El avance imparable del mar en Banglad¨¦s: casas destruidas, aguas contaminadas y enfermedades
El pa¨ªs asi¨¢tico es especialmente vulnerable ante el cambio clim¨¢tico. Uno de los problemas m¨¢s graves que enfrenta es el del agua dulce: para 2050 habra? disminuido del 41% al 17% en algunos r¨ªos, advierten los expertos
¡°Mi padre me dijo que a mi madre se la habi?a llevado el agua. La encontramos muerta debajo de un a?rbol. Gran parte de la tierra estaba inundada, asi? que mis tres hermanos y yo la recogimos y la enterramos en un terreno alto cerca del pueblo. Habi?a cada?veres por todos lados¡±. Selim Hawladar, de 48 an?os, recuerda a la perfeccio?n aquel 15 de noviembre de 2007. La ferocidad del ciclo?n Sidr golpeo? Banglad¨¦s y con ella se llevo? su casa, su trabajo y parte de su familia. Vive en Southkhali, una poblacio?n costera del distrito de Bagerhat, al suroeste de Banglad¨¦s. ¡°Cuando veo en la televisio?n que un ciclo?n volvera? a azotar nuestra tierra, me entra miedo. ?Co?mo sobreviviremos? ?Que? comeremos y beberemos?¡±.
Southkhali podri?a ser, para muchos, la definicio?n exacta de parai?so. Sus centenares de caminos verdes entrelazados y rodeados de a?rboles lo convierten en un paisaje laberi?ntico de 95 kil¨®metros cuadrados. Entre tanta vegetacio?n se asoman pequen?as casas hechas de chapa y bambu? en las que viven sus 29.000 habitantes. Al este, el ri?o Baleshwar. En el oeste, el ri?o Bhola. Y al sur, una vista privilegiada al golfo de Bengala y a los Sundarbans, el manglar ma?s grande del mundo. El primero convierte la zona en altamente propensa a desastres naturales, mientras que el segundo actu?a como un escudo natural contra ellos. Los manglares abarcan 10.000 kil¨®metros cuadrados de tierra y agua. El 60% se encuentran en Banglad¨¦s. El resto, en la India.
¡°El nu?mero de peces en el ri?o se ha reducido por culpa del agua salada. Hace 10 an?os soli?a pescar 10 kilos al di?a, ahora pesco uno o incluso menos¡±Selim Hawladar, pescador
Ma?s de 20 kilo?metros de terraple?n, financiado por el Banco Mundial, separan el ri?o Baleshwar del subdistrito de Sarankhola. Su contorno tiene un aire a la Gran Muralla china. Miles de bloques de piedra con el objetivo de defender el territorio de las consecuencias del calentamiento global. El nivel del mar esta? subiendo y, por lo tanto, tambie?n lo hace el nivel del agua en los ri?os adyacentes. Adema?s, los ciclones son cada vez ma?s feroces y los terraplenes se derrumban con ma?s facilidad. Entre las aguas del Baleshwar au?n se asoman los restos de la antigua barrera. En los u?ltimos 10 an?os, Shoutkhali ha perdido como mi?nimo un kil¨®metro cuadrado de tierra y el agua salina se ha filtrado en las comunidades, dejando las tierras este?riles. ¡°El nu?mero de peces en el ri?o se ha reducido por culpa del agua salada. Hace 10 an?os soli?a pescar 10 kilos al di?a, ahora pesco uno o incluso menos¡±, lamenta Selim. El ri?o Baleshwar tambie?n es la principal fuente de agua de los habitantes de Southkhali: para ba?arse, limpiarse e incluso beber.
La salinizacio?n del agua ha ido penetrando poco a poco en las comunidades costeras del sur de Banglad¨¦s. ¡°El ra?pido desarrollo de los ochenta, el aumento de la cri?a extensiva de camarones y el desarrollo de monocultivos introdujeron el agua salada. Ahora, con la subida del nivel del mar, esto ha empeorado¡±, expone la doctora Samiya Selim, asesora del programa de Cambio Clima?tico y Gestio?n de Desastres (CCDM) de la Fundacio?n Sajida. A causa de esta situacio?n, las fuentes de agua dulce se contaminan, se han perdido medios de subsistencia y han desaparecido kilo?metros y kilo?metros de tierra. Segu?n el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clima?tico), antes de 2050 la superficie de agua dulce en los ri?os del suroeste del pai?s habra? disminuido del 40,8% al 17,1%.
Es el caso de la familia de F. A. K., de 17 an?os, y su hermana S. S., de 15. ¡°Hace tres an?os perdimos nuestra casa por la erosio?n del ri?o. Mis padres se fueron a Khulna [la tercera ciudad m¨¢s grande de Banglad¨¦s, al suroreste] para ganar dinero, y desde entonces vivimos solas aqui?¡±, explica la mayor. Su casa, al lado del ri?o, es una diminuta barraca. Unos pale?s de madera sobre can?as de bambu?, cuatro paredes de chapa oxidada y un salvavidas, como cortesi?a del Gobierno, son su ma?xima proteccio?n en caso de otro desastre natural. Y no es el u?nico peligro. ¡°Una noche un hombre intento? entrar para agredirnos. Por eso, cada tarde andamos hasta la casa de nuestra abuela para dormir ma?s tranquilas¡±. Siguen yendo a la escuela, pero sus estudios se ven perjudicados. La u?ltima vez que se reunieron con sus padres fue el pasado abril. Como mi?nimo, tendra?n que esperar ocho meses para volverlos a ver.
