriminaci¨®n hacia las mujeres afrodecendientes, como resultado de un trabajo liderado por mujeres de ascendencia africana. En este sentido, Campbell y Cabezas tambi¨¦n han tenido ya la oportunidad de incentivar algunas de estas medidas en sus pa¨ªses. En el caso de la exvicepresidenta, esta se?ala hitos como la creaci¨®n de una comisi¨®n de estudios afro-costarricense dentro del Ministerio de Educaci¨®n P¨²blica o la incorporaci¨®n en el censo de una pregunta de autoidentificaci¨®n.

Cabezas menciona un proyecto que pudo aprobar como gobernadora de Esmeraldas: el del Decenio Internacional para los Afrodescendientes, un periodo de 10 a?os (entre 2015 y 2024) proclamado desde las Naciones Unidas para proteger los derechos de las personas afro y reconocer sus aportaciones a la historia y la cultura globales. A modo de resumen, las palabras de Nicole Ndongala: ¡°Creo que es la propia mujer la que cambia la historia de la mujer¡±.

El peligro de llegar al poder

Entre los meses de mayo y junio de este 2022, el Equipo del Decenio Afrodescendiente en Espa?a viaj¨® a Colombia. El proyecto que all¨ª han desarrollado, denominado Voces de Mujeres en el Decenio Afrodescendiente, coordinado por Isabelle Mamadou, ten¨ªa el objetivo de documentar el racismo contra las l¨ªderes sociales durante las elecciones. Porque durante los comicios no han sido pocos los discursos racistas que han salido a la palestra. Sin ir m¨¢s lejos, la artista Marbelle, muy conocida en Colombia, se refiri¨® a M¨¢rquez como ¡°King Kong¡±.

¡°Transformar algo implica resistencia y tambi¨¦n implica ampliar el concepto democr¨¢tico¡±, apunta Epsy Campbell. De esta forma, con la ocupaci¨®n de espacios de poder (hist¨®ricamente ligados a hombres blancos) por mujeres o personas afro, ocurren dos fen¨®menos: primero, un cambio de imaginario y, segundo, una intensificaci¨®n de la oposici¨®n a ese cambio de paradigma.

En el primer caso, la costarricense indica que ¡°el cambio de imaginario no es solo ¨²nicamente para las mujeres negras, es para la sociedad en general, porque empezamos a normalizar que esos espacios, hist¨®ricamente vedados, est¨¢n siendo ocupados tambi¨¦n por mujeres negras¡±. No obstante, ¡°cuando t¨² osas pisar los espacios de poder, que para muchos est¨¢n establecidos para ciertas ¨¦lites, empiezan los prejuicios reales¡±, se?ala Cabezas.

Puertas que no dejan de abrirse

Todas estas mujeres son, como ellas recalcan una y otra vez, herederas de aquellas luchas que sus antepasados iniciaron siglos atr¨¢s. Y, a su vez, ellas tambi¨¦n son y ser¨¢n las referentes de otras. Cabezas considera este el principal logro de su carrera pol¨ªtica: servir de referente a otras, tanto desde su puesto como presentadora de televisi¨®n como de asamble¨ªsta.

El mayor orgullo que asegura haber sentido Cruz va en la misma l¨ªnea: haber puesto el nombre de una mujer negra en una lista al Congreso de los Diputados en Espa?a ¡°Pero tambi¨¦n el hecho de que hoy en Espa?a, al menos en Madrid, los Baltasares sean hombres o mujeres negros¡±, a?ade.

Para Campbell, su mayor logro es haber proclamado el D¨ªa Internacional de los Afrodescendientes, ¡°un tema de reconocimiento global y un avance de los derechos de millones de personas¡± que se celebrar¨¢ cada 31 de agosto. Nicole Ndongola, por su parte, est¨¢ orgullosa de haber impulsado el Centro de Formaci¨®n y Promoci¨®n de la Mujer en la Asociaci¨®n Karibu. ¡°De ese centro est¨¢n saliendo muchas mujeres para poder trabajar en el ¨¢mbito privado, en el p¨²blico, y creando sus propios espacios, asociaciones, negocios¡­¡±.

¡°Estoy convencida de que avanzaremos en democracia, en tanto la fotograf¨ªa de las personas que est¨¦n en lugares de poder se parezca m¨¢s a la fotograf¨ªa de la sociedad¡±, se?ala Campbell. Mientras tanto, ellas van completando esa instant¨¢nea.

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