Solo unos pocos trozos de tierra han logrado sobrevivir en Pratapnagar. Se asoman en el agua en forma de islas habitadas, y se comunican entre ellos a trave?s de puentes flotantes de madera y bambu?. Unas 30.000 personas viven en esta a?rea menguante de 33,8 kil¨®metros cuadrados. Sus habitantes construyen un terraple?n tras otro con tal de minimizar el impacto de los desastres naturales. Aun asi?, ya son ma?s de cinco kil¨®metros cuadrados de tierra los que yacen bajo el agua.
La resistencia ante el cambio clim¨¢tico
¡°Banglad¨¦s es particularmente vulnerable debido a su costa en forma de embudo. Es un delta, una tierra plana y baja muy cerca del nivel del mar¡±, cuenta Samiya, asesora de cambio clim¨¢tico de la Fundacio?n Sajida, quien tambie?n es profesora en la Universidad de Artes Liberales de Banglad¨¦s, donde trabaja en resiliencia y adaptacio?n clima?tica. Alrededor de 26 millones de personas viven amenazadas por el aumento de la salinidad del agua. Los distritos de Khulna, Bagerhat y Satkhira ¡ªen el sur y suroeste¡ª esta?n condenados a llevarse la peor parte.
Banglad¨¦s es uno de los pai?ses que mejor se ha adaptado al cambio clima?tico. En 1970, unas 500.000 personas murieron con el ciclo?n Bhola, el ma?s morti?fero en su historia. Ahora, en el peor de los casos, la cifra de muertes alcanza el centenar. ¡°La gente es muy resiliente, sobre todo los que se enfrentan en primera li?nea. Pero todavi?a sufrimos pe?rdidas y dan?os¡±, asegura Samiya. ¡°Hay buenas iniciativas, como la agricultura flotante. Es necesaria una mejor movilizacio?n de los conocimientos, invertir para ver si estas estrategias de adaptacio?n funcionan y pueden aplicarse en otros lugares. Pero no hay fondos suficientes¡±, concluye.
Unas 30.000 personas viven en Pratapnagar, un a?rea menguante de 33,8 kil¨®metros cuadrados. Sus habitantes construyen un terraple?n tras otro con tal de minimizar el impacto de los desastres naturales. Aun asi?, ya son ma?s de cinco kil¨®metros cuadrados de tierra los que yacen bajo el agua
A Gabura solo es posible llegar en barco. Ni puentes, ni carreteras. En los 34 kil¨®metros cuadrados de esta isla del distrito de Satkhira, rodeada por r¨ªos, no hay ni un solo camino asfaltado. Solo se puede recorrer en moto o a pie. La lluvia transforma estos senderos en montan?as de barro que imposibilitan el paso. Al municipio lo envuelven incontables diques de tierra en forma de terraple?n para protegerlo. Unas 47.000 personas viven actualmente en esta isla, pero ma?s de 5.000 han emigrado en los ¨²ltimos a?os.
¡°Como consecuencia del agua salina sufrimos enfermedades fi?sicas y mentales. Llevo luchando toda mi vida contra la disenteri?a. Bebemos agua del estanque. Estar sana es una lucha constante¡±. Frente a la salinizacio?n, Salma Khatun, de 42 an?os, convirtio?, junto a su familia, sus campos de cultivo en charcas para gambas y cangrejos. Las mismas charcas que, a falta de agua dulce, cubren todas las necesidades relacionadas con la higiene. Como muchos agricultores, pas¨® a dedicarse a la pesca y a recolectar miel.
La principal fuente de agua dulce de Khatun es un depo?sito de pla?stico que recolecta el agua de la lluvia. Pero no es suficiente para cubrir las necesidades ba?sicas de su familia. Debe recorrer, como mi?nimo una vez al di?a, un largo camino hasta el u?nico pozo pu?blico de agua dulce. Sabe que seguramente se cruzar¨¢ con alquien que, con suerte, solo le soltara? algu?n desagradable comentario. Mantiene la mirada firme y los oi?dos sordos. El pozo est¨¢ detra?s de la escuela primaria, un edificio blanco de tres plantas y forma rectangular que se transforma en refugio contra ciclones, pero que no tiene capacidad para resguardar a toda la poblacio?n de la isla.
Nargis Nahar no esta? en casa. Es extran?o porque dec¨ªa que ten¨ªa las ganas de contar su historia a los periodistas. Aparecen sus dos hijas. Cuentan que mama? se ha ido a buscar a su hermano. La noche anterior un violento monzo?n azoto? a Gabura. Duro? menos de 15 minutos, tiempo suficiente para agitar, de nuevo, la vida de los islen?os. El hermano de Nahar, que pescaba en una barca, muri¨® por una ola.
El marido de otra vecina, que tambi¨¦n estaba en el ri?o cuando la tormenta llego?, naufrago? y quedo? herido. Perdio? el barco y todas sus herramientas para pescar. Frente a sus casas, comparten sus vivencias y se reconfortan entre ellas. ¡°El pasado es pasado. No podemos hacer nada. Vamos a seguir¡±.
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